Harriet Tubman

Las biografías y las vidas de personas que, como Harriet Tubman, seducen nuestro interés, tienen que servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Harriet Tubman, porqué Harriet Tubman vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de Harriet Tubman

(Harriet Ross Tubman; Bucktown, Dorchester, hacia 1820 - Auburn, Nueva York, 1913) Abolicionista estadounidense. Harriet Tubman medró en una abundante familia de once hermanos, fruto del matrimonio entre Harriet Green y Benjamin Ross, los dos esclavos. Sus ancestros habían llegado a los Estados Unidos desde África a inicios del siglo XVIII. Su amo, Edward Brodas, la llamó Araminta, pero ella adoptó el nombre de Harriet, como su madre.

Harriet no recibió educación de ningún género; con cinco años ahora trabajaba de criada y niñera. La mujer de su amo la tenía haciendo un trabajo a lo largo del día y durante la noche debía controlar que ninguno de los hijos lloraran. Por su condición de esclava pasó por todo tipo de experiencia traumáticas y humillantes; debió ver aun de qué manera 2 de sus hermanas eran encadenadas. A los seis años comenzó a trabajar con otro amo, el que le enseñó a capturar ratas y a hilar. En alguna ocasión, el amo la sorprendió cogiendo azúcar, y Harriet se escapó múltiples días para eludir el castigo. Al final, fatigada y hambrienta, debió regresar y fue azotada.

Harriet pasó su niñez haciendo un trabajo en el servicio familiar o en trabajos del campo. Ninguno de sus amos se encontraba contento con su forma de trabajar, con lo que a veces estaba en apuros. Con 12 o trece años, entre los capataces se enojó con un ciervo que había descuidado el trabajo, y mandó a Harriet que le ayudara a golpearle. Ella se negó, e inclusive asistió al hombre a huír. El capataz, al notar al hombre correr, procuró detenerle arrojándole un peso de 2 libras, pero falló, y entonces golpeó poderosamente a Harriet, dejándola inconsciente. A causa de esta paliza, a lo largo de toda su historia sería vulnerable a mareos, vértigos y migrañas; habitualmente se quedaba dormida de manera inconsciente.

Estos sucesos aumentaron su popularidad de trabajadora ineficaz y rebelde. En 1844, su madre la forzó a casarse con un hombre negro libre llamado John Tubman, con el que vivió a lo largo de cinco años. No tuvieron ningún hijo. Entretanto, Harriet comenzó a investigar el pasado de su familia. Para saber la narración de su madre contrató los servicios de un letrado, el que halló rastros de que su madre había sido libre en el transcurso de un corto intérvalo de tiempo por el hecho de que un primer amo había fallecido sin llevar a cabo provisión de ella. Aparentemente, absolutamente nadie ha dicho a Harriet Green que era libre, y poco tiempo después fue de nuevo esclava. Este hallazgo obsesionó a Tubman, y acentuó todavía mucho más su rechazo a toda forma de esclavitud.

El año 1849 fue vital en su historia. Su amo en ese instante era un hombre blanco joven que se encontraba enfermo, bajo el precaución de un tutor. Al fallecer el amo se extendió el rumor de que el tutor tenía pensado vender sus esclavos, y Tubman decidió escaparse. Su marido se negó a acompañarla, pero 2 de sus hermanos se fueron con ella. Tuvieron que viajar cientos y cientos de millas mediante Maryland, atravesar Delaware y llegar a Philadelphia. A lo largo de aquel viaje, Harriet contó con la inopinada y también inestimable asistencia de hombres negros y blancos comprensivos. Cuando alcanzó el suelo libre tenía experiencias mezcladas: por una parte la esa de la independencia, por otro el pesar de que su familia prosiguiese en el sur bajo el yugo de la esclavitud. Determinó que, de alguna forma, debía liberarlos.

Su vida como mujer libre fue un cambio. En Philadelphia conoció a William Still, un hombre negro llamado el conductor en el conjunto llamado Underground Rail. Este conjunto de abolicionistas, cuáqueros y hombres blancos y negros había predeterminado una secuencia de viviendas, graneros, grutas y escondrijos a fin de que los esclavos fugitivos los utilizaran en su escapada al norte y a la independencia. Tubman había sido ayudada por ciertos integrantes de Underground Rail en su escapada y prosiguió aprendiendo mucho más sobre el sistema de escondites con el apoyo de Thomas Garrett, de Wilmington.

Tubman resolvió ocuparse tanto como pudiese a efectuar fugadas al sur y contribuir a otros esclavos. Para ganarse la vida se empleó en un hotel, puesto que la organización no pagaba ningún sueldo a sus agentes salvo en extrañas oportunidades. En diciembre de 1850 efectuó el primero de sus viajes y logró salvar a una de sus hermanas y a 2 pequeños. En 1851 salvó a otro hermano y a su familia. También procuró salvar a su marido, pero en el momento en que lo halló se había vuelto a desposar y no se encontraba entusiasmado en escapar. A final de los años cincuenta había logrado salvar a prácticamente trescientas personas.

Una vez que el Congreso aprobase la Ley de los Esclavos Fugitivos en 1850, en la que se requería a los estados del Norte que hiciesen regresar a los esclavos que habían huido, su trabajo se complicó. Harriet empezó entonces a llevar a los fugitivos a St. Catharines, en Ontario, Canadá. Desde allí efectuó unos once viajes, y en 1857 hizo uno de sus rescates mucho más esenciales, el de sus progenitores.

En las incursiones de salvamento, Harriet era muy cauta y taimada, tanto que en 1857, en Maryland, se puso un precio de 40 mil dólares estadounidenses a su cabeza. Su éxito se fundamentaba en el intelecto, en la planificación de la operación y en la determinación en el momento de efectuar los viajes. Llevaba somníferos para reposar a los bebés, eludiendo conque llorasen, y acostumbraba a llevar una pistola, no para defenderse de sus potenciales contrincantes, sino más bien para espolear a los fugitivos agotados o miedosos que no deseaban seguir. "Vivir en el norte, o fallecer aquí", les afirmaba en semejantes instantes. Utilizaba mensajes misterios para comunicar su llegada. Incluso en determinada ocasión, Harriet y sus fugitivos cogieron taimadamente un tren en dirección al sur, en tanto que absolutamente nadie iba a meditar que se estaban escapando si iban en esa dirección. Harriet era una mujer baja, de color oscurísimo y con escasos dientes; siempre y en todo momento vestía recordando su pasado de esclava, y visto que se quedara dormida de repente daba la impresión equivocada de que era una mujer frágil.

Durante la década de 1850 su popularidad medró entre los abolicionistas. Viajó a Nueva Inglaterra, donde conoció a Ralph Waldo Emerson, a Frederick Douglass, a Gerrit Smith y a Thomas W. Higginson. En 1857 otro partidario de la causa abolicionista, el senador por Nueva York y Secretario de Estado William Seward, le vendió en condiciones muy convenientes la tierra para crearse su casa. Estaba ubicada en Auburn, en el estado de Nueva York.

A finales de los 50 conoció a John Brown. Brown viajaba por las comunidades negras del Canadá para contratar reclutas, con la iniciativa de agredir el armamento federal que se encontraba en el trasbordador de Harpers y también comenzar una sublevación masiva. Tubman aprobaba el plan de la insurrección y decidió asistirle, pero una inmediata patología se lo impidió. Al conocerse, los dos sintieron recíproca admiración: Harriet creía que Brown era la personificación de Jesucristo por su forma de contribuir a los esclavos fugitivos, y él afirmaba con frecuencia que ella era de todos modos el General Tubman.

En la primavera de 1860, sendero de una asamblea abolicionista que se festejaba en Boston, y atravesando Troy (Nueva York), supo que en esa localidad los federales habían descubierto a un fugitivo y se planteaban devolverlo. Tubman luchó hasta hallar la independencia del fugitivo. Ese mismo año viajó a Maryland, pero el país se encontraba a puntito de ingresar en la Guerra de Secesión y se prohibió a los abolicionistas los viajes al sur. En la primavera de 1861 prosiguió a las tropas del general Benjamin Butler de Massachussets en su marcha hacia el sur para proteger Washington. En mayo de 1862 llevó una carta del gobernador de Massachussets al general David Hunter, que se encontraba en Carolina del Sur; el gobernador daba asistencia para la guerra. Al principio trabajó como enfermera y más tarde como espía; participó además de esto en múltiples incursiones y condujo en el mes de julio de 1863 la expedición del río Combahee.

En 1864 regresó a Auburn por problemas médicos de sus progenitores, y ahora cerca del final de la guerra, viajó a Virginia para trabajar en el transcurso de un corto tiempo en la fortaleza Monroe. Al terminar la guerra se estableció terminantemente en Auburn. A pesar de su pobreza y de su analfabetismo, dedicó su tiempo a conseguir dinero para la educación de los viejos esclavos, reunió ropa para los pequeños pobres y asistió a los jubilados incapacitaos para el trabajo. Eventualmente acogió en su casa a pobres y jubilados. Con la asistencia de la Iglesia Episcopal y Metodista Africana de Auburn, se abriría en 1908 en exactamente la misma localidad la Casa Harriet Tubman, que acogería a jubilados y también indigentes de color.

En 1869 Tubman se casó con un viejo ciervo y ex- soldado del ejército de la Unión, Nelson Davis (John Tubman había fallecido años antes). En ese año, su amiga Sarah Bradford publicó su biografía: Escenas en la vida de Harriet Tubman. Con la publicación de este libro ha podido finalizar de abonar su casa, pero proseguiría teniendo inconvenientes financieros el resto de su historia. Durante 2 décadas varios de sus amigos y socios procuraron seducir al gobierno de que diese a Tubman una pensión por sus servicios a lo largo de la Guerra de Secesión. Pero no fue hasta 1890, tras la desaparición de Nelson Davis, en el momento en que le fue concedida una pequeña pensión por los servicios que su marido había prestado al país.

Durante el periodo posterior a la guerra, Tubman estuvo asimismo activa haciendo un trabajo en los derechos de la mujer y también tratando hallar el voto universal. Para ello cooperó con Susan B. Anthony y otras feministas. Su popularidad había llegado en esa época hasta Europa, e inclusive la reina Victoria le envió un presente y la invitó a pasar una temporada en Inglaterra. Falleció en Auburn el diez de marzo de 1913, y el ejército le rindió honores en un entierro de carácter militar. Al año siguiente, la localidad de Auburn le dedicó un monumento en el jardín del Palacio de Justicia del Condado.

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