(Santiago de las Vegas, Cuba, 1923 - Siena, Italia, 1985) Escritor italiano. Hijo de un ingeniero agrónomo, se trasladó desde San Remo (donde transcurrió la mayoría de su niñez) a Turín para continuar exactamente los mismos estudios que su padre, pero los abandonó tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, a lo largo de la que luchó como partisano contra el fascismo. En 1944 se inscribió al Partido Comunista Italiano.
Tres años después publicaba, merced a la asistencia de Cesare Pavese, su primera novela, Los caminos de los nidos de araña, donde narraba su experiencia en la resistencia. A la conclusión de la guerra prosiguió estudios literarios en la Universidad de Turín, por la que se licenció con una proposición sobre Joseph Conrad, y comenzó a trabajar para la editorial Einaudi, con la que colaboraría toda su historia.
Tras divulgar ciertas antologías de cuentos de tipo fabulístico, con las que se distanciaba de la escritura verdadera de sus principios, escribió la trilogía Nuestros ancestros, dentro por El vizconde demediado, El barón rampante y El caballero inexistente, narración fabulosa y poética, infestada de elementos espectaculares, donde proponía el papel del escritor puesto en compromiso políticamente. Por esa temporada, su relación con el PCI se encontraba ahora muy degradada, hasta el momento en que en 1957 terminó por desvincularse de él completamente.
Esta trilogía marcó un considerable giro en su evolución literaria, puesto que, dejando a un lado sus iniciales inclinaciones neorrealistas, logró reinventar fabulosamente el conte philosophique del siglo XVII. Con un refinado juego de hechos simbólicos, que aproximan el estilo del libro a la fábula, en El vizconde demediado (1952) se ha propuesto investigar y denunciar la verdad moderna, tal como la soledad y el temor tácitos en la condición humana. Esta misma problemática sigue en El barón rampante (1957) y El caballero inexistente (1959), proyectos en las que puso de manifiesto su conciencia de vivir en un planeta en el que se niega la mucho más simple individualidad de la gente, reducidas a una sucesión de hábitos preestablecidos.
Destacable fue asimismo su interés por los inconvenientes de la sociedad industrial moderna y la alienación urbana, que quedó plasmado en otra clase de trilogía compuesta por La especulación inmobiliaria (1957), La nube de smog (1958) y La día de un interventor electoral (1963). Gracias a su tarea de crítico literario en la gaceta Il Menabo, que codirigía al lado de Elio Vittorini, entró en contacto con la obra de Raymond Queneau y del conjunto en fase de prueba francés Oulipo, a cuyos planteamientos literarios, basados en el juego formal y la combinatoria de formas y construcciones probables, se aproximó de modo progresivo.
Tras divulgar Marcovaldo (1963), libro en el que confluyen ámbas vertientes de su narrativa, la verdadera y la fabulosa, su poética se abrió a un nuevo tiempo cultural, ética y estilístico, preciso por el interés hacia razonamientos científicos o matemáticos y hacia la experimentación literaria, pero en el que perdura precisamente su característica actitud irónica y deformadora respecto a la verdad. En Cosmicómicas (1965) y Ti con zero (1967) el apunte científico, los modelos inventivos paradójicos, la elaboración de excelentes teoremas o la construcción de ocasiones irreales tienen como propósito contrastar un pensamiento científico, pero asimismo escapar de las prácticas de la imaginación para lograr hacer llegar la realidad de una forma personal y con enorme virtuosismo estilístico.
Reanudó, cuando menos estructuralmente, su gusto por la fabulación fabulosa en El castillo de los sitios cruzados (1969), una meditación mágica sobre el destino del hombre, y en Las ciudades invisibles (1972), descripción de una secuencia de ciudades imaginarias puesta en boca de Marco Polo. Se advierte en estas proyectos un deseo de saber en los mecanismos de la escritura, en sus inconvenientes y en los significados que se ocultan tras las expresiones y de las cosas.
Estas medites se concretaron en sus últimos libros, Si una noche de invierno un viajero (1979), novela redactada en parte importante en segunda persona cuyos personajes principales son el Lector y la Lectora, y Palomar (1983), obra en parte importante autobiográfica, pero asimismo tienen un papel esencial en Punto y aparte (1980) y Colección de arena (1984), grupo de ensayos y meditaciones sobre literatura y sociedad publicados en diferentes periódicos y gacetas.
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