Imperio Argentina

Ya sea inspirando a otros o siendo una pieza esencial de la acción. Imperio Argentina es una de esas personas cuya vida, realmente, merece nuestro interés debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Imperio Argentina es comprender más acerca de época determinada de la historia de la humanidad.

Conocer las luces y las sombras de las personas relevantes como Imperio Argentina, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo fundamental para que podamos valorar no sólo la existencia de Imperio Argentina, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Imperio Argentina, aquellas personas a quienes de un modo u otro Imperio Argentina influyó, y indudablemente, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Imperio Argentina.

Las biografías y las vidas de personas que, como Imperio Argentina, atraen nuestra atención, deben valernos en todo momento como punto de referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Imperio Argentina, porqué Imperio Argentina vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Imperio Argentina

(Nombre artístico de Magdalena Nile del Río; Buenos Aires, 1906 - Benalmádema, España, 2003) Actriz y artista argentina, estrella de los niveles y de la canción entre los años treinta y sesenta del siglo XX y personaje principal de un elevado número de películas que la catapultaron hacia la popularidad.

Nacida en el clásico vecindario porteño de San Telmo, era hija del guitarrista de origen jibraltareño Antonio Nile y de la actriz malagueña Rosario del Río. Contaba solo seis años en el momento en que subió por vez primera a un tablado, y no lo abandonó hasta pasados los ochenta. No obstante, cuentan que su debut artístico lo logró con 4 años en el bonaerense Café Armonía y que aquel día, como premio a su actuación, recibió leche merengada.

Malena, como la llamaban en su niñez, debe su nombre artístico, Imperio Argentina, al escritor Jacinto Benavente, que quedó impresionado por el desparpajo artístico de una pequeña que, con el paso del tiempo, se transformaría en una talentosa actriz, conocida alén de su Argentina natal y con cuyo nombre fueron bautizadas múltiples calles españolas. El que fuera años después premio Nobel de Literatura justificó la decisión de este nombre diciendo: «Canta tan bien como Pastora Imperio y baila tan bien como Antonia Mercé, la Argentinita».

Su debut sobre los niveles sucedió en 1924, en el teatro Romea de Madrid, a través de la Argentinita. En 1927, el directivo cinematográfico Florián Rey la eligió para interpretar La hermana San Sulpicio, película muda fundamentada en la novela homónima de Armando Palacio Valdés. En 1928 viajó a Alemania para rodar Corazones sin rumbo, de la que solo se preservan unos minutos.

Poco después, el cine sonoro llamaría a su puerta. En 1930 interpretó El instructor de mi mujer, y un año después, Cinépolis. Obtuvo un particular éxito con la película Su noche de bodas, apuntada por Louis Mercanton y Florián Rey, donde cantaba el vals Recordar, a dúo con Manuel Russell, que llegó a ser el éxito discográfico actualmente. Después rodó Lo mejor es reír, versión de españa de Rive gauche, bajo el mando de Alexander Korda. Mas tarde interpretó ¿Cuándo te autodestructibles? y el corto El cliente seductor (1931), adjuntado con Maurice Chevalier.

Como guinda a un enorme año, la todopoderosa Paramount la fichó para accionar en 2 películas al lado de su compatriota Carlos Gardel. De esa unión nacieron La casa es seria y Melodía de arrabal (1932), largometraje que la consagró en las pantallas norteamericanas. Posteriormente, Florián Rey la dirigiría en 2 de sus mayores éxitos, Morena Clara y Nobleza baturra, las dos de 1935.

Años de luces y sombras

Sin embargo, la biografía de Magdalena Nile del Río está infestada de luces y sombras. El éxito de sus películas se vio ensombrecido a fines de la década de los treinta y principios de los años 40 por su flirteo con la corriente falangista de la temporada. José Antonio Primo de Rivera y el mismísimo general Francisco Franco se declararon fervientes seguidores de la estrella. Pero el escándalo la salpicó de lleno en el momento en que el ministro de publicidad nazi, Joseph Goebbels, la invitó a Alemania y le presentó a Adolf Hitler, quien, fascinado por el porte y la hermosura de la artista, la convenció a fin de que interpretase un largometraje sobre Lola Montes, la aventurera irlandesa que maravillaba al dictador.

Imperio Argentina reconoció años después la agradable impresión que le ocasionó el Führer, si bien recordó asimismo con horror y tristeza la llamada Noche de los Cristales Rotos (1938) que se desarrolló en Berlín contra sinagogas y hogares judíos. Imperio estaba en la ciudad más importante, y fue ese día en el momento en que la venda se le cayó de los ojos y descubrió los horrores del nazismo al conocer a su sombrerera, de origen judío, y hallarla fallecida al lado de su marido.

Esta vinculación con el régimen nazi le creó inconvenientes y enemistades, si bien asimismo enormes amigas, como la actriz alemana Marlene Dietrich. Rodó un óptimo puñado de películas por aquellas tierras, entre ellas una versión de la Carmen de Prosper Mérimée, y fue la pequeña mimada de la productora alemana UFA.

Tras su aventura en la Alemania nazi, Imperio Argentina padeció el rechazo en todo el mundo, que se realizó patente con abucheos y piquetes en frente de los teatros donde actuaba en Nueva York, México, D. F., y en nuestra Argentina. Durante los años 40 trabajó bajo el mando del directivo Benito Perojo en las películas Goyescas, Bambú, Los majos de Cádiz y Lo que fue de la Dolores, pero no fue hasta la década de los cincuenta en el momento en que recobró el prestigio deshonrado.

En esos años salieron de su voz éxitos como Los piconeros o La cieguita y de nuevo, tal y como si del destino se tratase, otro enorme personaje de la historia del siglo XX se rindió a sus pies: Fidel Castro. El Comandante quedó fascinado por la artista, quien cosechó un enorme triunfo en la Cuba prerrevolucionaria. Muchos comentan que su hermosura y su enorme talento formaron el coctel idóneo para un éxito que se encontraba escrito desde exactamente el mismo día en que vino al planeta.

Contrajo matrimonio con el director Florián Rey y, tras su separación, con el conde de las Cabezuelas, a quien abandonó poco después recibiendo por este motivo una reprimenda de la Iglesia. Su enorme mal fue indudablemente la pérdida de sus 2 únicos hijos, una lástima que la marcó para toda la vida. En alguna ocasión se mencionó que su enorme amor había sido el actor Rafael Rivelles. Con Carlos Gardel tuvo sus mucho más y sus menos, en tanto que los dos alardeaban de tener un carácter indomable, y como fruto de esa relación profesional, que no ardiente, nació un enorme dúo que protagonizaría Melodía de arrabal; en verdad, Imperio Argentina fue la única mujer que cantó con el enorme creador de tangos.

Su azarosa vida la llevó a difundir en 2001 el libro de memorias Malena Clara, y también inspiró el personaje femenino de la película La pequeña de tus ojos (1998), de Fernando Trueba, interpretado por Penélope Cruz, si bien Imperio Argentina se incordió con el largometraje al estimar que contaba ciertos capítulos de su historia.

Títulos memorables

La filmografía de Malena sumó un total de veintidós películas y un puñado de folletines que rodó en los últimos tiempos de su historia frente a las cámaras. De esa última temporada nacieron títulos como Ama Rosa (1960), Tata mía (1986) y asimismo El polizón del Ulises (1987).

Las enormes talentos artísticas de Imperio Argentina la llevaron asimismo a grabar canciones con el guitarrista y cantante Rafael Medina para el sello Parlophone, tal como armonías cubanas y la versión de un éxito del cine estadounidense, «Carioca», baile que alcanzaría su mayor auge con la coreografía que popularizaron Fred Astaire y Ginger Rogers en Volando a Río (1933).

Imperio Argentina asimismo grabó tangos que Tania y Libertad Lamarque cantaban en América, rivalizando en España solo con Carmencita Aubert, la habitual tanguista y actriz catalana. Los temas Danza maligna y Hacelo por la vieja los cantan al tiempo una y otra, Carmencita para Odeon y también Imperio para el sello Parlophone, y es tema de coleccionistas y melómanos opinar cuál de ámbas cantaba mejor.

Sin embargo, pese a ser una referencia entre sus colegas españolas, como Juanita Reina, Concha Piquer o Paquita Rico, ella misma confesó que, si bien varios la consideraban «mucho más andaluza que las andaluzas», lo propio fue siempre y en todo momento el tango. Y su canción, la que recordaría siempre y en todo momento y guardaría en su memoria, fue Caminito campero, interpretada con Gardel.

Pasados los noventa años recibió la medalla de honor de la Universidad Complutense de Madrid. También se le concedió en Buenos Aires el título de «ciudadana ilustre», si bien ella se sentía en especial orgullosa de tener un retrato de el colgado en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS). El destino no le concedió su último sueño: reunir sobre un ámbito a sus compañeras de cante al lado del reconocido bailarín de flamenco Pepe Marchena. Su luz se apagó en la ciudad malagueña de Benalmádena -donde radicaba desde hacía veinticinco años y donde en el tercer mes del año de 1999 consiguió la nacionalidad de españa- el 22 de agosto de 2003, al lado de sus seis nietas y ocho bisnietos. El eco de su muerte, igual que su historia, recorrió el planeta entero.

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Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son siempre fundamentales, ya que perfilan la diversidad, y en el tema de la vida de un ser como Imperio Argentina, que tuvo su significación en una época concreta, es vital procurar ofrecer una visión de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.

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