Heinrich Rudolf Hertz

La historia universal la cuentan aquellas personas quea lo largo de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado quela humanidad, de un modo u otro,progrese.

Ya sea inspirando a otros o siendo parte de la actuación. Heinrich Rudolf Hertz es uno de esos seres humanos cuya vida, sin duda alguna, merece nuestra atención por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Heinrich Rudolf Hertz es comprender más acerca de un periodo concreto de la historia de la humanidad.

Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la trascendencia que atesoró Heinrich Rudolf Hertz en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que permaneció en este mundo fue determinante no sólo para aquellas personas que trataron a Heinrich Rudolf Hertz, sino que tal vez produjo una huella mucho más honda de lo que podamosconcebir en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Heinrich Rudolf Hertz en persona.Heinrich Rudolf Hertz ha sido una de esas personas que, por alguna causa, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Conocer lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Heinrich Rudolf Hertz, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo esencial para que podamos apreciar no sólo la existencia de Heinrich Rudolf Hertz, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Heinrich Rudolf Hertz, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Heinrich Rudolf Hertz influyó, y desde luego, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Heinrich Rudolf Hertz.

Vida y Biografía de Heinrich Rudolf Hertz

(Hamburgo, 1857 - Bonn, 1894) Físico alemán que descubrió la propagación de las ondas electromagnéticas en el espacio y estudió la naturaleza y características de exactamente las mismas, sentando las bases que llevarían a Marconi a una invención destinada a cambiar las comunicaciones: la radio.

En 1887, en un célebre ensayo, Hertz logró trasmitir ondas electromagnéticas entre un oscilador (antena emisora) y un resonador (antena receptora), ratificando experimentalmente las teorías del físico inglés James C. Maxwell sobre la identidad de especificaciones entre las ondas lumínicas y electromagnéticas. En su honor se nombran ondas hercianas o hercianas a las ondas electromagnéticas producidas por la oscilación de la electricidad en un conductor, que se emplean en la radio; asimismo proviene de su nombre el hercio, unidad de continuidad que equivale a un período por segundo y que se representa por la abreviatura Hz (y sus múltiplos: kilohercio, megahercio y gigahercio).

Hertz prosiguió después estudiando otros temas científicos, hasta realizar unos Principios de mecánica (que se dieron a conocer tras su muerte, en 1894) en los que desarrollaba toda la mecánica desde el principio de mínima acción, prescindiendo del término de fuerza.

Biografía

Hijo de un senador, Heinrich Rudolf Hertz comenzó los estudios de ingeniería, pero entonces se inclinó por la física, que estudió en Munich y Berlín. En esta última localidad se graduó en 1880 y fue socorrer de Hermann von Helmholtz. En 1883 era instructor libre en Kiel, donde empezó a interesarse por la teoría electromagnética de Maxwell. En 1885 marchó a Karlsruhe como instructor de física del Politécnico; continuó allí hasta 1889, y a lo largo de esos 4 años hizo las indagaciones que le valdrían la celebridad.

Cierto tiempo antes, Helmholtz había llamado su atención en relación a un premio que, desde 1879, ofrecía la Academia de Ciencias de Berlín a quien encontrase una confirmación en fase de prueba de la relación entre las acciones electromagnéticas y la polarización de un dieléctrico; tenía que ver con probar la presencia de las "ondas electromagnéticas", previstas y prácticamente adivinadas ahora desde el año 1870 por James Maxwell, por medio del cálculo matemático.

Heinrich Hertz no mostró interés en un comienzo hacia aquel galardón, por cuanto creía irrealizable la demostración de cualquier analogía entre semejantes acciones. Sin embargo, los tiempos eran ahora bastante maduros para dejar que hombres espectaculares tengan la posibilidad de ofrecer validez en fase de prueba a una teoría que debía constituir entre las bases de la unidad física, y en esos años Hendrik Lorentz, en Holanda, procuraba elaborar una teoría aplicable a tal clase de fenómenos.

Pero en Karlsruhe, donde ha podido tener los instrumentos correctos, Heinrich Hertz logró probar en 1887 la propagación de la acción electromagnética en el espacio. Para ello se sirvió únicamente de unos hilos metálicos encorvados con apariencia de anillo entre cuyos extremos se dejaba una interrupción de solamente una fracción de milímetro. Cuando una de estas anillas, apropiadamente orientada en el espacio y utilizada como estación receptora, era invadida por una avalancha de ondas electromagnéticas, las variantes del campo imantado conexas con el paso de aquellas ondas producían en el pequeño anillo corrientes inducidas de muy alta continuidad, y entre los extremos del mismo anillo brincaban pequeñas chispas; semejantes chispas revelaban el paso de las ondas electromagnéticas.

Hertz difundió los desenlaces en el producto Oscilaciones eléctricas muy veloces, anunciado en los Wiedemann Annalen (1887). Continuando sus indagaciones experimentales en los un par de años siguientes, Hertz logró medir la longitud de onda y la agilidad de propagación de las ondas electromagnéticas, y halló para su agilidad un valor muy aproximado al sosprechado por Maxwell (o sea, la agilidad de la luz: 300.000 km por segundo). Mostró que estas ondas son "transversales", como las de la luz, y descubrió también que en las ondas electromagnéticas se daban asimismo los fenómenos de reflexión, refracción y polarización.

Con todo ello la teoría electromagnética de Maxwell, formulada dieciséis años antes, halló una confirmación en fase de prueba, y fue viable entablar la naturaleza electromagnética de la luz. Hertz logró públicas estas indagaciones en una memoria científica y en una charla pronunciada en 1889 frente a la sociedad alemana para el avance de las ciencias naturales y de la medicina, en Heidelberg. En Bonn, adonde había sido llamado ese año para ocurrir a Rudolf Clausius en la cátedra de física de la Universidad, Hertz siguió sus vivencias, y se encargó de las descargas eléctricas en los gases.

El grupo de los escritos de Heinrich Hertz se reunió en Gesammelte Werke (1894-1895), obra que se compone de tres volúmenes: Schriften vermischten Inhalt, Untersuchung der elektrischen Kraft y Die Principien der Mechanik. Los Principios de la mecánica, en los que procuró ofrecer una exclusiva forma a las leyes escenciales de esta ciencia, fueron su última tarea, por cuanto Hertz, tras una extendida y dolorosa patología, murió en el momento en que contaba solo treinta y siete años.

Hacia la radio

Hay que apuntar que los elementales instrumentos que empleó Hertz en sus ensayos no son en lo más mínimo equiparables a las perfectas estaciones radioemisoras o receptoras de nuestros días. Pero ahora en 1894, los trabajos de Hertz llamaron la atención de Guglielmo Marconi, un joven físico italiano de veinte años que empezó a diseñar y crear, como en los ensayos de Hertz, transmisores de ondas y gadgets para detectarlas.

Marconi mejoró pacientemente sus instrumentos, y la distancia de sus transmisiones fue incrementando sin cesar: al comienzo la medía en centímetros, entonces en metros y después en km, hasta el momento en que en 1901 envió una señal en código Morse desde Inglaterra hasta Terranova, jalón que marca el nacimiento efectivo de la radiotelegrafía sin hilos. La verídica expansión de la radio como medio, no obstante, vendría de manos del químico Reginald Fessenden, ayudante de Edison. En sitio de pulsaciones de Morse, Fessenden tuvo la iniciativa de mandar una señal continua, modulándola según las ondas sonoras, y realizando con esto viable la transmisión de voz y música; en el último mes del año de 1906 emitió su primer programa radiofónico.

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A causa de esto, si eres de esas personas que creen en que de forma colaborativa es posible elaborar algo mejor, y posees información con respecto a la existencia de Heinrich Rudolf Hertz, o acerca de algún característica de su personalidad u obra que no hayamos contemplado en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.

Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente importantes, ya que marcan la diferencia, y en el tema de la vida de una persona como Heinrich Rudolf Hertz, que detentó su significación en una época concreta, es fundamental tratar de brindar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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