La historia universal la cuentan aquellos hombres y mujeres quea lo largo de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han hecho quela humanidad, de una forma u otra,prospere.
Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la trascendencia que detentó Henry Miller en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo mientras permaneció en este mundo fue determinante no sólo para aquellas personas que frecuentaron a Henry Miller, sino que a lo mejor legó una huella mucho más honda de lo que podamosfigurar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Henry Miller personalmente.Henry Miller ha sido una de esas personas que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Henry Miller, atraen nuestro interés, deben valernos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Henry Miller, el motivo por el cual Henry Miller vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma inexorable, la historia.
Vida y Biografía de Henry Miller
(Nueva York, 1891 - Los Ángeles, 1980) Escritor estadounidense. Henry Miller es indudablemente entre los talentos mucho más relevantes de la literatura de norteamérica moderna y el pensamiento del disidente y anarquista pacífico de su tiempo. Toda su obra es autobiográfica y vivencial; de ahí lo profundo de sus convicciones, expresadas en su distribución a la literatura como sendero personal irrenunciable. Su naturalidad para tratar temas como el sexo y su demanda de la hipocresía popular en esta materia le valió la admiración de inmensidad de leyentes de todo el planeta y el tener entre sus seguidores incondicionales a las generaciones de inconformistas de su país de las décadas de los años cincuenta y sesenta de la pasada centuria.
Sus progenitores eran judíos. Su asistencia, en 1901, al City College solo dura un par de meses: lo deja para usarse en una factoría de cemento. Luego de una sucesión de viajes por el sur de los Estados Unidos, a lo largo de los que sigue haciendo cualquier clase de trabajo, vuelve a Nueva York en 1914 y se utiliza en la sastrería de su padre. En 1923 efectúa su primer viaje a Europa con su segunda mujer, June Edith Smith. Pero no es hasta 1930 que Miller escoge establecerse en París, donde halló bastantes temas para sus libros y un ámbito propicio para su historia bohemia y turbulenta.
En 1934 publica Trópico de Cáncer (Tropic of Cancer), obra que va a ser editada simultáneamente en inglés y francés. Los enfrentamientos con la censura sostendrán esta obra nueva en Norteamérica hasta 1961; en esta temporada, Miller va a ser ungido profesor de la proclamada revolución sexual actualmente, ya que trataba sin tapujos las ocasiones de sexo explícito y mostraba una cáustica ironía al referirse a los presuntos valores del puritanismo, así sea en su versión francesa o de norteamérica.
Trópico de Cáncer es una crónica sobre la vida del propio creador en París; en sus andaduras de artista pobre y mujeriego se entrelazan una especide de picaresca de gusto europeo con el irónico humor americano. La novela tiene una composición poco usual y está redactada en un lenguaje descarnado y hasta obsceno, pero sin lugar a dudas innovador y escencial; en ella actúa la preocupación de Miller por la búsqueda de identidad y la liberación del sujeto de la confusión de mitos sociales que lo apresan.
Su estadía en París significa el comienzo de amistades escenciales en lo que a su historia y obra tiene relación; conoce a Jean Giono, a Anaïs Nin y a Lawrence Durrell, quien compartía con Miller la posición vitalista que enseñaba la práctica y la celebración de lo corporal sobre todas y cada una de las adversidades, fórmula que influiría durante su literatura. En 1936 publica el libro de narraciones Primavera negra (Black Spring).
En 1939, adjuntado con Durrell, efectúa un viaje por Grecia del que es fruto la novela El Coloso de Maroussi (1941). También en 1939 publica Trópico de Capricornio (Tropic of Capricorn), donde, exactamente la misma en el previo Trópico, Miller muestra de qué manera su estancia en París estuvo marcada por una agobiante pobreza. No faltan críticos que afirman que los dos Trópicos representan, respectivamente, la crónica de una liberación y el cuadro del infierno del que el escritor escapa. En las dos proyectos hay exactamente la misma sepa de composición, exactamente el mismo caos verbal, abierta utilización de monólogo interior, separación de ritmos, utilización de flashback, amplias catalogaciones a lo Whitman y más que nada rebosantes metáforas y también imágenes de raigambre surrealista.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, su obra empieza a conseguir alguna difusión, lo que le deja moverse a vivir finalmente a su entrañable California. Allí redacta Big Sur y las naranjas de Hieronymus Bosch (Big Sur and the Oranges of Hieronymus Bosch, 1957) y acaba una obra cuyos apuntes había traído de París: Sexus (1949). Primera parte de La crucifixión rosada (Plexus, 1953, y Nexus, 1959, son las otras), esta serie reanuda la temática autobiográfica y cubre el periodo que va de 1923 a 1928. Más relajado, acabados terminantemente sus litigios con la censura y sin sobresaltos económicos, Miller se ocupa de la pintura con enorme intensidad. Publica sus cartas con Anaïs Nin y prosigue explotando su pasado en Mi vida y yo.
Lo que se expresa en las proyectos de Henry Miller es una filosofía de la vida completamente trasgresora, irreverente para con los clisés morales y estéticos de la sociedad de la cual formamos parte. La literatura de Miller es refractaria a cualquier credo concreto; aboga por una suerte de sincretismo estético y filosófico entre Occidente y Oriente. De ahí su acentuado interés por la astrología, la teosofía, el ocultismo, el hinduismo y más que nada el budismo. Henry Miller pertence a los mucho más claros ejemplos de literatura llevada a cabo de desesperación, de amor a todo sin trabas, de fe en el lenguaje como rincón de conocimiento. Herederos de su forma de comprender la presencia fueron los beatniks y los hippies.
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Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son siempre imprescindibles, ya que marcan la diferencia, y en la ocasión de la vida de una persona como Henry Miller, que poseyó su importancia en un momento concreto de la historia, es fundamental intentar ofrecer una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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