Ya sea inspirando a más seres humanos o formando parte de la acción. Jacques Offenbach es una de las personas cuya vida, en verdad, merece nuestro interés por el grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Jacques Offenbach es conocer más acerca de un periodo concreto de la historia del género humano.
Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la trascendencia que atesoró Jacques Offenbach en la historia. La forma en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que permaneció en la tierra fue decisivo no sólo para las personas que trataron a Jacques Offenbach, sino que a caso dejó una señal mucho más vasta de lo que logremosconcebir en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Jacques Offenbach personalmente.Jacques Offenbach ha sido un ser humano que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Jacques Offenbach, seducen nuestra atención, tienen que valernos en todo momento como referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Jacques Offenbach, el motivo por el cual Jacques Offenbach vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos ayudará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma inevitable, la historia.
(Jakob Eberscht; Colonia, Alemania, 1819 - París, 1880) Compositor y violoncelista francés de origen alemán. La opereta francesa tiene en Offenbach a su gerente mucho más universal.
Hijo de un cantor de la sinagoga de Colonia, se llamaba de todos modos Jakob Eberscht (según otros, Jakob Lévy: el seudónimo Offenbach derivaría, según ciertos, del sitio de nacimiento, que sería la pequeña localidad de Offenbach, y no Colonia). Habiendo marchado muy joven a París, prosiguió en el transcurso de un año el curso de violoncelo en el Conservatorio y entró después (1834) en la orquesta de la ópera Cómica.
Su primera opereta, Pascal et Chambord, fue representada el 2 de marzo de 1839 en el Théâtre del Palais-Royal, pero no dejó ninguna huella de su nombre. Alcanzó el éxito en 1849, en el momento en que, habiendo logrado la dirección de la orquesta del Théâtre Français, escribió la Chanson de Fortunio para la representación de El Candelero de A. de Musset.
Offenbach empezó con Pepito su beneficiada carrera de compositor de operetas. En 1855 abrió un teatro propio, que llamó "des Bouffes-Parisiens". Debutó allí el 5 de julio con Les deux aveugles y Une nuit blanche, primeras de una sucesión de 87 operetas (sin contar los arreglos y los trabajos póstumos), la mayoría de las que se estrenaron en su teatro. Pero hasta 1858 no conoció Offenbach un triunfo genuino: entre las producciones de esos años solo 4 meritan citarse: Madame Papillon (1855), que marca el comienzo de su afortunadísima colaboración con Ludovic Halévy, Ba-ta-clan (1855), Tromb-al-Cazar (1856) y Le mariage aux lanternes (1857).
El 21 de octubre de 1858 los "Bouffes-Parisiens" presencian el estreno de Orfeo en los avernos; irónico y osado, Offenbach dibuja en esta obra un retrato despreocupado y verdadera, si bien parcial, de la sociedad del Segundo Imperio, condimentado con una música irreprimible y pegadiza, por su ritmo, por su color y por su felicidad melódica.
Prosiguieron, por ejemplo, Geneviève de Brabant (1859), Chanson de Fortunio (1861, avance autónomo de El Candelero), Bavard et Bavarde (1862), Lieschen et Fritzchen (1863), hasta el 17 de diciembre de 1864 en que se representó, en el Théâtre des Varietés, la que se ha considerado su pieza maestra, La hermosa Elena.
A ella le prosiguieron Barba Azul (1866), La vida parisiense (1866), La Gran Duquesa de Gérolstein (1867), todas y cada una con libreto de Meilhac y Halévy. Con La Périchole (1868), empieza Offenbach a buscar un mayor refinamiento, una sensibilidad mucho más diferente y frágil, un ámbito armónico mucho más precaución.
Vertvert (1869), La princesse de Trébizonde (1869), Les brigands (1869), Le roi Carotte (1872, con artículo de Sardou), Les braconniers (1873); La jolie parfumeuse (1873), los arreglos de Orphée aux Enfers y de Geneviève de Brabant (1874 y 1875) y La boulangère (1875) marcan un continuo avance del mismo modo, hasta Madame Favart (1878) y La fille du tambour-majeur (1879), que se resienten ahora de una atmósfera massenetiana y están en el límite que divide espiritualmente, si bien no formalmente, la ópera de la opereta. Límite que Offenbach se había propuesto franquear finalmente con Los cuentos de Hoffmann; esta obra le ocupó los últimos años de su historia y le abrió las puertas de la Opéra Comique, si bien tras su muerte, puesto que fueron representados el diez de febrero de 1881.
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Es cierto que conocer en profundidad a Jacques Offenbach es algo que se reserva a pocas personas, y que pretender recomponer la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Jacques Offenbach es una suerte de puzzleque a lo mejor podamos rehacer si cooperamos conjuntamente.
Debido a esto, si eres del tipo de personas que confían en que de forma colaborativa es posible elaborar algo mejor, y conservas información sobre la existencia de Jacques Offenbach, o con respecto a algún peculiaridad de su personalidad u obra que no hayamos observado en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.
Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente imprescindibles, ya que destacan la singularidad, y en el caso de la vida de un ser como Jacques Offenbach, que detentó su trascendencia en un momento histórico concreto, es indispensable tratar de mostrar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
No lo dudes y contacta con nosotros para relatarnos qué sabes tú en relación con Jacques Offenbach. Estaremos encantados de completar esta biografía con más información.