Las biografías y las vidas de personas que, como Il Verrocchio, seducen nuestra atención, deben servirnos en todo momento como referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Il Verrocchio, el motivo por el cual Il Verrocchio vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inevitable, la historia.
Vida y Biografía de Il Verrocchio
(Andrea di Michele Cioni; Florencia, 1435 - Venecia, 1488) Orfebre, escultor y pintor italiano. La celebridad del artista florentino Andrea del Verrocchio hay que esencialmente a su obra escultórica, que siguió la tradición naturalista iniciada por Donatello en un mayor interés por la gracilidad y ligereza de la pose.
Andrea Cioni, verdadero nombre de Verrocchio, nació en Florencia en 1435. Aunque su historia es poco famosa, se conoce con seguridad que estudió orfebrería y pintura con Giuliano Verrocchi (de quien tomó su nombre) y Alesso Baldovinetti, respectivamente, y estatua con Antonio Rossellino y, según ciertos autores, Donatello.
Aunque no se preservan proyectos de sus primeros años, debió tener destacable prestigio, ya que en 1665 creó un taller de estatua que admitía asimismo pedidos de pintura y orfebrería, y un año después, a causa de la desaparición de Donatello, se transformó en el artista favorito de la familia Médicis. Su primer trabajo esencial fue en verdad la construcción del mausoleo de Juan y Pedro de Médicis en la iglesia de San Lorenzo, que efectuó en 1472 con una suntuosa ornamentación de mármol y bronce.
Durante los últimos años de su historia Verrocchio desarrolló una intensa actividad escultórica, entre cuyos logros mucho más visibles cabe refererir el monumento al cardenal Niccolò Forteguerri de la catedral de Pistoia, la frágil Dama del ramillete en mármol y el conjunto popular como Cristo y Santo Tomás.
Mención aparte meritan 2 proyectos inspiradas en modelos de Donatello: un David en bronce de fachada soñadora ejecutado antes de 1476 y la monumental escultura broncínea del condottiere veneciano Bartolomeo Colleoni a caballo, terminada tras su muerte por Alessandro Leopardi y erigida en Venecia en 1496, que, si no tiene la intensidad trágica del Gattamelata de Donatello, forma con este, por su excepcional sensación de vitalidad y movimiento, el primordial monumento ecuestre del Renacimiento italiano.
Menor interés tiene su pintura, más allá de que tuvo acólitos de la talla de Perugino, Lorenzo di Credi y Leonardo da Vinci; su cuadro mucho más popular, el Bautismo de Cristo (1474-1475), debe en decisión correcta su popularidad a 2 figuras de ángeles que se atribuyen a la mano de Leonardo.
Obra escultórica
Como Antonio Pollaiuolo, Andrea del Verrocchio se formó como orfebre pero, en contraste a aquel, cambió próximamente de trabajo para ocuparse de lleno a la estatua. Según los autores se le ubica de aprendiz en el taller de Donatello o como colega de Desiderio da Settignano en el monumento Marsuppini, si bien lo mucho más posible es que frecuentara a los hermanos Rossellino. En todo caso, se descubrió próximamente como un artista de excepcional utilidad técnica, que ha podido desarrollar merced a la protección de los Médicis. Figuraba a la cabeza de un taller en el que se acometían trabajos tanto de estatua y pintura como se efectuaban armaduras o retablos. Durante múltiples años los obradores de Pollaiuolo y Verrocchio sostuvieron una rivalidad que fue en prominente nivel provechosa para la Florencia del último tercio del siglo.
La primera enorme obra en la producción de Verrocchio, y entre las de mayor audacia por su facilidad, es la tumba de Juan y Pedro de Médicis en San Lorenzo (1472). En vez de continuar los modelos monumentales de sus predecesores, reservados para los integrantes de las ricas familias patricias, eligió como prototipo los modestos sarcófagos sin figuras premeditados a las gentes menos acaudaladas. En sepa de aparatosas construcciones arquitectónicas o enormes conjuntos escultóricos, son los materiales de forma sabia combinados los que alcanzan hermosos efectos decorativas: el sarcófago de mármol con follaje de bronce en las esquinas y con laterales de pórfido colorado (verde para los medallones) se sostiene sobre una interfaz de mármol que descansa sobre 2 pequeñas tortugas, y el grupo queda enmarcado por una reja de bronce. Por el opuesto, en el cenotafio Forteguerri, empezado en 1477 para la catedral de Pistoia, Verrocchio concibió un extenso despliegue de figuras que lamentablemente no ha podido finalizar, y fue deteriorado con torpes añadidos en los siglos XVI y XVIII.
Es célebre su David de bronce (Museo del Bargello, Florencia), efectuado entre 1473 y 1475, de tamaño tenuemente menor que el de Donatello. La representación de David como un joven héroe triunfante sobre el enorme filisteo Goliat es un fundamento recurrente en el arte del Renacimiento, quizás pues su figura fue considerada por los artistas muy correcta para encarnar los nuevos valores humanistas. El joven pastor hace aparición representado con unos aspectos finos, distinguidos y un poco andróginos, al paso que exhibe una expresión altiva y desdeñosa, tal y como si se sintiese orgulloso de haber dado muerte a Goliat, cuya cabeza cortada yace a sus pies.
Previamente (1470) había derretido el Amorcillo con delfín (1478-1479, Palazzo Vecchio, Florencia), concebido para coronar una fuente en la villa medicea de Careggi; es un exquisito niño que muestra un movimiento espiral con varios concretes, antecedente de la figura serpentinata (que da un giro sobre su eje y que se impondrá en el siglo XVII).
Dieciocho años, desde 1465 hasta 1483, tardó en terminar el conjunto de Cristo y Santo Tomás, asimismo llamado Incredulidad de Santo Tomás, para entre los tabernáculos exteriores de Orsanmichele, un increíble bronce lleno de contrastes, con drapeado claroscuro y líneas oblicuas, que es una de sus piezas maestras. No sería bien difícil hallar en el repertorio de Donatello las estatuas que han inspirado estos trabajos, ya que Verrocchio se ha propuesto siempre y en todo momento amoldar los mucho más insignes temas del profesor, para lo que prosiguió un sendero intermedio entre el trazo marcado y en ocasiones duro de este y la tersura plana y sutil de Desiderio da Settignano.
La frontalidad y la centralidad que habían gobernado hasta el momento el retrato en pecho fueron transformadas por Verrocchio en un continuo escultórico en el que se multiplican los planos de la figura y aparece una significación novedosa desde insólitos aspectos de carácter. La Dama con ramillete (h. 1478, Museo del Bargello, Florencia), de ricas transparencias, incluye por vez primera las manos en una estatua de estas especificaciones, y en el retrato de Giuliano de Médicis (National Gallery of Art, Washington) contrasta el enérgico relieve de la armadura con la cara del personaje, que dirige vivazmente su atención hacia un punto ubicado fuera del alcance del espectador.
Desde 1481-1488 se le encargó en Venecia la realización del monumento al condottiere Bartolomeo Colleoni, magnífica escultura ecuestre para cuya concepción partió, como Donatello para su Gattamelata, del Marco Aurelio (siglo II d.C.) del Museo Capitolino. Verrocchio, como es frecuente, da otra vuelta de tuerca al ejercicio donatelliano incrementando el tamaño del jinete y también imprimiéndole su característico giro en el torso, mientras que trata de reproducir el movimiento del corcel por medio del insuperable plasticismo de la musculatura y la situación mucho más activa de las patas, con lo que sobrepasa el aspecto, un poco estática, del Gattamelata.
Como al fallecer el creador en 1488 aún no se había derretido el monumento, se ha propuesto la labor a su alumno y heredero el pintor Lorenzo di Credi, que la rechazó; se ocupó de ello Alessandro Leopardi en 1490. El acabado final en frío de esta magna escultura ecuestre no hay que, por consiguiente, a Verrocchio, lo que no impide ver la intensidad de su concepción. Es comprensible que su más importante acólito, Leonardo da Vinci, la tomase como modelo para el monumento Sforza, que lamentablemente jamás se efectuó.
Obra pictórica
Andrea del Verrocchio adquirió su capacitación pictórica por medio de Alesso Baldovinetti, del que heredó la preocupación por las gradaciones tonales del paisaje, si bien sus intranquilidades pictóricas eran mucho más acordes con las de Antonio Pollaiuolo en lo que hace referencia al estudio de anatomías y a la ejecución a través de un dibujo duro y también incisivo. Bien es verdad que Verrocchio aportó ciertas resoluciones técnicas y logró nuevos efectos luminosos intentando ofrecer mayor relieve plástico a sus figuras, lo que se derivaba precisamente de su experiencia como escultor.
Su actividad pictórica se desarrolló a lo largo de diez años, entre 1470 y 1480. Como obra mucho más importante debe señalarse el Bautismo de Cristo (Galería de los Uffizi, Florencia), efectuado hacia 1475. Al parecer Verrocchio completó un cuadro sin finalizar, y uno de sus acólitos mucho más aventajados, Leonardo da Vinci, pintó ámbas figuras infantiles de la izquierda. Los cuerpos y ropajes de Jesucristo y San Juan Bautista están poderosamente trabajados, con un modelado seco y prácticamente metálico solamente atenuado por algún refinado claroscuro. No obstante, en el muy, muy dulce ángel de la izquierda que mantiene la túnica de Cristo y en el lumínico y mórbido paisaje del fondo semeja advertirse, ciertamente, la intervención del joven Leonardo.
Mucho más explícito es el estilo de Verrocchio en la Virgen con San Juan Bautista y San Donato (catedral de Pistoia), retablo efectuado hacia 1478 que muestra una composición de una simple amplitud, un especial paisaje y figuras de magnífico modelado. En esta obra cooperó Lorenzo di Credi (1459-1537), uno de sus estudiantes y primordial ayudante para los pedidos pictóricos. En este sentido, no es sencillo dilucidar qué partes corresponden a su mano de ámbas madonas que se le atribuyen (National Gallery, Londres; Staatliche Museen, Berlín), en tanto que el fino modelado, que imita la luz del bronce y acentúa el efecto de relieve, fue de manera perfecta asimilado por su acólito.
Lorenzo di Credi pintó en su juventud proyectos esenciales como Venus y una Anunciación (h. 1485, Galería de los Uffizi, Florencia) o la Virgen con el Niño y San Juan Niño (h. 1485, Galería Borghese, Roma), basándose en el estilo de su profesor pero fundiendo eclécticamente especificaciones de Perugino o Botticelli. También se interesó por el refinamiento del arte flamenco y por el naturalismo leonardesco, y desde 1500 efectuó prácticamente de forma exclusiva impecables y meticulosas tablas de tema sacro. También los nombrados Botticelli, Perugino y Leonardo fueron estudiantes de Verrocchio, lo que da iniciativa de su trascendencia como personalidad dinamizadora y aglutinante de fermentos pictóricos en la etapa última del Renacimiento temprano, tendencias que se consolidarán y conformarán las líneas maestras del Cinquecento.
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