La historia del mundo está contada por las mujeres y hombres queen el transcurrir de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han ocasionado quela humanidad, de una forma u otra,progrese.
Comprender las luces y las sombras de las personas destacadas como J. P. Morgan, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo esencial para que seamos capaces de apreciar no sólo la existencia de J. P. Morgan, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por J. P. Morgan, personas a quienes de de una u otra forma J. P. Morgan influenció, y por supuesto, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió J. P. Morgan.
Las biografías y las vidas de personas que, como J. P. Morgan, cautivan nuestra curiosidad, tienen que ayudarnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de J. P. Morgan, porqué J. P. Morgan vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma inexorable, la historia.
Vida y Biografía de J. P. Morgan
(John Pierpont Morgan; Hartford, Connecticut, 1837 - Roma, 1913) Banquero estadounidense. Hijo de un financiero americano afincado en Londres, recibió una educación cosmopolita en Suiza y Alemania. En 1857 comenzó a trabajar en la Bolsa de Nueva York.
A lo largo de la Guerra de Secesión de america (1861-65) estuvo envuelto en oscuros negocios especulativos relacionados con el tráfico de armas y de oro. Posteriormente, con la segunda etapa de la revolución industrial ahora en pleno avance, logró fortuna con los trenes y la deuda pública federal, apoyándose en sus relaciones con la vivienda londinense de su padre y con financieros establecidos en París. Participó en los enormes empréstitos de finales de siglo, como el que logró reflotar las arcas públicas bajo la segunda presidencia de Grover Cleveland (1893-1897); en verdad, jamás abandonaría el negocio de la financiación del Estado.
En los años ochenta puso en juego su solvencia para reordenar el campo ferroviario estadounidense, saneando compañías con adversidades financieras, a partir de invertir capital, recolocar su deuda a intereses mucho más bajos y racionalizar los costos; pero se sostuvo habilidosamente ajeno de la administración ferroviaria en sí, consiguiendo altos provecho de su tutela únicamente financiera.
En el momento en que, en 1901, J. P. Morgan perdió la esencial guerra por el control del ferrocarril Northern Pacific, sus intereses habían comenzado ahora a moverse hacia la industria fabril: compañías como la U. S. Steel, General Electric, ATT o International Harvester fueron reorganizadas financieramente por Morgan entre 1892 y 1902.
En frente de la carencia de principios en los negocios y la rivalidad descomedida de aquella temporada, Morgan defendió un estilo de banca aristocrática, fundamentada en la seguridad y las redes personales; la administración que impuso en las compañías que llegó a supervisar fue marcadamente conservadora, primando la seguridad en menoscabo de la imaginación. Su prestigio en el planeta financiero estadounidense le transformó en líder del establishment de Wall Street, lo que le dejó, por poner un ejemplo, regentar la acción ordenada de los banqueros de Nueva York para contestar al pavor de 1907 y normalizar la situación.
J. P. Morgan amontonó una fortuna ingente, una parte de la que destinaría a proyectos beneficiosas y culturales, como la fundación de la Biblioteca Morgan o la donación de su compilación artística al Museo Metropolitano de Nueva York. Fue tenido por una de la gente mucho más capaces de todo el mundo, personificando el enorme capitalismo de finales del siglo XIX y inicios del XX. Al fallecer le sucedió adelante del negocio su hijo, John Pierpont Morgan Jr. (1867-1943).
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