Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la importancia que atesoró Ingmar Bergman en la historia. La forma en que vivió y lo que hizo en el tiempo en que estuvo en este mundo fue decisivo no sólo para aquellas personas que trataron a Ingmar Bergman, sino que posiblemente legó una huella mucho más insondable de lo que podamosfigurar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Ingmar Bergman de forma personal.Ingmar Bergman fue una de esas personas que, por alguna causa, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Comprender las luces y las sombras de las personas significativas como Ingmar Bergman, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa básica para que podamos valorar no sólo la existencia de Ingmar Bergman, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Ingmar Bergman, aquellas personas a quienes de de una u otra forma Ingmar Bergman influenció, y por supuesto, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Ingmar Bergman.
Las biografías y las vidas de personas que, como Ingmar Bergman, seducen nuestra curiosidad, tienen que servirnos en todo momento como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Ingmar Bergman, porqué Ingmar Bergman vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inexorable, la historia.
Vida y Biografía de Ingmar Bergman
(Uppsala, 1918 - Isla de Faro, Suecia, 2007) Director cinematográfico sueco. Hijo de un riguroso pastor protestante, Ingmar Bergman cursó estudios en la Universidad de Estocolmo y consiguió la licenciatura en literatura y también historia del arte con una proposición sobre el dramaturgo August Strindberg. Hasta 1942 dirigió el teatro universitario y, más tarde, fue ayudante de dirección del Gran Teatro Dramático de Estocolmo. En 1943, la productora Svensk Filmindustri (SF) lo contrató para el departamento de guiones.
Un año después, exactamente la misma compañía causó una película desde su novela corta Tortura, que dirigió Alf Sjöberg. Entre 1944 y 1955 fue responsable artístico del teatro municipal de Helsingborg, etapa donde asimismo dirigiría su primera película, Crisis (1946), producida por la SF, y efectuó una sucesión de adaptaciones para el productor sin dependencia Lorens Malmstedt, en las que se muestran ahora sus intranquilidades existencialistas y que merecieron cierto reconocimiento entre el público y la crítica de su país.
No obstante, hasta la aparición de la comedia Sonrisas de una noche de verano, el nombre de Bergman no comenzó a ser a nivel internacional popular. El éxito que alcanzó esta película en el Festival de Cannes de 1956 lo transformó en el creador de tendencia en el cine europeo, y esto propició que se recuperaran varios grabes precedentes suyos.
El cine de Bergman recopila la predominación formal del expresionismo y de la tradición sueca, de forma especial la de Victor Sjöström, y luce por su enorme sentido plástico, prácticamente pictórico, y el aprovechamiento de las opciones del blanco y negro. Sus grabes viran en torno de una secuencia de permanentes temáticas, de forma especial la desaparición y el cariño, marcadas por las intranquilidades existencialistas y religiosas del creador, y abordadas con un tono metafísico y una consistencia de diálogos alentada por sus comienzos en el teatro.
En el extenso grupo de su obra escribió, producido y dirigido películas que engloban desde la comedia rápida al drama psicológico o filosófico mucho más profundo. En sus comedias, el contenido sexual está en mayor o menor medida presente, más allá de que tratado con radical lirismo. La película mucho más simbólica en su filmografía por su enorme influencia entre el público y la crítica es El séptimo sello (1956), una lúgubre alegoría que averigua en la relación del hombre con Dios y la desaparición, para la que empleó elementos narrativos basados en la iconografía cristiana, si bien incorporando audacias personales de enorme efectividad. Su virtuosismo técnico se hace visible en Fresas salvajes (1957), recreación de su niñez para la que usó una composición de narraciones sobrepuestas.
La situación de Bergman como directivo se afianzó de forma plena durante la década de 1960. La obra mucho más representativa de esta etapa es quizá Persona (1966), donde resaltan las simetrías compositivas, los primerísimos planos y el empleo evocador del sonido y la música. Bergman continuó explorando en esta película el alma humana, su incapacidad para la comunicación, para sentir y recibir amor. Los setenta son ahora años de pleno reconocimiento en todo el mundo para el directivo, en que los éxitos y los premios se suceden: Cannes, Hollywood, Venecia, Berlín... Su dedicación al cine no le impidió, no obstante, proseguir haciendo un trabajo para el teatro y la televisión.
En 1976 abandonó su país por inconvenientes fiscales y se instaló en Munich, donde creó su productora. De estos años data su película mucho más atractiva y escencial, Fanny y Alexander (1982), de la que exactamente el mismo creador comentó: «Al fin deseo ofrecer forma a la alegría que, pese a todo, llevo en mí y a la que tan pocas veces y tan de manera vaga doy vida en mi trabajo.» Posteriormente Bergman publicó sus memorias en 2 volúmenes, Linterna mágica (1988) y también Imágenes (1990), y escribió guiones cinegrafográficos para otros directivos, entre otros muchos su hijo Daniel.
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