La historia del mundo la narran las personas quea lo largo de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han ocasionado quela humanidad, de una forma u otra,progrese.
Ya sea inspirando a otros seres humanos o siendo parte de la actuación. Ignacio Agramonte es uno de esos seres humanos cuya vida, en verdad, merece nuestra consideración por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Ignacio Agramonte es comprender más acerca de periodo preciso de la historia del ser humano.
Conocer las luces y las sombras de las personas destacadas como Ignacio Agramonte, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo básica para que seamos capaces de poner en valor no sólo la existencia de Ignacio Agramonte, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Ignacio Agramonte, aquellas personas a quienes de un modo u otro Ignacio Agramonte influyó, y desde luego, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Ignacio Agramonte.
Las biografías y las vidas de personas que, como Ignacio Agramonte, atraen nuestra atención, tienen que servirnos siempre como referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Ignacio Agramonte, el motivo por qué Ignacio Agramonte vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma inexorable, la historia.
(Ignacio Agramonte y Loinaz o Loynaz; Camagüey, 1841 - guerra de Jimaguayú, 1873) Patriota cubano que fue presidente del Comité de Camagüey y redactó la primera constitución de la República de Cuba.
Perteneció a entre las familias de sobra prestigio y dinero de Camagüey, exactamente la misma su mujer Amalia Simoni Argilagos. Estudió Derecho en La Habana y en 1867 ingresó en la carrera jurídica. Desde los primeros años de la facultad se sintió atraído por las ideas independentistas y se integró en los conjuntos que desde los claustros propugnaban y luchaban por la independencia de Cuba.
En 1868, más allá de que su capacitación era rigurosamente académica, se unió a las fuerzas de Carlos Manuel de Céspedes en la insurrección de La Demajagua y se ocupó de regentar a los rebeldes en la provincia de Camagüey. Más tarde, con la conformidad de Céspedes, desempeñó el cargo de comandante de las fuerzas revolucionarias.
El 27 de diciembre de 1868 fue encargado a la Asamblea constituyente de Guaimaro. En la asamblea se dictó la primera ley cubana de abolición de la esclavitud que redactó y firmó Agramonte; si bien solo tuvo vigencia en los territorios dominados por los revolucionarios, fue un importante antecedente que forzó a España a poner en vigor la ley que liberaba a los esclavos inferiores de 11 años y mayores de 60. La ley Moret (nombre del político liberal que la impulsó, Segismundo Moret) tuvo pocos efectos, pero ámbas leyes, tanto la cubana como la de españa. marcaron el principio del fin de la esclavitud.
En febrero de 1869, por encargo de la Asamblea, Agramonte redactó la primera constitución de la República de Cuba. Cuando el capitán general Domingo Dulce llegó a la Isla Domingo, Agramonte, como presidente del Comité de Camagüey, mantuvo con él múltiples diálogos sin conseguir ningún acuerdo. El gobierno de Dulce se encaró a los independentistas y en 1870, frente a las medidas represivas contra los revolucionarios criollos, Agramonte renunció a las representaciones legislativas para tomar partido activa en la pelea y fue nombrado mayor general jefe de la división de Camagüey.
Con una república recién estrenada y varios intereses contrapuestos entre sus líderes, resultaba irrealizable que no brotaran distintos puntos de vista que condujesen a combates. Diferencias surgidas con Carlos Manuel de Céspedes le forzaron a renunciar al cargo. Sin embargo, después volvió a los campos de guerra para combatir por la independencia de su compañero Manuel Sanguily, que había caído preso a cargo de las tropas españolas. A partir de ese instante fueron varios los encuentros con las fuerzas realistas; en uno, en el combate de Jimaguayú, perdió la vida en el momento en que no había cumplido los 32 años.
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Por eso, si eres del tipo de personas que confían en que colaborando existen posibilidades de crear algo mejor, y detentas información sobre la biografía de Ignacio Agramonte, o con respecto a algún particularidad de su persona u creación que no se observe en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.
Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son en todos los casos determinantes, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de alguien como Ignacio Agramonte, que detentó su trascendencia en un momento histórico concreto, es fundamental intentar ofrecer una visión de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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