Ibrahim Babangida

Ya sea inspirando a otros o siendo parte de la actuación. Ibrahim Babangida es una de esas personas cuya vida, realmente, merece nuestra consideración debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Ibrahim Babangida es comprender más acerca de una época concreta de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la relevancia que tuvo Ibrahim Babangida en la historia. La forma en que vivió y aquello que hizo en el tiempo en que estuvo en el mundo fue decisivo no sólo para quienes frecuentaron a Ibrahim Babangida, sino que a lo mejor legó una huella mucho más honda de lo que podamosimaginar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Ibrahim Babangida de forma personal.Ibrahim Babangida fue una de esas personas que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Las biografías y las vidas de personas que, como Ibrahim Babangida, atraen nuestro interés, tienen que servirnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Ibrahim Babangida, porqué Ibrahim Babangida vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Ibrahim Babangida

(Ibrahim Badamasi Babangida; Minna, 1941) Político nigeriano, presidente de la República entre 1985 y 1993. De etnia Gwari y religión musulmana, cursó estudios en la Escuela Militar de Kaduna y en la Academia Militar India. En 1966 fue impulsado a teniente y completó su instrucción en el Royal Armoured Corps, Reino Unido. Sirvió como oficial a lo largo de la guerra de Biafra (1967-1970) y más tarde (1970-1972) como comandante instructor en la Academia de Defensa de Nigeria.

En 1974 ascendió a teniente coronel y efectuó un curso en el Army Armoury School, Estados Unidos. Miembro de las juntas militares de 1975 y 1976, en 1983 fue nombrado directivo de Planificación del Ejército con el rango de general de división. Como tal, participó en el derrocamiento aquel año del presidente civil Alhaji Shehu Shagari por el general Muhammadu Buhari.

Siendo integrante del Consejo Militar Supremo y comandante en jefe del Ejército, encabezó un golpe de Estado (el sexto desde la independencia en 1960) el 27 de agosto de 1985, que desplazó a Buhari del poder y también instituyó un Consejo de Gobierno de las Fuerzas Armadas (AFRC). Entonces su reputación de hombre de acción (participó decisivamente en el aplastamiento del complot golpista de febrero de 1976, que costó la vida al presidente militar Ramat Muhammed y desembocó en la Junta de Olusegun Obasanjo), se equiparó con los métodos parcos y reposados de Buhari. El desprecio exhibido por Buhari hacia los deseos populares de mayor independencia fue, según Babangida, entre las causas que motivaron su intervención.

En julio de 1987 Babangida anunció un programa para la normalización institucional, que pasaba por la convocatoria a selecciones municipales ese año (sin contestación de partidos, que proseguían prohibidos), selecciones a las reuniones de los Estados en 1990 y a la reunión federal en 1992. Efectivamente, el 12 de diciembre de 1987 se festejaron los comicios locales y en el mes de mayo de 1989 se publicó un nuevo artículo constitucional, que confirmaba la naturaleza federal del Estado.

No obstante, el 7 de octubre de 1989, tras una secuencia de violentos altercados, Babangida suspendió los seis partidos autorizados el 3 de mayo previo y anunció la creación de solo 2 formaciones, el Partido Socialdemócrata (SDP) y la Convención Nacional Republicana (NRC), concebidos y organizados por el AFRC y que ocuparían respectivamente la izquierda y la derecha del fantasma político en el régimen constitucional.

Exactamente la misma sucediese en el mes de abril de 1986, el 22 de abril de 1990 Babangida superó una dañina tentativa golpista (69 militares en teoría implicados fueron ejecutados y varios civiles sospechosos de cooperación padecieron persecución) y el 8 de diciembre se festejaron novedosas selecciones locales, en este momento sobre la base partidaria. El 14 de diciembre de 1991 se escogieron los gobernantes y las reuniones de los 30 estados, y el 4 de julio de 1992 los miembros del congreso de los diputados de la Asamblea Federal; pero las de presidentes, que debían sospechar la devolución del poder a los civiles el 1 de octubre de 1992, han quedado pospuestas hasta 1993, en el momento en que han quedado canceladas las primarias para escoger las candidaturas del SDP y el NRC.

El 2 de enero de 1993 Babangida disolvió el AFRC y sus prerrogativas fueron transferidas a un Consejo Nacional de Defensa y Seguridad (NDSC, militar), mientras que el gobierno fue sustituido por un Consejo Nacional de Transición (CNT, principalmente civil). Las selecciones de presidentes tuvieron rincón por último el 12 de junio de 1993, pero Babangida, inesperadamente, se negó a admitir al virtual vencedor, Moshood Abiola, del SDP, y suspendió el desarrollo de transición, que debía haber acabado el 27 de agosto con la asunción del gobernante del país elegido.

Se sugirió entonces como razón de semejante resolución la enorme popularidad de Abiola y su incierta docilidad más adelante régimen civil bajo supervisión militar. Lo es cierto que, tras reprimir con contundencia las manifestaciones liberadas y darse de baja del servicio activo en el Ejército, Babangida dimitió el 26 de agosto a favor del CNT. No obstante, el 18 de noviembre los militares se hicieron terminantemente con el poder de la mano del general Sani Abacha.

Si bien llegó al poder como un defensor de los derechos humanos, su actuación en este lote se deterioró paulativamente. Sus reformas de la administración y las fuerzas de seguridad, acordes con el modelo de Estado federal, pero no tanto con el de secular del mismo modo vigente (en Nigeria hay prácticamente muchos cristianos como musulmanes), provocaron tensiones religiosas, no exentas de politización regional, tal que fue acusado de dar de comer las esperanzas de los que pretendían la implantación de la sharia en los estados del norte y la islamización de todo el país. En situación, maniobras como la promoción de musulmanes nórdicos a puestos clave del Gobierno y el Ejército sirvieron más que nada a sus deseos de consolidación en el poder.

Por año de llegar al poder Babangida declaró la Emergencia Económica Nacional y anunció como ineludible la app de medidas de austeridad. Aceptó las sugerencias del Banco Mundial para la restauración económica con apariencia de un Programa de Ajuste Estructural, que presentó a la opinión pública, no como algo impuesto desde fuera, sino más bien como una idea caracteristica de ajuste estructural. Dolorosos para la economía de la población, los efectos de este programa se advirtieron a fines de la década con apariencia de una bajada de la inflación y de un presupuesto nacional mucho más equilibrado.

Adelante del país mucho más populoso de África, capacidad política y petrolera regional, Babangida ingresó a Nigeria en la Organización para la Conferencia Islámica (1986), adoptó una clara posición a favor de la retirada iraquí de Kuwait (1990) y lideró y aportó el abultado de las tropas de la misión de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) en Liberia, que desde el 20 de agosto de 1990 observó la app de los pactos de paz. En la cima de la OUA conmemorada en Abuja los días 3-5 de junio de 1991 Babangida fue escogido presidente de turno de la organización para el periodo 1991-1992.

En julio de 1998, poco tras el súbito fallecimiento de Abacha y de comenzar las novedosas autoridades militares una auténtica transición democrática, Babangida logró unas afirmaciones en las que aceptó su compromiso por sus actuaciones de 1993, que favorecieron la imposición del mucho más severo régimen de Abacha y que retrasaron el retorno de los uniformados a los cuarteles otros seis años.

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Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son en todos los casos determinantes, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de alguien como Ibrahim Babangida, que tuvo su significación en una época concreta, es fundamental procurar brindar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

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