Apreciar lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Irene de Bizancio, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa básica para que seamos capaces de apreciar no sólo la vida de Irene de Bizancio, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Irene de Bizancio, gentes a quienes de un modo u otro Irene de Bizancio influenció, y indudablemente, comprender y entender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Irene de Bizancio.
(Atenas, 752 - Lesbos, 803) Emperatriz de Bizancio. Procedente de una modesta familia, se casó en 769 con León IV, hijo de Constantino Coprónimo. Ejerció enorme predominación sobre su marido, y tras la desaparición de este se granjeó el aprecio de los enormes del reino, y logró que la proclamasen augusta con su hijo Constantino V, un niño de nueve años. Los 2 hermanos del difunto emperador tramaron una conspiración a fin de desposeer a la viuda de sus derechos; pero descubiertos los rebeldes, fueron condenados a muerte por la inflexible emperatriz.
Por este tiempo conminaba Carlomagno el imperio de Oriente, y deseando Irene contener los progresos del coloso conquistador, envió varias tropas contra él, que fueron derrotadas en Calabria en 788. Más favorecida con los sarracenos de Asia, consiguió sobre ellos ciertas victorias, y también logró entonces la paz con Harun-el-Raschid. Sometió Sicilia y arrojó a los esclavos de Grecia; reunió un Concilio en Constantinopla, disolvió la guarda compuesta de incoformistas en su mayor parte, y en el año 787 trasladó a Nicea el concilio que restituyó el culto de las imágenes.
Su hijo Constantino, no contento con tener únicamente el nombre de emperador, despojó a su madre del gobierno, y la desterró al castillo de Eleutere en las playas de Propontide; pero tras quince meses logró salir de él, y se vengó mandando sacar los ojos a su hijo, quedando como única poseedora del imperio.
Este delito no quedó impune, pues tras cierto tiempo el enorme tesorero Nicéforo, habiéndose hecho proclamar emperador, la desterró a la isla de Lesbos, dejándola sin elementos, en semejantes situaciones que debió ganarse el sustento hilando, hasta el momento en que murió despreciada de todos y devorada por los remordimientos.
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