Javier Benedicto

Ya sea inspirando a otras personas o siendo una pieza esencial de la acción. Javier Benedicto es uno de esos seres humanos cuya vida, en efecto, merece nuestra atención debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Javier Benedicto es comprender más sobre etapa determinada de la historia de la humanidad.

Apreciar las luces y las sombras de las personas relevantes como Javier Benedicto, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa básica para que podamos valorar no sólo la existencia de Javier Benedicto, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Javier Benedicto, gentes a quienes de de una u otra forma Javier Benedicto influyó, y por supuesto, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Javier Benedicto.

Las biografías y las vidas de personas que, como Javier Benedicto, seducen nuestra atención, tienen que valernos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Javier Benedicto, el motivo por el cual Javier Benedicto vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma implacable, la historia.

Vida y Biografía de Javier Benedicto

(Barcelona, 1957) Ingeniero español considerado entre los enormes especialistas mundiales en el campo de las telecomunicaciones. Francisco Javier Benedicto Ruiz nació en 1957 en Barcelona. Estudió el bachillerato en el Liceo Francés, y en 1975 ingresó en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicaciones de Barcelona (ETSITB), donde se graduó en 1981 en la especialidad de sistemas de comunicación y microondas.

Su primer trabajo en la compañía de españa Mier Allende, en 1982, estuvo relacionado con el avance de los primeros equipos que dejaban recibir la televisión por satélite. Esta ocupación acentuó su interés por el planeta de los satélites, que ha podido empezar a investigar de pleno con su posterior incorporación a la Agencia Espacial Europea (ESA) en 1985. Allí le aguardaba un considerable reto profesional: el primer programa espacial de la Unión Europea y el primer enorme programa entre la Comunidad Europea y la ESA.

Incorporación a la ESA

Sus principios en la ESA estuvieron aplicados a la administración del avance de equipos de microondas para televisión y de telefonía móvil inteligente. Aunque trabajaba en su mayor sueño, para él supuso un duro golpe el abandono de su Barcelona natal para instalarse en la localidad de Noordwijk, en los Países Bajos, que acoge el Centro de Investigación y Tecnología de la ESA (ESTEC).

En 1995 fue nombrado directivo del Proyecto Egnos, el esbozo de lo que después se transformaría en el Proyecto Galileo, el mucho más adelantado sistema para la navegación por satélite de todo el mundo, impulsado por la Unión Europea. De nuevo debió moverse, esta vez para trabajar en el Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) francés, situado en la ciudad de Toulouse. Allí radicó 4 años, hasta el momento en que en 2000 fue nombrado directivo del programa de navegación por satélite Galileo, y debió regresar a los Países Bajos para regentar el diseño del sistema.

El Proyecto Galileo supuso una genuina revolución en las telecomunicaciones mundiales. Con él, la Unión Europea creaba un sistema para la navegación por satélite de empleo civil, con la capacidad de encontrar desde la situación de un vehículo a la de un tren, un barco, un avión o aun a alguno de los trescientos millones de ciudadanos de europa.

El Proyecto Galileo

Las múltiples utilidades del sistema lo transformaban en una fuente de prestación de servicios prácticos así como el saber instantáneo de la situación del tráfico, la navegación de automóviles privados, un destacable control del tráfico aéreo y la navegación automática de los aeroplanos, tal como la supervisión del medioambiente o la seguridad de los medios de transporte. Una solución única para eludir casuales catástrofes, efectuar metas de salve en el mar o la montaña, controlar la evolución de los glaciares, supervisar las aduanas o advertir escapes de substancias peligrosas.

Pero este ambicioso emprendimiento asimismo se propuso de herramienta para los ciudadanos de caminando, al abrir la puerta a los teléfonos móviles inteligentes de tercera generación (UMTS), a través de los que los individuos, merced a una agilidad de ingreso a Internet muy superior, podían conjuntar los usos tradicionales de un terminal telefónico con el posicionamiento, admitiendo conseguir información en el mismo instante de su situación precisa y los datos precisos del rincón hacia donde les encantaría dirigirse.

En determinante, los treinta satélites del sistema, ubicados en tres órbitas a unos 24.000 km de la Tierra, eran capaces de encontrar el origen de cualquier movimiento en el mundo, a través de una señal de radio codificada incesante obtenida por los receptores. El científico español insistía más que nada en las apps civiles del sistema Galileo. «En un enfrentamiento, los países de la Unión Europea, dueños del sistema, van a poder intervenir en su empleo. Pero Galileo no está concebido como sistema de empleo militar», explicaba Benedicto.

Dificultades del emprendimiento

Sin embargo, la puesta en marcha del Proyecto Galileo, encabezado por Francia, Italia y España, supuso no pocos inconvenientes para sus desarolladores y promotores, desde el nivel tecnológico al diplomático. El consenso entre los quince países de la Unión Europea no fue simple, puesto que no en balde el sistema barajaba cantidades millonarias, compartidas por la ESA y la Unión Europea.

Los primordiales escollos para hallar la luz verde del emprendimiento llegaron por la parte de Estados Unidos, que veía conminado su monopolio en el control mundial de la navegación a través de su sistema militar GPS, tras la práctica desaparición del viejo sistema ruso Glonass. Así ya que, el GPS quedaba anticuado en oposición al Galileo, tan exacto que dejaba una precisión de cinco metros con relación a la situación del vehículo, nave, sujeto, etcétera., en frente de los treinta metros del sistema estadounidense. Sus servicios básicos asimismo se exponían gratis, como los del GPS, pero no de esta forma en la situacion de un empleo comercial o profesional, a cambio, claro está, de mayores posibilidades.

Estados Unidos presionó a la Alianza Atlántica, a Gran Bretaña y a Alemania a fin de que Galileo no prosiguiera adelante. Las discusiones al mucho más prominente nivel hicieron peligrar el emprendimiento comandado por Benedicto. Algunos países integrantes de la Unión Europea y Estados Unidos lograron en un primer instante el bloqueo de los fondos consignados.

La situación de los estadounidenses era táctica: si Europa se retrasaba, podía hallar la banda de fantasma que tenía adjudicada y el aparato de especialistas de la ESA no podía trabajar mientras que no se desbloquearan los fondos. «Estados Unidos tiene interés en que fracasemos pues el Galileo es mucho más complejo que el GPS, y sus compañías cobran tasas realmente fuertes por crear aparatos compatibles con el GPS, que en este momento tiene cerca del monopolio», aclaraba entonces Javier Benedicto.

Programa activo en 2008

Sin embargo, la Unión Europea acabó, en el mes de abril de 2002, bajo la presidencia de españa, por adoptar la resolución que dejaría publicar el Proyecto Galileo, probando los satélites en primera instancia en el espacio en 2004, para empezar a desplegarse en 2006 y ser totalmente operativos en 2008. Su creación suponía de 3,2 a 3,4 millardos de euros, pero el coste del abandono del emprendimiento habría sido asimismo notable, en lo que tiene relación solo a las consecuencias económicas: cien mil nuevos empleos de alta cualificación y un mercado de equipos y servicios de unos diez millardos de euros por año, hasta 2010.

Casado con una mujer francesa, Nicole, y padre de 2 hijos, pequeña y niño, Benedicto mostró de joven su deber popular prestando contribuye a minusválidos. Apasionado por el fútbol, mucho más en concreto por el F. C. Barcelona, y por otros deportes, como el atletismo o la candela, cuenta entre sus aficiones la lectura y la cocina provenzal, tan similar a la catalana.

Su sencillez para los lenguajes (charla español, catalán, inglés, francés, neerlandés, italiano y japonés) le ha servido de mucha ayuda en su profesión. Sus continuos traslados por fundamentos laborales le fuerzan habitualmente a dejar a su familia, a la que está unidísimo, en Barcelona. Sin embargo, la distancia jamás le hizo perder el contacto con ella, ni tampoco con sus amigos.

Colabora para ampliar la biografía de Javier Benedicto

¿Qué te ha parecido la existencia de Javier Benedicto? ¿Has podido leer todo aquello que suponías que ibas a encontrar?

Sin duda conocer en profundidad a Javier Benedicto es algo que se reserva a pocas personas, y que intentar reconstruir la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Javier Benedicto es una especie de puzzleque tal vez logremos rehacer si cooperamos todos juntos.

Debido a esto, si eres de las personas que confían en que de modo colaborativo existen posibilidades de elaborar algo mejor, y posees información en relación con la biografía de Javier Benedicto, o en relación con algún característica de su figura u obra que no se contemple en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.

Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son siempre esenciales, ya que marcan la diferencia, y en la ocasión de la vida de un ser como Javier Benedicto, que tuvo su relevancia en una época determinada, es indispensable intentar mostrar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

Sin titubeos, contacta con nosotros para narrarnos qué conocimientos tienes tú sobre Javier Benedicto. Estaremos muy contentos de poder completar esta biografía con más información.