La historia universal está contada por aquellas mujeres y hombres queen el transcurrir de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han ocasionado quela sociedad, de una forma u otra,avance.
Ya sea inspirando a más seres humanos o siendo una pieza esencial de la acción. Jacques-Lucien Monod es uno de esos sujetos cuya vida, indudablemente, merece nuestra atención debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la existencia de Jacques-Lucien Monod es conocer más sobre una época concreta de la historia de la humanidad.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la relevancia que detentó Jacques-Lucien Monod en la historia. Cómo vivió y las cosas que hizo en el tiempo en que estuvo en este mundo fue determinante no sólo para las personas que conocieron a Jacques-Lucien Monod, sino que a caso produjo una huella mucho más vasta de lo que logremosconcebir en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Jacques-Lucien Monod en persona.Jacques-Lucien Monod fue una persona que, por alguna causa, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Jacques-Lucien Monod, atraen nuestra atención, tienen que valernos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por comprender la biografía de Jacques-Lucien Monod, porqué Jacques-Lucien Monod vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inevitable, la historia.
(París, 1910 - Cannes, Francia, 1976) Biólogo francés. Fue condecorado con la Cruz de Guerra por sus servicios en la Resistencia francesa a lo largo de la Segunda Guerra Mundial. Después de haber trabajado en el Instituto Tecnológico de California, volvió a París y, en 1945, ingresó en el Instituto Pasteur, del que fue directivo hasta 1954, y en donde creó el departamento de bioquímica. Pionero de la genética molecular, fue premiado en 1965, adjuntado con André Lwoff y François Jacob, con el Premio Nobel por sus descubrimientos relativos al control genético de las enzimas y a la síntesis de los virus. Es creador, entre otros muchos libros, de entre los pocos best-sellers en el campo de la divulgación científica: El azar y la necesidad (1970).
Jacques-Lucien Monod medró en el Sur de Francia, mezclando su pasión por la biología y por la música, que cultivó siempre y en todo momento. Se licenció en la Sorbona, y se transformó en instructor de zoología. En 1934 trabajó en el Instituto Tecnológico de California, donde conoció al popular genetista Thomas Hunt Morgan, que lo dirigió hacia el estudio de los mecanismos de la transmisión genética.
A su regreso a París, tras una sucesión de indagaciones sobre los mecanismos de control de la función enzimática, Jacques Monod trabajó con André Lwoff en el Instituto Pasteur, donde continuó finalmente (fue nombrado directivo en 1971). Prosiguió con sus indagaciones a lo largo de la Segunda Guerra Mundial (Monod era comunista y participó en la Resistencia, si bien abandonó el Partido tras el "caso Lysenko"), aprendiendo el metabolismo de la bacteria Escherichia coli.
En 1958 inició su colaboración con François Jacob, quien, en exactamente el mismo centro, hacía indagaciones paralelas a las suyas. Juntos, lograron probar que la inducción enzimática puede detallarse en términos puramente bioquímicos. A continuación, aparte de ingresar el término de "ADN mensajero", identificaron conjuntos de genes organizados en construcciones que dirigen los procesos metabólicos y que son activados o inhibidos por otros genes que están en sus construcciones. Tales estudios brindaron un fuerte impulso a la genética molecular y por ellos les fue concedido el Premio Nobel en 1965, compartido con Lwoff.
El azar y la necesidad
En 1970 Jacques Monod publicó el ensayo El azar y la necesidad, que provocó varias polémicas y fue rápidamente un enorme éxito. El libro es una reflexión filosófica sobre la imposibilidad de mantener cualquier concepción finalista de todo el mundo y del hombre. Escrita para un público culto no especializado, Monod se ha propuesto en esta obra ilustrar las secuelas filosóficas y espirituales de los últimos descubrimientos de la biología molecular y de la genética.
Para Monod, la biología científica se ha creado basándose en el "postulado de objetividad". Este postulado, que forma la base de toda ciencia efectiva, excluye que los fenómenos de la naturaleza logren detallarse refiriéndolos a un "emprendimiento" o "finalidad" intrínseco en la naturaleza, ya que "emprendimiento" o "finalidad" son dimensiones del pensamiento humano, y no características de las cosas.
Por otra sección, la biología debe aceptar como elemento propósito de la vida algo que se semeja exactamente a un "emprendimiento", es decir la "teleonomía" de los seres vivos. La teleonomía es la propiedad de trasmitir de una a otra generación los contenidos de invariabilidad que caracterizan a una clase mediante las generaciones. Pero para la ciencia actualizada, la invariabilidad antecede siempre a la teleonomía; ciertamente, la teoría de la evolución de Darwin mantiene que la evolución de construcciones (los organismos) poco a poco más teleonómicas es adecuada a alteraciones sobrevenidas en una composición que tiene la propiedad de invariabilidad. Cuando por contra, los fenómenos de la vida se comentan a través de la teleonomía, estamos en frente de teorías "antropomórficas"; particularmente, el animismo y el vitalismo.
El vitalismo (y no solo el filosófico de Henri Bergson, sino más bien asimismo el de ciertos científicos como M. Elsässer y M. Polanyi) una parte de la iniciativa de que el planeta viviente no puede detallarse a través de las leyes "objetivas" de la física, y que por consiguiente deben existir leyes y principios concretos del mismo. Por otro lado, el animismo (el de Teilhard de Chardin, Herbert Spencer, Karl Marx y Friedrich Engels) asimismo enseña la verdad inanimada a través de principios "mentales", es decir, con las presuntas leyes del pensamiento, que solo son válidas en el lote del sistema central inquieto del hombre.
El fallo en la dialéctica del marxismo radica en que solo es animista en la medida que se ofrece localizar en la materia los principios de la dialéctica, es decir, principios fijados "a priori". Por el opuesto, la biología molecular fundamenta sus métodos en los de la física; de tal forma, se descubrió que las proteínas son la causa de la construcción del organismo, y que el organismo es una máquina química que se edifica por sí misma.
De esto se deduce, por ende, que el azar es la ley primordial que regula la combinación de las proteínas y su composición. Si el azar es la única explicación de las modificaciones casuales de las secuencias de polinucleótidos que forman el código genético, la consecuencia es que el azar es la única fuente de cualquier novedad biológica, de cualquier cambio del DNA (que forma el código genético) y, por lo tanto, de cualquier "creación" en la biosfera.
Por otra sección, las modificaciones casuales se preservan, reproducen y multiplican en el organismo según la férrea necesidad de la teleonomía y de la invariabilidad. Tampoco el hombre, aparecido por azar en un cosmos completamente indiferente a su destino, no es heredero ni portador de ningún deber o destino biológico. Pero esta constatación no soluciona la angustia de la soledad (angustia asimismo transmitida genéticamente), que para Monod es una característica del hombre.
Esta angustia hereditaria lo empuja a buscar "explicaciones" que den "sentido" a su vida en el planeta, de lo que se deriva el recurso a las explicaciones vitalistas y animistas. Sin embargo, Monod piensa que el hombre puede abandonar sus ilusiones, y que está en condiciones de abrazar lo que él llama "ética del conocimiento", una ética que supone la renuncia a cualquier ideología. El mismo socialismo (del que Monod se afirma partidario) debería abandonar "ponerse cada día" como pura y fácil ideología del avance para inspirarse, por contra, en la ética del conocimiento.
¿Qué opinas de la vida de Jacques-Lucien Monod? ¿Hallaste la información que deseabas encontrar?
Indudablemente descubrir en lo más recóndito a Jacques-Lucien Monod es algo que se reserva a pocas personas, y que pretender recomponer la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Jacques-Lucien Monod es una suerte de puzzleque probablemente lleguemos a rehacer si contribuimos todos juntos.
Por ese motivo, si eres de esas personas que confían en que de modo colaborativo se puede crear algo mejor, y posees información en relación con la existencia de Jacques-Lucien Monod, o acerca de algún elemento de su persona u obra que no se observe en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.
Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente determinantes, ya que marcan la diferencia, y en la ocasión de la vida de alguien como Jacques-Lucien Monod, que tuvo su importancia en una época concreta, es indispensable tratar de mostrar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
No lo dudes y contacta con nosotros para contarnos qué conocimientos tienes tú sobre Jacques-Lucien Monod. Estaremos encantados de completar esta biografía con más información.