La historia universal está contada por las personas quea lo largo del tiempo, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han ocasionado quela humanidad, de un modo u otro,progrese.
Ya sea inspirando a más personas o siendo una pieza esencial de la acción. Jacques Prévert es uno de esos seres humanos cuya vida, sin duda alguna, merece nuestra consideración por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la biografía de Jacques Prévert es conocer más sobre época determinada de la historia del género humano.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la relevancia que detentó Jacques Prévert en la historia. La manera en que vivió y las cosas que hizo en el tiempo en que estuvo en el mundo fue decisivo no sólo para las personas que frecuentaron a Jacques Prévert, sino que tal vez dejó una señal mucho más profunda de lo que logremosfigurar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Jacques Prévert en persona.Jacques Prévert ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Comprender lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Jacques Prévert, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa fundamental para que podamos valorar no sólo la existencia de Jacques Prévert, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Jacques Prévert, gentes a quienes de un modo u otro Jacques Prévert influyó, y por supuesto, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Jacques Prévert.
(Neuilly-sur-Seine, 1900 - París, 1977) Poeta, dramaturgo, letrista y escritor de guiones francés de carácter rebelde, que frecuentó todos y cada uno de los géneros como escritor, desde la poesía hasta los cuentos para pequeños. Cuando llegó a París no le resultó simple que le admitieran en los cenáculos de tendencia, ahora fuera por la parte de los surrealistas de la calle Château, con quienes después entablaría amistad, o en las tascas literarias de Saint-Germain-des-Prés.
A lo largo de bastante tiempo la multitud de las letras le sostuvo aparte pues consideraban que su poesía era "repugnante" por el hecho de ser habitual. De modo que entró en la literatura por la puerta de atrás. En 1930 rompió con A. Breton, el gerente de los surrealistas, ya que le resultaba bastante autoritario. Un poco después se distanció asimismo del Partido Comunista, en el que jamás llegó a militar.
En 1931 publicó Intento de una descripción de una comida de cabezas en París-Francia, poema conformado por antítesis. Su primer guion fue El delito del señor Langue (1935) de Renoir, en el que impuso el fresco aliento de su posición popular inconformista. Para la película, Kosma, compositor húngaro, compuso la primera parte de las muchas que harían juntos el poeta y el músico. Prévert formó un magnífico tándem con Marcel Carné que se inauguró con Jenny (1936) y siguió, a veces incomprendido por la crítica, con proyectos como Extraño drama (1937) o Amanece (1939). Además trabajó con otros directivos, si bien van a ser sus trabajos con Carné los que van a contar.
En plena ocupación nazi y en condiciones precarias rodaron las joyas cinematográficas El muelle de las nieblas y Las puertas de la noche (1942), y antes de la liberación Los pequeños del Paraíso (1945), considerada de las mejores películas de la historia del cine. Apreciado en los estudios fílmicos como escritor de guiones y como letrista en el planeta de la música, la categoría y la popularidad como escritor le llegó tras la guerra con el libro de poemas Palabras (1946). Participó en los debates políticos y también intelectuales con su sentido de la imagen inusual y del humor crítico. Con un estilo simple, próximo al lenguaje de la calle, Prévert vuelve a construir la vida diaria y se aproxima al lector.
Tras Palabras, escribió Historias (1946), Espectáculo (1951), La lluvia y el buen tiempo (1955) en las que toca los temas del amor, la independencia, el sueño y la imaginación, puesto en compromiso siempre y en todo momento y compasivo con los humildes y los poco afortunados. Los asaltos verbales que hacía contra las instituciones fortalecieron su figura de poeta libertario, y su adhesión al surrealismo se atisba en el humor de Fatras (1966) y Cosas y otros (1972).
Los últimos años de su historia se dedicó a redactar letras para canciones que fueron interpretadas por los vocalistas mucho más conocidos y se conocen en el mundo entero. El volumen Cincuenta canciones Prévert-Kosma (1977) junta ciertas de ellas. También escribió literatura infantil, como Cuentos para pequeños pésimos y Canción para cantar a voz en grito, las dos publicadas póstumamente.
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Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son en todos los casos fundamentales, ya que perfilan la diversidad, y en el caso de la vida de alguien como Jacques Prévert, que detentó su importancia en una época concreta, es indispensable tratar de brindar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
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