La historia de las civilizaciones la narran aquellas personas queen el paso de los años, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han ocasionado queel género humano, de una forma u otra,progrese.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la relevancia que tuvo Hayato Ikeda en la historia. El modo en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que estuvo en este mundo fue decisivo no sólo para aquellas personas que conocieron a Hayato Ikeda, sino que quizá dejó una huella mucho más profunda de lo que logremosconcebir en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Hayato Ikeda personalmente.Hayato Ikeda fue un ser humano que, por alguna razón, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Conocer las luces y las sombras de las personas destacadas como Hayato Ikeda, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo básica para que seamos capaces de poner en valor no sólo la vida de Hayato Ikeda, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Hayato Ikeda, personas a quienes de un modo u otro Hayato Ikeda influyó, y por supuesto, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Hayato Ikeda.
Las biografías y las vidas de personas que, como Hayato Ikeda, cautivan nuestra atención, tienen que valernos siempre como punto de referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Hayato Ikeda, el motivo por el cual Hayato Ikeda vivió como lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma implacable, la historia.
(Hiroshima, 1899 - Tokio, 1965) Político japonés. Primer ministro de Japón desde junio de 1960 a octubre de 1964, fue uno de los más importantes autores de la increíble restauración económica del Japón tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Ha llegado a ser popular como el padre del milagro económico japonés.
Nació en el seno de una adinerada familia de mercaderes de Hiroshima. En 1925 consiguió las licenciaturas en Derecho y Ciencias Económicas por la Universidad Imperial de Tokio. Ese mismo año consiguió una plaza de funcionario en al Oficina de Impuestos de las Prefecturas en el ministerio de Hacienda. Hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial tuvo una vida de burócrata en la administración de Japón. Poco a poco fue ascendiendo hasta llegar en 1947 al puesto de viceministro de finanzas.
Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial inició su trayectoria política en las filas del Partido Liberal-Democrático (Minshu Jiguto). En las selecciones de enero de 1949 fue escogido gerente de la prefectura de Hiroshima en la Dieta. Ocupó la cartera de Hacienda entre 1949 y 1953 en el gobierno encabezado por Shigeru Yoshida. Desde 1952 compaginó dicho cargo con la dirección del ministerio de Comercio Exterior y también Industria.
Desde estos puestos contribuyó de manera destacable en el desarrollo de la economía de Japón tras la Segunda Guerra Mundial. Utilizó sus profundos entendimientos sobre el desempeño de la economía para llevar a cabo salir al país de la bien difícil situación que estaba a lo largo de la postguerra. Consiguió frenar y achicar la gran inflación ocasionada por la fuerte política deflacionista sugerida por Joseph Dodge, un banquero de Detroit mandado por el gobierno estadounidense a fin de que estudiara la coyuntura económica de Japón.
Junto al futuro presidente Eisaku Sato fue el líder de la escuela política conservadora famosa como Escuela Yoshida. Los intentos de Ikeda de poder una economía balanceada padecieron un fuerte impulso en 1950 a causa del estallido de la Guerra de Corea, merced a los varios contratos militares que recibió al industria de Japón. En 1951 fue integrante de la delegación que representó a Japón en la Conferencia de Paz de San Francisco. Junto a Yoshida jugó un considerable papel en las negociaciones de paz de la ONU.
Se vio obligado a renunciar en 1953 gracias a unas polémicas afirmaciones sobre la actuación de determinados compañeros suyos de gobierno. Poco después el presidente le envió a Washington como gerente personal de el para tratar con el departamento de Estado de la existencia de las tropas estadounidenses en Japón.
Logró comprender a las autoridades norteamericanas la necesidad de acrecentar el número de integrantes de las Fuerzas de Autodefensa Japonesas, con el objetivo de achicar la existencia de militares del ejército de Estados Unidos en el archipiélago. Nuevamente volvió a ocupar la cartera de Hacienda entre 1956 y 1957 en el gabinete encabezado por Sato. En 1959 fue nombrado ministro de Comercio de Industria, cargo que abandonó en el mes de julio de 1960 para reemplazar al dimisionario Nobusuke Kishi como presidente tras la agitación habitual antiamericana que se causó en el primer mes del verano de ese año tras la extensión por la parte del presidente del tratado de seguridad entre Estados Unidos y Japón.
Como primer paso Ikeda fue designado presidente del Partido Liberal-Democrático y más tarde presidente. Trató de terminar a las tensiones políticas internas que padecía el país y luchó por hallar unificar tras un mismo propósito a toda la población. Recomendó grandeza y paciencia para solucionar los inconvenientes políticos y sociales. Logró conformar el gobierno mas fuerte y permanente de la posguerra, en el que estaban representados casi todos los partidos de relevancia nacional. A pesar de esto no logró que fuera aprobado el emprendimiento de ley que castigaba la actividad política beligerante. Llevó a cabo una política exterior menos comprometida que su antecesor. Declaró la neutralidad del país, como pacifista pragmático que era, y declaró que según él los nipones solo querían la paz y querían obtener a todos y que todos adquieran modelos nipones.
Efectuó varios viajes por países del sur y del sureste de Asia, publicitando en ellos la economía del Japón, y a los que para ganarse su favor empezó a prestar asistencia técnica. Creía que el comercio podía desvincularse a la perfección de la política; de esta manera propugnó la apertura de relaciones comerciales con la China de Mao. Estaba convencido que la economía de todo el mundo libre se apoyaba en tres pilares: Estados Unidos, Europa Occidental y Japón. Presentó un plan económico que incluía ingreses sus propósito el conseguir plegar la renta nacional per cápita. Esto le logró valerse el apelativo habitual de Míster Boom. Trataba de hallar sus propósitos con el incremento del gasto público, la reducción de impuestos y el lugar de géneros de interior bajos.
En 1961 viajó a Washington, donde se entrevistó con el presidente John F. Kennedy. Ambos mandatarios políticos acordaron la celebración de charlas cada un año que trataran las relaciones económicas entre los 2 países. En 1963 consolidó mucho más su posición pacifista al sumarse al Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares y al comenzar las diálogos con Corea para detallar relaciones diplomáticas. El éxito de su partido merced a su política en las selecciones municipales de abril de 1963, le llevó a convocar selecciones en general para el 21 de noviembre. Su partido consiguió la mayor parte absoluta en las selecciones con un 55% de los votos, lo que supuso la obtención de 283 escaños sobre 467. A inicios del 1964 fue afirmado como líder del Partido Liberal-Democrático, lo que aprovechó para reorganizar su gobierno y poner adelante de los primordiales ministerios a gente próxima a él.
El 9 de septiembre de 1964 ingresó en el Centro Nacional de Cáncer de Tokio para ser tratado de una afección. Presentó su dimisión en el mes de noviembre de 1964 por causa de un cáncer de garganta que sería el que le ocasionaría al muerte un año después. Fue sustituido adelante del gobierno por Eisaku Sato, quien preservó a todos y cada uno de los ministros del gobierno de Ikeda en sus puestos. Murió tras una operación que le hicieron para extraerle un tumor en la garganta.
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Sin duda conocer en profundidad a Hayato Ikeda es algo que se reserva a un grupo limitado de personas, y que intentar reconstruir quién fue y cómo fue la vida de Hayato Ikeda es una especie de rompecabezasque posiblemente logremos rehacer si colaboramos todos en conjunto.
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Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son decididamente determinantes, ya que marcan la diferencia, y en la ocasión de la vida de alguien como Hayato Ikeda, que detentó su trascendencia en una época concreta, es indispensable intentar brindar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
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