La historia de las civilizaciones está contada por las mujeres y hombres queen el paso de los años, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han hecho quela humanidad, de una forma u otra,prospere.
Ya sea inspirando a otros seres humanos o siendo una pieza esencial de la acción. Herbert Spencer es uno de esos sujetos cuya vida, en verdad, merece nuestra atención debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Herbert Spencer es conocer más acerca de etapa determinada de la historia de la humanidad.
Conocer las luces y las sombras de las personas significativas como Herbert Spencer, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo sustancial para que seamos capaces de valorar no sólo la existencia de Herbert Spencer, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Herbert Spencer, personas a quienes de de una forma u otra Herbert Spencer influyó, y por supuesto, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Herbert Spencer.
(Derby, 1820 - Brighton, 1903) Filósofo inglés, la mucho más señalada figura del evolucionismo filosófico. Fue el primogénito y el único superviviente de los seis hijos de William George y Harriet Holms. De salud insuficiente, tuvo, en cambio, una cabeza lúcida, una intención tenaz y un espíritu inaceptable en lo que se refiere a autoridad y dogmas. Recibió su capacitación de su padre y su tío (los dos profesores), y, particularmente, de sus vivencias y lecturas personales. De joven no deseó frecuentar la facultad, y ahora adulto mayor y popular rechazó siempre y en todo momento los varios honores y nombramientos que las instituciones enseñantes y académicas procuraron darle.
Ubicado entre el metodismo de su madre y las simpatías de su padre hacia los cuáqueros, se manifestó sin dependencia; y de esta forma, continuó extraño a vínculos políticos y expertos, y ni tan solo deseó doblegarse al del matrimonio. Llegó aun a estimar la civilización como viable restricción de la independencia; gracias a ello no leyó bastante, no contenidos escritos filosóficos (no semeja haber popular muy intensamente a Kant). No por ello era misántropo, antes al revés: amó la charla, frecuentó las tertulias y el teatro y tuvo varios amigos, entre los que figuraron John Stuart Mill, Thomas Henry Huxley, John Tyndall y George Eliot.
Contrincante del imperialismo en política y del socialismo en sociología, en el momento en que participó en aquella (como ocurrió en 1842) lo logró en sentido democrático. Su capacitación resultó fundamentalmente científica y técnica; sintió afición por los ensayos y las compilaciones. Se desinteresó, no obstante, de las lenguas y especialmente de todo el mundo tradicional, heleno y latino. Ajeno completamente a los valores artísticos, no vacilaba, no obstante, en evaluar sobre ellos, inocentemente seguro de sí, aspecto que en él fue algo congénito; de ahí sus pasmosas consideraciones sobre Rafael Sanzio, Richard Wagner, Homero o Platón.
La cabeza de Spencer, de forma exclusiva lógica y racional, solo encontraba satisfacción plena en las preparaciones sistemáticas. El primer artículo de interés general de nuestro creador es un grupo de cartas escritas para The Nonconformist sobre el inconveniente de los límites de la autoridad estatal: Letters on the Proper Sphere of Government (1842). En 1844 estuvo usado un mes en la redacción de The Pilot, de Manchester, y se ocupó, por vez primera seriamente, de metafísica y psicología tras leer el Sistema de lógica de John Stuart Mill y la parte inicial de la Crítica de la razón pura de Kant. Entre 1844 y 1846 actuó ocasionalmente como ingeniero ferroviario.
En 1848 ingresó en la redacción de The Economist; tal situación marcó el objetivo de su tarea en la ingeniería y el principio de su actividad de escritor y pensador. Por entonces había anunciado ahora distintos pasquines en los que propugnaba una restricción extremista de la esfera de intervención del Estado en la sociedad, desde una interpretación individualista del evolucionismo. Sus teorías se encuentran en la base del posterior darwinismo popular, al asegurar que el Estado debe resguardar la libre acción de la selección natural en la sociedad, como fuente de avance. En 1850 apareció la Estática popular, obra que despertó cierto interés y orientó decisivamente a su creador hacia la vocación filosófica.
En 1853 abandonó su trabajo en The Economist y renunció a algún otro empeño para ocuparse de forma exclusiva a la elaboración de su sistema de filosofía sintética; sentía como misión propia, de hecho, entablar una interpretación racionalmente sistemática de todo el mundo, apoyada en una base científica, y dio una exhibe de esto en los Principios de psicología (artículo que apareció en 1855 sin despertar bastante interés) y, en 1859, en un prospecto en que trazó un esbozo general.
Estable en el propósito que le inducía a sugerir al positivismo la concepción sintética de todo el mundo que todavía le hacía falta, Herbert Spencer empleó treinta y seis años en esta compañía tenaz, que hizo aun mediante adversidades económicas y alteraciones de la salud. Esta, siempre y en todo momento enclenque, le impedía el ejercicio regular de cualquier ocupación; ocasionalmente podía dedicar al trabajo mucho más de tres horas cotidianas, y no rara vez debía abandonarlo completamente a lo largo de meses y aun años enteros, como le ocurrió entre 1886 y 1889.
Para realizar frente con efectividad a los costos de la obra intentó publicarla por entregas y a través de suscripción. La primera distribución apareció en 1860; a ella prosiguieron, en periodos de tres meses, todas las sobrantes, con lo que el tomo inicial (Primeros principios) quedó ahora listo en el primer mes del verano de 1862. Sin embargo, la promesa de que los costos quedarían cubiertos por las subscripciones se descubrió prontísimo ilusoria. Y de este modo, no estando presto a presenciar ulteriores pérdidas, en 1865 Spencer comunicó a los suscriptores la suspensión de la obra.
Salió airoso de tan bien difícil trance merced a una modesta herencia paterna y, singularmente, al acompañamiento ética y económico de un admirador estadounidense, Y también. Livingston Youmans, quien quedó unido al creador por una enorme amistad hasta su fallecimiento en 1887. Gracias a este bienhechor los contenidos escritos de Spencer fueron próximamente populares en los Estados Unidos, de forma que el pensador alcanzó la notoriedad y la popularidad en la otra orilla del océano antes que en su patria.
La compañía editorial prosiguió siendo todavía por ciertos años un mal negocio; no obstante, hacia 1870 la situación comenzó a mudar. Los libros de Spencer eran poco a poco más pedidos y leídos, y próximamente conocieron asimismo las traducciones que tenían que multiplicarse y alcanzar aun al sánscrito y al chino. Mientras tanto, en 1867 habían aparecido los Principios de biología, y después vieron la luz la segunda edición de los Principles of psychology (1872), los Principios de sociología (1877) y los Data of Ethics (1879), sección primera del tratado sobre la ética tan apreciado por Spencer y completado con otras seis partes, como, de igual forma, lo fue con siete la obra sobre la sociología.
Herbert Spencer vivió hasta 1898 en Londres, salvo en ocasión de 2 largos viajes a la Europa meridional y a los Estados Unidos. En 1894 el pensador mantuvo una célebre disputa con el popular biólogo alemán August Weismann, quien había refutado abiertamente la naturaleza hereditaria de los letras y números comprados, protegida exactamente por Spencer como principio primordial y también importante de su teoría evolucionista.
En el momento en que en 1896 apareció el último tomo de la Sociology, punto y final del sistema y de los treinta y seis años de tarea, el creador fue muy obsequiado. En situación, podía considerarse el pensador mucho más célebre de la temporada y el profesor del positivismo. Inglaterra le juzgaba con orgullo un genio nacional, y toda Europa le reconocía y apreciaba como uno de las considerables hombres del siglo.
Durante los años siguientes Spencer no descansó; antes bien, se dedicó a la reconstitución y a la edición nueva de los tomos de su sistema, tal como a la composición de productos y ensayos. La crisis de la ciencia positivista y la aparición de otras corrientes filosóficas idealistas iban cambiando, no obstante, el ámbito cultural. Y de este modo, a su muerte, ocurrida en Brighton, adonde se había movido al dejar Londres en 1898, el pensador se encontraba a puntito de quedar superado.
Las proyectos primordiales de Spencer son las previamente citadas; tienen dentro los once tomos del System of Synthetic Philosophy. Durante los años en cuyo transcurso no ha podido atender a su tarea filosófica (1886-89) comenzó a crear la Autobiography, que acabó en 1894 y decidió divulgar póstumamente; vio la luz, ciertamente, en 1904, en 2 volúmenes. Muy varios son los ensayos del creador, reunidos en 1891 en tres tomos bajo el título de Scientific, Political and Speculative Essays.
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