Hu Jintao

Ya sea inspirando a otros o tomando parte de la acción. Hu Jintao es uno de esos sujetos cuya vida, en verdad, merece nuestra atención debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la vida de Hu Jintao es conocer más sobre época determinada de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la trascendencia que tuvo Hu Jintao en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que estuvo en la tierra fue decisivo no sólo para quienes trataron a Hu Jintao, sino que posiblemente produjo una huella mucho más honda de lo que podamosconcebir en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Hu Jintao de forma personal.Hu Jintao fue un ser humano que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Conocer las luces y las sombras de las personas significativas como Hu Jintao, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo fundamental para que podamos apreciar no sólo la vida de Hu Jintao, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Hu Jintao, personas a quienes de de una forma u otra Hu Jintao influyó, y por supuesto, conocer y descifrar cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Hu Jintao.

Vida y Biografía de Hu Jintao

(Jixi, 1942) Político chino que fue presidente de la República desde 2003 hasta 2013. Hu Jintao nació en Jixi, en la provincia oriental de Anhui, en el mes de diciembre de 1942, según la biografía oficial; pero los sinólogos extranjeros llegaron a la conclusión de que su rincón de nacimiento fue Shanghai, hijo de un profesor y mercader que murió a lo largo de la Revolución Cultural (1966-1976). La conveniencia política del origen campesino y la vinculación de sus ancestros con la zona rural de Anhui comentan la discrepancia en lo que se refiere a sus orígenes. Su padre fue considerado un pequeño burgués, dueño o mercader en la escala popular establecida por los marxistas en 1949.

Ingeniero hidráulico, diplomado por la reconocida Universidad Tecnológica de Quinghua de Pekín en 1965, y integrante de la Liga de Juventudes Comunistas, Hu Jintao padeció una represalia en la mitad de las turbulencias de la Revolución Cultural por la parte de los Guardias Rojos, que lo sometieron a un par de meses de «reforma a través del trabajo», a forma de capacitación política. En 1968 fue enviado a la lejana provincia de Gansu para trabajar en un emprendimiento de su especialidad: proyectos de irrigación y construcción de la presa de las gargantas de Liujia en el Huang He (río Amarillo). Su jefe provincial y asegurador, Song Ping, llegó a ser una figura influyente en el ámbito reformista del partido.

Primeros pasos en la política

Tras el ascenso al poder de Deng Xiaoping (1978), Hu Jintao regresó a Pekín en 1981 para estudiar en la Escuela Central del partido, donde conoció a Hu Yaobang, flamante secretario general del PCCh, que se ocupó de apresurar su trayectoria al promoverlo a secretario del comité provincial de la Liga de las Juventudes Comunistas en 1982 y integrante suplente del comité central.

En 1985, en un instante de pugna encarnizada entre reformistas y conservadores, fue designado secretario del partido en la pobre y montañosa provincia de Guizhou, en el suroeste, su 1° puesto de compromiso ejecutiva. Fiel a la inspiración liberal, ofreció cobijo a ciertos intelectuales que escapaban de las purgas y crispaciones déspotas, como el pensador y crítico literario Liu Zaifu, que acabaría exiliado en Estados Unidos.

Cuando Hu Yaobang cayó en desgracia, Hu Jintao aceptó disciplinadamente la novedosa situación y aceptó la autocrítica contra «la liberalización burguesa». Su ascenso siguió siendo escogido integrante de pleno derecho del comité central, afirmado en el XIII Congreso del PCCh (octubre de 1987), y diputado de la Asamblea Nacional Popular (marzo de 1988).

Delfín de Deng Xiaoping

Hu Jintao fue el primer dirigente no militar en asumir la dirección del PCCh en el agitado Tíbet entre 1988 y 1992. Realizó una visita de cortesía al Panchen Lama en Xigatse, pero la desaparición de este agudizó la tensión y exacerbó el descontento. Ante las manifestaciones antichinas que se sucedieron en Lhasa en el mes de marzo de 1989, impuso la ley marcial, detuvo a los presuntos agitadores y refrenó con dureza a los participantes de la manifestación, de los que por lo menos 40 resultaron fallecidos por tiros del ejército. No obstante, los seguidores del líder espiritual Dalai Lama piensan que Hu Jintao es un hombre con el que se puede hablar.

Impresionado por su actuación en el Tíbet, el entonces patriarca Deng Xiaoping lo apuntó como uno de sus probables delfines, en vísperas de la sanguinolenta opresión de la disidencia en la plaza de Tiananmen de Pekín, en el mes de junio de 1989. Alegando que sufría el mal de altura, Hu Jintao se trasladó a Pekín para volver como estaba, y en la crisis que prosiguió a la intervención del ejército contra los alumnos no vaciló en situarse del lado de los conservadores.

Alumno de la Escuela Central del partido en 1991, efectuó ciertas indagaciones sobre la socialdemocracia y el poscomunismo en Europa. En el congreso del PCCh de octubre de 1992, en el que se causó un extenso reajuste de la dirección, fue reelegido integrante del comité central y ascendió al comité persistente del politburó, máximo órgano ejecutivo, que entonces tenía siete integrantes. En 1993 pasó de alumno a directivo de la Escuela Central del partido, dominada por los epígonos de Deng Xiaoping, incondicionales de la economía de mercado según el método de «un país, 2 sistemas».

Confirmado en sus cargos por el XV Congreso del PCCh (septiembre de 1997), la Asamblea Nacional Popular lo escogió vicepresidente de la república en el tercer mes del año de 1998 y sustituto designado de Jiang Zemin, si bien en ese instante, tras el fallecimiento de Deng, ocupaba el quinto rincón en la jerarquía.

Solicitado de regentar una alocución al país con ocasión del bombardeo por la OTAN de la embajada china en Belgrado (8 de mayo de 1999), su dureza oratoria dio pábulo a la hipótesis de que era un nacionalista reconocido con las corrientes habituales de hostilidad hacia Estados Unidos. Culminó su trayectoria siendo designado vicepresidente de la Comisión Militar Central en el mes de septiembre de 1999. En una asamblea del politburó (abril de 2000), Jiang Zemin le apuntó explícitamente como su sustituto.

El sustituto de Jiang Zemin

Al investigar su trayectoria, los sinólogos destacan 2 especificaciones. En primer rincón, su conocimiento de la China retrasada, rural y populista (las provincias pobres del interior, en las que pasó una gran parte de su historia), muy distinta del tiempo de mundialización y negocios simples que se respira en Pekín o Shanghai. En segundo rincón, su pragmatismo tecnocrático y su absoluta lealtad a los intereses del PCCh, inflexible frente cualquier desidia, y también inspirado siempre y en todo momento por el doble método de la estabilidad a nivel político y el progreso económico.

Para elaborar su llegada al poder supremo y mitigar al tiempo su falta de experiencia en todo el mundo, Hu Jintao dedicó parte importante de 2001 a viajar al extranjero. Durante su periplo europeo sostuvo entrevistas con Tony Blair, Gerhard Schröder y Vladimir Putin. En mayo de 2002 efectuó una visita a Estados Unidos y se reunió con el presidente George W. Bush.

En el XVI Congreso del PCCh, festejado en Pekín, fue escogido secretario general, cargo en el que sucedió a Jiang Zemin, el 15 de noviembre de 2002. El comité persistente del politburó pasó de siete a nueve integrantes, una ampliación fruto del especial deber entre los socios de Hu Jintao y los protegidos del jubilado Jiang Zemin. Este continuó como presidente de la Comisión Militar Central.

El nuevo secretario general, que encarna la cuarta generación de líderes desde 1949, tuvo que tener muy presente las ideas y los intereses de los que contribuyeron a su encumbramiento. Además de proseguir la modernización del país y del partido, y de combatir contra la corrupción y el clientelismo, debía realizar en frente de una situación financiera desastrosa, pero sin cambiar la superestructura política. Mantuvo una actitud poco comprometida en la crisis de la ONU sobre Iraq.

Aunque defensor a ultranza del dogma de la hegemonía comunista, el XVI Congreso del PCCh decidió el abandono práctico de la pelea de clases y la entrada en el partido de los representantes del ámbito privado de la economía, de la novedosa clase burguesa que aparece del avance económico capitalista, «las fuerzas productivas destacadas», según la jerga oficial.

La renovación de la jerarquía política se completó en la sesión plenaria de la Asamblea Nacional Popular, donde Hu Jintao fue escogido presidente del Consejo de Estado de la república (jefe del Estado), el 15 de marzo de 2003 por una mayoría trascendente: 2.937 votos a favor, 4 en contra y 3 abstenciones. Por primera oportunidad, el jefe del Estado era un líder que inició su trayectoria tras la toma del poder por los marxistas en 1949, en un país intensamente transformado, de espaldas al comunismo y en vías de un acelerado desarrollo económico.

Pero Jiang Zemin, desde la Comisión Militar Central, cargo semejante a jefe supremo del ejército, ha podido retener una parte del poder. Esta situación de bicefalia en la cúspide, que se causó en los últimos tiempos de Deng Xiaoping, refleja la estabilidad entre los veteranos y los mucho más jóvenes, conservadores y reformistas, garantía de la continuidad clásico.

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