Las biografías y las vidas de personas que, como Howard Philips Lovecraft, seducen nuestra atención, deben ayudarnos siempre como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Howard Philips Lovecraft, el motivo por el cual Howard Philips Lovecraft vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma inexorable, la historia.
Vida y Biografía de Howard Philips Lovecraft
(Providence, 1890 - 1937) Escritor estadounidense. Maestro indiscutible de la literatura fabulosa, su obra excede de todos modos la confluencia de géneros como la literatura de terror y la ciencia ficción hasta cristalizar en una narrativa única que recrea una mitología terrorífica de seres de un inframundo paralelo. Los panoramas de la naturaleza de su zona natal, Nueva Inglaterra, influyeron en su temperamento fantasioso y melancólico. Desde niño se formó en lecturas mitológicas, en la astronomía y en las ciencias. En 1919 leyó la obra de Lord Dunsany, que lo marcó sensiblemente; lo mismo le ocurrió con Edgar Allan Poe y Arthur Machen. La mayor una parte de sus proyectos fue publicada en la gaceta Weird Semejantes.
Considerado entre los mucho más refulgentes y auténticos autores de narrativa fabulosa del siglo XX, la popularidad de H. P. Lovecraft medró más que nada tras su muerte, en el momento en que su obra, aparecida en un inicio en gacetas preparadas, fue publicada en volumen. En su narrativa se funden elementos heterogéneos: el influjo de Edgar Allan Poe, identificable en algunas atmosferas y elementos especialistas de sus cuentos juveniles, pero asimismo en las novelas de madurez como En las montañas de la disparidad (1931); los nudos con la tradición y el paisaje de la Nueva Inglaterra, oníricamente transformado en espacio fabuloso; o los arranques de ciencia-ficción, que son desarrollados en cuentos como El color que cayó del espacio (1927).
El título de mayor singularidad de la obra de Lovecraft radica, no obstante, en la creación de una complicada y personal mitología monstruosa en el centro de la que están los old ones, divinidades horripilantes expulsadas de la Tierra en los tiempos prehistóricos y en pelea para tomar posesión de ella. Estos seres horripilantes y malolientes se muestran primero de manera ocasional y después poco a poco más orgánicamente en cuentos como Las ratas en las paredes (1924), Los mitos de Cthulhu (1926) y El horror de Dunwich (1927), y en novelas como El caso de Charles Dexter Ward (1927).
Tal mitología tomó forma gradualmente; se enriqueció con divinidades inferiores con esferas de predominación diferentes y se mantuvo con el recurso a los libros falsos malditos, como el Necromicón. Partiendo de sugestiones góticas, por medio de pesadillas poco a poco más angustiosas, el terror en Lovecraft se transforma en cósmico, cifra extrema de su pesimismo filosófico.
Las ratas en las paredes (1924) es una exhibe magistral de sus primeros trabajos, en los que únicamente se esbozaba la mitología de las cosas malvadas que continuó construyendo en sus cuentos y novelas siguientes. Delapore, un americano descendiente de ingleses, se traslada en el año 1923 al castillo de Exham Priory, descuidado desde hace tiempo y restaurado según los planos viejos del mismo. Allí habían vivido sus ancestros en la temporada de Jacobo I, pero múltiples homicidos habían exterminado entonces toda la estirpe excepto un único superviviente: Walter de la Poer. Sospechoso de ser el creador de los homicidos, si bien no había podido probarse, este último descendiente emigró a la colonia de Virginia.
Delapore únicamente puede disfrutar unos pocos días de su propiedad, ya que tras poco tiempo se oyen unos ruidos en el castillo que suenan tal y como si corriesen inmensidad de ratas tras los entapices y de los revestimientos de las paredes, lo que causa a él y a los criados una horrible incomodidad. En el curso de sus indagaciones halla en el sótano una muy, muy antigua piedra de sacrificios, de la que semeja desprenderse que en la temporada de la dominación romana en Bretaña estaba en tal sitio un espacio de culto a las divinidades Atis y Cibeles.
Adjuntado con su amigo, el capitán Norrys, y ciertos arqueólogos londinenses, Delapore baja pocos días después a las criptas mucho más profundas del castillo, en donde le aguardan unas "situaciones de horror inenarrable": bajando por una escalera cubierta de huesos roídos, llega a una gigantesca gruta y ve moradas de todas y cada una de las temporadas, desde los principios de la raza humana hasta los tiempos de los Estuardo, en donde personas de las distintas etapas habían sido presas y reducidas a un estado puramente animal, como víctimas de un culto antropófago de tiempos antediluvianos, o se habían transformado en la presa de un "ejército hambriento, malvado y gelatinoso de ratas".
Delapore, separado de repente del conjunto de estudiosos, es empujado por las ratas "hacia las grutas mucho más lejanas, en las supones mucho más profundas de la tierra", en donde "Nyarlahotep, el dios desquiciado sin cara, ulula ciego al compás de 2 flautistas idiotas". Sin embargo, posiblemente esta visión le fuera infundida por su fantasía ofuscada y morbosamente exagerada por los horripilantes descubrimientos, ya que en el momento en que regresa en sí descubre que había sido encontrado cerca del semidevorado cadáver de Norrys, balbuciendo expresiones enigmáticas: el "genius loci", los lémures del infierno habían logrado conseguir el poder de él (exactamente la misma antes lo habían hecho con sus ancestros) y lo habían transformado en un caníbal. Y consigue entonces entender asimismo el destino de Walter de la Poer: había descubierto que los sobrantes integrantes de la familia participaban en los sanguinolentos ritos de la gruta, los había matado y había sido de esta manera un benefactor para la raza humana.
Como declaró exactamente el mismo Lovecraft, sus cuentos están basados en la historia de historia legendaria de que "este planeta había estado habitado en tiempos recónditos por otra raza, que fue aniquilada y echada en el momento en que ejercitaba la magia negra, pero que prosigue viviendo fuera de todo el mundo, estando preparada en todo instante a regresar a tomar posesión de esta tierra". En otros cuentos hablamos de diablos devoradores de cadáveres, que penetran en nuestro planeta racional, quedando retenidos -como por poner un ejemplo en El modelo de Pickman (1927)- por un pintor en espantosos retratos.
En La música de Erich Zann (1925), el músico Zann es atormentado por monstruos "que viven en zonas indeterminadas y en dimensiones que están fuera de nuestro cosmos material", y le inspiran al tiempo para una parte de violín de una belleza irreal. En La visita de Cthulhu (1928), cuya acción se lleva a cabo en una isla de los mares del sur en donde están unas creaciones ciclópeas prehistóricas, regresa a mostrarse por un corto período temporal el Cthulhu que está agazapado dentro de la tierra. Y en El horror de Dunwich (1929), un espíritu maléfico de la clase mucho más horrible medra en Nueva Inglaterra, logrando ser destruido únicamente por hombres "familiarizados con las ciencias escondes y prohibidas".
Lovecraft cambia su temática del horror con una fantasía ingeniosa y enormemente sugestiva; jamás le faltan figuras del lenguaje para caracterizar opresivos estados de terror, sitios en donde se ciernen riesgos inminentes, "llenos de mucosidades negras, masticados por la niebla", o unas barbaridades repulsivas "que apestan como diablos". Continuamente introduce referencias equívocas sobre las relaciones de su mitología con el culto de vudú, con la Atlántida, las enigmáticas piedras de Stonehenge y de la Isla de Pascua, o las cazas de brujas en Nueva Inglaterra.
Sus cuentos, entre cuyos ancestros debemos contar naturalmente a Edgar Allan Poe, revelan la predominación de los autores ingleses de cuentos de horror Arthur Machen y Lord Dunsany, pero Lovecraft amplía las zonas del horror literario con ocurrencias totalmente propias, con las que organizó de manera sistemática una "mitología Cthulhu". El interés asimismo teorético de Lovecraft por la literatura fabulosa está testimoniado por sus escritos críticos, particularmente por El horror en la literatura (1927), en el que elaboró una teoría del género establecida en bases sicológicas y formales. Para el creador, los cuentos de este género tienen que contener "alguna violación o superación de una ley galáctica fija, una fuga imaginativa de la aburrida situación".
Los cuentos y novelas de Lovecraft, sin embargo posicionarse en los límites de la mitología y la fantasía soñadora, son creíbles, ya que pese al instinto macabro del creador, una prosa detallista, persuasiva y lenta va organizando un pequeño planeta autosuficiente y creíble, aun posesivo para bastantes leyentes. Ha influido en autores modernos como Jorge Luis Borges, que se fundamentó en el estilo de Lovecraft para redactar un extraño relato incluido en El libro de arena (1975).
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