Ya sea inspirando a más personas o formando parte de la acción. Gustáv Husák es una de esas personas cuya vida, realmente, merece nuestra atención por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la biografía de Gustáv Husák es comprender más acerca de época determinada de la historia del género humano.
(Dubravka, 1913 - Bratislava, 1991) Político checoslovaco que fue secretario general del Partido Comunista de Checoslovaquia, el KSC (1968-1988) y presidente de la República de Checoslovaquia (1975-1989). Educado en Bratislava, se licenció en Derecho por la Universidad Comenius de Bratislava en 1937, fecha donde empezó a ejercer su profesión de letrado. En 1932, mientras que hacía la carrera, se inscribió al Partido Comunista checo.
En el año 1942, en medio de una Segunda Guerra Mundial, Húsak se transformó en el líder de esos marxistas que permaneciron en el país tras la invasión nazi, y estuvo haciendo un trabajo a tiempo terminado para el partido en la clandestinidad. Figura clave de la insurrección eslovaca antinazi del año 1944, velozmente ascendió en el partido, lo que le valió, tras la finalización de la guerra, ser nombrado presidente del Consejo de Comisarios (gobierno provincial de Eslovaquia), entre los años 1946 a 1951, y ministro de Agricultura, de 1948 a 1949. También fue integrante del Presidium del KSC. Durante todo ese tiempo, Húsak se esmeró claramente por llevar a cabo encajar y sintetizar el ideario básico del comunismo en todo el mundo con el patriotismo checoslovaco.
Tras el golpe de Praga del año 1948, que puso al comunista ortodoxo Klement Gottwald en el poder absoluto del país, la labor política de Húsak chocó con serias adversidades hasta el momento en que las sanguinolentas purgas políticas de corte estalinista decretadas por Gottwald a inicios de la década de los cincuenta terminaron por defenestrarlo. El 4 de mayo de 1950 Húsak fue apartado de sus cargos y responsabilidades políticas y el 6 de febrero de 1951 fue culpado a cadena perpetua, expulsado del partido y encarcelado, acusado de "nacionalista burgués" y de accionar en connivencia con las potencias capitalistas occidentales.
Durante su largo cautiverio, Húsak escribió una obra sobre la insurrección eslovaca del año 1944. Gracias a una amnistía general decretada en el año 1960, Húsak ha podido recuperar la independencia y, tres años después, ser rehabilitado políticamente o, lo que es exactamente lo mismo, reingresar en el KSC y verse otra vez con su escaño en la Asamblea Nacional checa. Húsak trabajó en la Academia Eslovaca de las Ciencias y participó activamente en distintas comités, al tiempo que se proclamó partidario de comenzar en el comunismo checo un movimiento de democratización de las construcciones políticas y económicas.
La desatención del presidente checo, el estalinista Antonin Novotny, en relación a los inconvenientes de la población eslava, logró que este perdiese paulativamente el acompañamiento de los marxistas eslovacos, que conspiraron para sustituirlo por su líder Alexander Dubcek en el mes de enero de 1968, quien se ha propuesto hacer una secuencia de reformas políticas como única salida para sostener el KSC en el poder. Dubcek nombró a su amigo Húsak viceprimer ministro en el mes de abril del mismo año.
Los dos líderes emprendieron la transformación del país en el mes de abril, famosa como la Primavera de Praga, cuyo primordial propósito era el de hacer un "socialismo con rostro humano". Pero las reformas checas padecieron un frenazo en el momento en que, el 20 de agosto del mismo año, el líder soviético Breznev dictaminó la invasión del país por fuerzas militares correspondientes al Pacto de Varsovia, sin que el Ejército checo y la población civil opusieran resistencia alguna.
Húsak fue entre los integrantes de la delegación checa que negoció en Moscú la retirada de las tropas invasoras. Haciendo gala de un sentido político práctico y verdadera, tras investigar fríamente la situación donde estaba su país tras la invasión, Húsak llegó a la conclusión de que la supervivencia de Checoslovaquia demandaba en esos instantes una cooperación forzosa pero honorable con la URSS, la que dejó bien claro que no se encontraba preparada para aceptar veleidad alguna por la parte de los integrantes del Pacto de Varsovia. Así ya que, en el mes de abril del año 1969, en el momento en que Dubcek fue destituido de sus cargos, Húsak fue nombrado con la aquiescencia de Moscú presidente de la República de Checoslovaquia y secretario general del KSC.
El Gobierno de Húsak, en las líneas ortodoxas marcadas por Moscú en todos y cada uno de los campos (económico, político y también ideológico), rompió todas y cada una de las esperanzas de cambio albergadas a lo largo de los trágicos hechos de la Primavera de Praga. Debido a su política verdadera, fundamentada en la convicción de la necesidad de ganarse la seguridad del Kremlin, esta le indujo aun a reprimir ferozmente las manifestaciones antisoviéticas del año 1969, en conmemoración del primer aniversario de la invasión de Checoslovaquia y a hacer una limpieza beligerante contra todos y cada uno de los disidentes, entre aquéllos que se incluía el defenestrado Dubcek, su viejo amigo, quien fue expulsado del Comité Central del KSC y obligado a exilarse. En el año 1971, Húsak fue afirmado en el cargo de secretario general del KSC, y en el mes de mayo de 1975 presidente de la República de Checoslovaquia, cargo para el que fue reelegido consecutivamente en los años 1980 y 1985.
Viejo disidente del estalinismo, Húsak ingresó una sucesión de tímidas reformas proclives a descentralizar la economía checa, pero siempre y en todo momento sin dejar y tener presente los dictados provenientes del Kremlin, hasta el punto de resistirse con vehemencia a la política reformista emprendida por el líder soviético Mijail Gorbachov desde el año 1985. Las altas jerarquías del KSC compartían su opinión, con lo que, gracias a su avanzada edad, Húsak fue sustituido como secretario general, en el último mes del año de 1987, por el mucho más joven y todavía mucho más extremista y ortodoxo, Milos Jakes.
En el año 1989, al quedar el régimen checo desamparado de Moscú, el desarrollo democratizador se tornó incontenible. El diez de diciembre de 1989 Húsak dimitió como presidente de la República de Checoslovaquia y se retiró de la política activa, al paso que la facción renovadora del partido forzaba a Milos Jakes a llevar a cabo lo propio como secretario general del partido, siendo sustituido por el reformista Václav Havel. En febrero de 1990, antes de fallecer, Húsak fue expulsado del KSC.
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