Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la importancia que detentó Hélinand de Froidmont en la historia. Cómo vivió y aquello que hizo mientras estuvo en la tierra fue determinante no sólo para las personas que conocieron a Hélinand de Froidmont, sino que tal vez dejó una señal mucho más insondable de lo que podamosimaginar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Hélinand de Froidmont de modo personal.Hélinand de Froidmont ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Conocer las luces y las sombras de las personas significativas como Hélinand de Froidmont, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo fundamental para que seamos capaces de poner en valor no sólo la vida de Hélinand de Froidmont, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Hélinand de Froidmont, aquellas personas a quienes de de una u otra forma Hélinand de Froidmont influenció, y ciertamente, comprender y entender cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Hélinand de Froidmont.
Las biografías y las vidas de personas que, como Hélinand de Froidmont, atraen nuestra curiosidad, tienen que valernos siempre como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Hélinand de Froidmont, el motivo por qué Hélinand de Froidmont vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma inevitable, la historia.
Vida y Biografía de Hélinand de Froidmont
(Pronleroy, Beauvaisis, c. 1160 - ?, c. 1230) Poeta francés. Vivió en la corte de Felipe Augusto, y en 1206 se realizó monje en la abadía de Froidmont. Es creador de una crónica y de sermones en latín; pero debe su popularidad a un poema escrito en francés, Versos de la desaparición, obra inspirada en las danzas macabras de la temporada.
Nacido probablemente hacia 1160 en una familia flamenca de Picardía, Hélinand de Froidmont estudió en Beauvais y vivió a lo largo de ciertos años la presencia refulgente y desvanecida caracteristica de un trovero. Admirado y aplaudido por todas partes, alcanzó prontísimo la celebridad; no obstante, su espíritu alterado le impulsaba de forma continua en pues de un ideal, quizá solo un afán de independencia sin límites.
Cierto día, hacia los 40 años, ingresó inesperadamente, frente a la sorpresa general, en el monasterio cisterciense de Froidmont, cerca de Beauvais, con la intención de expiar los fallos de su historia mundana. En adelante, exactamente el mismo ardor que impulsase al joven en busca del exitación incitó al hombre en la austeridad y la penitencia; y en el cenobio, entre 1194 y 1197, compuso el sublime poema Versos de la desaparición, el último canto del poeta, con el que invitaba a los pecadores a la expiación. Tras ello no saldría ahora de su pluma ni un verso mucho más. De Hélinand de Froidmont se preservan asimismo ciertos contenidos escritos en latín: escritos distintos, cartas, sermones y una crónica.
Los Versos de la desaparición de Hélinand de Froidmont se articulan sobre una sucesión de apóstrofes vehementes y de consideraciones sobre la capacidad implacable de la desaparición, adjuntado con invectivas contra los ricos y los poderosos que pierden su alma en los bienestares mundanos. Hélinand desea infundir en los hombres el miedo a la desaparición, y es por consiguiente a exactamente la misma Muerte, encarnada, a quien confía el encargo de saludar de su parte a sus contemporáneos, a los príncipes, obispos y cardenales franceses, ingleses y también italianos.
De esta forma recuerda el poder de la desaparición, que quita de pronto todo cuanto la codicia amontonó, que convierte en llanto la risa, que es igual para los ricos y los pobres, y en frente de la que de nada sirve la hermosura. El humano no debe de abandonarse a los bienestares tomando lo que la vida puede ofrecer, sino debe de meditar en la vida futura. Las pasajeras alegrías terrenales van a tener como recompensa las penas eternas, al paso que el que padece disfrutará del paraíso.
El contenido de los Versos de la desaparición es bastante común, si bien el estilo y el acento del creador tienen de manera frecuente enorme fuerza poética; por tal razón el pequeño poema, que era leído públicamente, ocasionó una enorme impresión entre sus contemporáneos. Ha llegado hasta nosotros en múltiples ejemplares, y varias imitaciones y usuales ecos del poema están en proyectos siguientes.
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Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son decididamente imprescindibles, ya que destacan la singularidad, y en el tema de la vida de alguien como Hélinand de Froidmont, que poseyó su trascendencia en una época determinada, es fundamental tratar de mostrar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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