Horatio Herbert Kitchener

La historia del mundo la narran los hombres y mujeres queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela humanidad, de una forma u otra,avance.

Ya sea inspirando a otros o formando parte de la acción. Horatio Herbert Kitchener es una de las personas cuya vida, en verdad, merece nuestra consideración debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Horatio Herbert Kitchener es conocer más acerca de un periodo concreto de la historia del género humano.

Conocer lo bueno y lo malo de las personas significativas como Horatio Herbert Kitchener, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo esencial para que podamos poner en valor no sólo la existencia de Horatio Herbert Kitchener, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Horatio Herbert Kitchener, gentes a quienes de de una forma u otra Horatio Herbert Kitchener influenció, y ciertamente, comprender y entender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Horatio Herbert Kitchener.

Las biografías y las vidas de personas que, como Horatio Herbert Kitchener, cautivan nuestra atención, deben servirnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Horatio Herbert Kitchener, el motivo por qué Horatio Herbert Kitchener vivió de la forma en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Horatio Herbert Kitchener

Militar británico señalado en las guerras coloniales del periodo de tiempo culminante del imperialismo (Bally Longford, Kerry, 1850 - Océano Atlántico, 1916). Sus primeros sitios fueron en Francia, Palestina, Chipre y Egipto (1871-83). En 1885 fue enviado a Sudán para socorrer al general Gordon, asediado en Jartum por las fuerzas del Mahdi, pero no llegó a tiempo. Luego fue nombrado sirdar o comandante en jefe del ejército de Egipto (1890), con la misión de recobrar el control anglo-egipcio del Sudán; cumplió la meta tras vencer a las fuerzas del Mahdi en Omdurman y tomar Jartum (1898).

En su avance hacia el sur del Sudán se halló en Fachoda con las fuerzas francesas del general Marchand, que avanzaban hacia el Este; el «hecho de Fachoda» (1898) reflejaba la pugna entre las considerables potencias por el control de todo el mundo generalmente y de África particularmente, plasmado en el emprendimiento británico de juntar sus pertenencias del norte y del sur de África en un continuo territorial de El Cabo a El Cairo, mientras que que los franceses pretendían del mismo modo juntar sus colonias del África Occidental con el enclave de Djibuti; tras duras negociaciones diplomáticas, el hecho se resolvió sin combate militar, con la retirada francesa y el consiguiente control británico del prominente Nilo. Horatio Kitchener fue ennoblecido por sus éxitos en Sudán con el título de Lord Kitchener de Jartum.

Luego fue designado a Sudáfrica, donde combatió en la Guerra de los Bóers (1899-1902), primero como adjunto de Roberts y después como comandante en jefe en substitución de aquel (1900-02); empleó métodos concluyente, como la concentración de la población en pueblos fortificados, que, si bien levantaron muchas críticas, fueron concluyendo con la resistencia guerrillera de los bóers.

De allí pasó a la India, donde sirvió como comandante en jefe de las fuerzas británicas (1902-09); mantuvo un agrio enfrentamiento con el virrey George Curzon, pero vio defraudadas sus pretensiones de reemplazarle en el puesto. Luego fue gerente británico en el protectorado de Egipto (1911-14).

Solamente reventar la Primera Guerra Mundial, en 1914, fue nombrado ministro de la Guerra en el gobierno de H. H. Asquith; desde aquel cargo logró subir la ética de combate de las tropas y de la población británica, pero solamente ha podido comenzar la precisa reorganización del Ejército, en la mitad de graves disensiones con sus colegas de gabinete y con los altos mandos militares. Murió en el momento en que una mina alemana hundió el barco en el que viajaba hacia Rusia, cerca de las Órcadas.

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Por esta razón, si eres de aquellos que confían en que de forma colaborativa existen posibilidades de elaborar algo mejor, y detentas información sobre la existencia de Horatio Herbert Kitchener, o en relación con algún particularidad de su personalidad u obra que no se observe en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.

Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son en todos los casos determinantes, ya que destacan la singularidad, y en el tema de la vida de alguien como Horatio Herbert Kitchener, que poseyó su significación en una época concreta, es vital procurar brindar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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