La historia universal la narran los hombres y mujeres quea lo largo de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han hecho queel género humano, de un modo u otro,prospere.
Apreciar lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Jakob Friedrich Fries, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa sustancial para que seamos capaces de valorar no sólo la vida de Jakob Friedrich Fries, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Jakob Friedrich Fries, gentes a quienes de un modo u otro Jakob Friedrich Fries influenció, y indudablemente, comprender y entender cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió Jakob Friedrich Fries.
Vida y Biografía de Jakob Friedrich Fries
(Barby, 1773 - Jena, 1843) Filósofo alemán. Fue instructor en las universidades de Heidelberg (1805) y de Jena (1806), cargo del que fue suspendido gracias a su liberalismo (1819-1824). Sus proyectos mucho más visibles son Sistema de filosofía como ciencia visible (1804), Nueva crítica de la razón (1806) y Julio y Evágoras o la Nueva República (1814 y 1822).
La religiosidad de la red social de los Hermanos Moravos (en cuyo seminario de Niesky pasó cierto tiempo) y la cuenta de las proyectos de Kant dieron a Jakob Friedrich Fries los estímulos definitivos a su filosofía, dentro por una reconstitución del criticismo en un chato psicológico y una espiritualidad en la que se funden el sentimiento espiritual y el estético.
En Leipzig escuchó provechosamente al sicólogo Platten, y en Jena, al continuar los tutoriales de Fichte, entendió el carácter dogmático del idealismo romántico, al que entonces atacó siempre y en todo momento. En 1801 se doctoró en Jena, adonde regresó como instructor libre tras ciertos años pasados en Suiza en calidad de preceptor. En 1805 fue a instruir filosofía en Heidelberg, donde publicaría su mejor obra, Nueva crítica de la razón (1806). Llegado a la cátedra de semejante ciencia en Jena, continuó allí a lo largo del resto de sus días (1816-1843).
Sus ideas políticas liberales, expuestas en novelas y otros contenidos escritos y protegidas entre la juventud académica, le valieron una sucesión de supones y enemistades. Tras su participación en una desmandada celebración goliardesca de Wartburg, y después que uno de sus oyentes hubo ejecutado al ministro Kotzebue (1819), Austria y Prusia realizaron tal presión que el enorme duque, si bien asegurador de el, debió hacerle dejar la cátedra de filosofía; ciertos años después lo demandó y le confió otra de física. En este campo luchó también contra la concepción idealista y romántica de la naturaleza, a la que opuso un método estrictamente mecánico.
Hostil a la corriente idealista de la que le distanciaban su concepción científico-mecánica de la naturaleza, su fe moralista y sus principios políticos liberaldemócratas, Fries se reafirmó en Nueva crítica de la razón (1806) como acólito y continuador de Kant. También para Fries la filosofía es fundamentalmente una teoría de los principios constitutivos de la experiencia, del sistema de las categorías, pero éstas no son el producto de una actividad sintética trascendental de la conciencia, sino más bien de ocupaciones psíquicas susceptibles de ser reconocidas "a posteriori" a través de un examen psicológico.
Experiencia y ciencia están condicionadas y, en consecuencia, limitadas por nuestra constitución sicológica, a la que Fries dedicaría un cuidadísimo estudio en su Antropología psíquica (1821). La Nueva crítica de la razón, recogiendo de Kant el principio de la fenomenicidad de todo el mundo de la experiencia y del entender, tiende de esta manera a pasar de la situación trascendental a la sicológica.
El espiritualismo que de esto se deriva actúa tanto en el término de la dignidad del sujeto humano como fundamento de la ética (entendiendo la persona no en el sentido racionalista kantiano, sino más bien como individualidad específica en su relación con el resto personalidades), como en su conexión con la oportunidad de una fe que trascienda el chato de lo finito al que la individualidad misma está enlazada, para asegurar, si bien sea en sentido negativo, lo Infinito, lo Divino. La filosofía de Jakob Friedrich Fries experimentó, por obra de Nelson, un considerable resurgimiento a fines del siglo XIX entre las corrientes neokantianas, distinguiéndose de ellas por su realismo espiritualista.
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