Horace Walpole

La historia de la civilización la cuentan aquellas personas quea lo largo de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han hecho quela humanidad, de una forma u otra,progrese.

Ya sea inspirando a más personas o siendo una pieza esencial de la acción. Horace Walpole es uno de esos sujetos cuya vida, en verdad, merece nuestra atención debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Horace Walpole es comprender más sobre época determinada de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la importancia que atesoró Horace Walpole en la historia. El modo en que vivió y lo que hizo mientras permaneció en el mundo fue decisivo no sólo para las personas que conocieron a Horace Walpole, sino que a lo mejor produjo una huella mucho más profunda de lo que logremosfigurar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Horace Walpole de forma personal.Horace Walpole ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Vida y Biografía de Horace Walpole

(Horace Walpole, conde de Oxford; Londres, 1717-id., 1797) Escritor británico iniciador de la novela gótica. Educado en Eton y en Cambridge, viajó un tiempo por Francia y también Italia en compañía del poeta Thomas Gray. Hijo del ministro Robert Walpole, en 1741 entró a ser parte del Parlamento, cargo que abandonó en 1768 para retirarse al castillo de Strawberry Hill, que logró reconstruir en estilo seudogótico y al que dotó de una espléndida biblioteca, una imprenta y compilaciones de arte y de extrañezas de todo género. Allí se dedicó de lleno a la creación literaria, y editó en su imprenta sus proyectos y las de autores tradicionales o de amigos suyos, para los que logró en determinado sentido de mecenas.

De entre su producción resalta la novela El castillo de Otranto (1764), que marca el comienzo del género gótico en literatura, caracterizado por la fascinación romántica por una Edad Media idealizada, de ámbito tenebroso, mágico y atravesado de hiperbólicas pasiones, y por razonamientos en los que el mal, la crueldad y el terror consiguen un singular importancia. El creador enseña que la iniciativa de la novela le fue dada por un sueño en el que los datos de su quinta en Strawberry Hill se fundían con los del viejo instituto de Cambridge; el aspecto mucho más saliente del sueño había sido la aparición de una gigantesca mano enguantada de hierro.

Simuladamente presentada en la primera edición como una traducción del italiano, la acción de El castillo de Otranto se ubica en el siglo XIII. El personaje principal es el ambicioso señor de Otranto, Manfredo, sobrino del usurpador del reino que envenenó a Alfonso, el legítimo soberano. Manfredo vive bajo la pesadilla de una profecía de San Nicolás, según la que la estirpe del usurpador seguirá reinando hasta el momento en que el legítimo soberano se haya vuelto tan gordito que no logre vivir en el castillo y mientras que haya descendientes hombres del usurpador para ocupar el trono.

Al comienzo de la novela, el único hijo de Manfredo cae fallecido por un olmo enorme, caído no se conoce de dónde, en vísperas de su boda con la atractiva Isabel. Parte de la profecía (que el usurpador quede sin hijos hombres) amenaza de este modo con cumplirse, con lo que Manfredo escoge repudiar a su mujer y casarse con Isabel. Ésta escapa, ayudada por un joven aldeano, Teodoro, que tiene un extraño semejante con el retrato del rey Alfonso y que es sospechoso de cooperación en el homicidio del hijo de Manfredo. Teodoro es detenido y encarcelado; pero la hija de Manfredo, Matilde, lo libera, y Teodoro se conquista de ella.

Este enamoramiento tiene un trágico epílogo, ya que Manfredo, sospechando una intriga entre Teodoro y también Isabel y oyendo que durante la noche Teodoro está al lado de la tumba de Alfonso con una dama del castillo, corre al sitio y aniquila a la dama, conociendo tras ofrecerle muerte que era su hija Matilde. Cumpliendo la profecía, el fantasma del rey Alfonso que da un giro por el castillo con enorme aspecto se regresa bastante grande para el edificio y lo derruye. Manfredo, aterrorizado, revela la usurpación. Teodoro resulta ser el legítimo heredero y se casa con Isabel; Manfredo y su mujer se retiran a un convento.

El castillo de Otranto, artísticamente, es poco destacable: el mecanismo es tan aparente que faltan el sentido de la verdad y el interés que forman el primordial atrayente de historias afines; pero la obra es esencial por haber estrenado y puesto de tendencia un estilo y por haber estimulado el gusto por la novela gótica, género del que cabe derivar, con una muy superior elaboración literaria, los temas y atmosferas que interesarían a autores como Mary Shelley, Edgar Allan Poe, Bram Stoker o H. P. Lovecraft.

En una línea similar a esta obra está la catástrofe La madre enigmática (1768). Horace Walpole es creador aparte del ensayo político Dudas históricas sobre la vida y el reinado de Ricardo III (1760), de una rica miscelánea de anécdotas de pintores ingleses llamada Anécdotas de la pintura en Inglaterra (1762-1771) y de una atrayente correo, publicada póstumamente, donde da un apreciado retrato de su instante histórico.

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