Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la trascendencia que detentó Gumersindo de Azcárate en la historia. La manera en que vivió y aquello que hizo en el tiempo en que permaneció en el mundo fue decisivo no sólo para quienes frecuentaron a Gumersindo de Azcárate, sino que a lo mejor dejó una señal mucho más insondable de lo que logremosconcebir en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Gumersindo de Azcárate de modo personal.Gumersindo de Azcárate fue una de esas personas que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Conocer lo bueno y lo malo de las personas significativas como Gumersindo de Azcárate, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es una cosa básica para que podamos apreciar no sólo la existencia de Gumersindo de Azcárate, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Gumersindo de Azcárate, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Gumersindo de Azcárate influenció, y sin duda, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Gumersindo de Azcárate.
Las biografías y las vidas de personas que, como Gumersindo de Azcárate, seducen nuestra atención, deben ayudarnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Gumersindo de Azcárate, porqué Gumersindo de Azcárate vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inexorable, la historia.
(Gumersindo de Azcárate y Menéndez; León, 1840 - Madrid, 1917) Político español. Estudió Leyes en Oviedo y Madrid y ganó por oposición la cátedra de legislación equiparada en la Universidad Central de Madrid. Con la restauración monárquica propugnada por Cánovas del Castillo, en el año 1875, fue expulsado de la Universidad, adjuntado con Nicolás Salmerón y Francisco Giner de los Ríos, por sus ideas progresistas que chocaban frontalmente con los postulados protegidos por el ultracatólico ministro de Fomento, Manuel Orovio. Aprovechando la única puerta que dejó abierta la Ley canovista para la presencia de centros privados de educación, los castigados eligieron fundar un centro donde se pudiese dar a conocer el espíritu krausista y progresista, que aspiraba a regenerar, desde la base, la abotargada sociedad de españa.
Siempre y en todo momento desde las filas progresistas y defendiendo el republicanismo, Gurmesindo de Azcárate empezó su trayectoria política en el año 1868. En el año 1873 compartía liderato con Nicolás Salmerón en las filas del Partido Republicano Centrista. En el año 1876, tras un largo periodo de ostracismo político, regresó a la vida parlamentaria activa para proteger su posición republicana como diputado por León, hasta el año 1916.
Desde el año 1873 perteneció al Partido Republicano Progresista, dirigido por Manuel Ruiz Zorrilla, ocupando, habitualmente, la presidencia de la minoría republicana en el Congreso. En el año 1909 se puso adelante de la Conjunción Republicano-Socialista, pero en el año 1913 olvidó sus escrúpulos formalistas de profundo republicanismo, uniéndose al reformista Melquíades Álvarez y fundando el Partido Reformista, del que fue escogido presidente.
Con anterioridad fue nombrado, en el año 1903, presidente del recién desarrollado Instituto de Reformas Sociales, organismo que fue el auténtico motor de la reforma popular en España. Desde el principio este organismo, encabezado con energía y rivalidad por Gurmesindo de Azcárate, se propuso unos objetivos ambiciosos y totalmente progresistas: elaborar la legislación del trabajo, en su mucho más extenso sentido; cuidar a su ejercicio, organizando para esto los precisos servicios de inspección y estadística; y, por último, beneficiar la acción popular y gubernativa en beneficio de la optimización y confort de la clase trabajadora. Pero los objetivos del Instituto fracasaron completamente gracias a las pretensiones intranquilices de las organizaciones obreras, las que no estaban por la tarea de aguardar diagnósticos en un largo plazo correctos a sus inconvenientes, ni tampoco a que las ideas progresistas maduraran en la conciencia pública.
A pesar de su dilatada trayectoria política, donde Gurmesindo de Azcárate resaltó mucho más y con luz propia fue en el ámbito de la teoría política, como creador de una extensísima obra. Escribió y teorizó sobre el Estado democrático, el parlamentarismo y la función de los partidos en la democracia. Su posición política, intensamente liberal y republicana, era la consecuencia de su aceptación plena del principio de la soberanía nacional o del autogobierno de los pueblos.
De estos postulados nació su crítica feroz hacia el sistema monárquico defendido a ultranza por Antonio Cánovas del Castillo, que se concretó en la publicación de 2 proyectos: El Selfgovernment y la monarquía doctrinaria (1877) y El régimen parlamentario en la práctica (1885). En estas 2 proyectos dejó entrever la predominación que ejercitaron en él las doctrinas de Herbert Spencer y la experiencia vivida bajo el Sexenio Revolucionario (1868-74).
Con su defensa de los derechos particulares, tal como de los derechos naturales del hombre y la defensa de la independencia personal, se granjeó la enemistad de los próceres del gobierno canovista. Criticó el liberalismo doctrinario impuesto por Cánovas del Castillo y reclamó una sucesión de principios éticos y también ideológicos que la Revolución de la Gloriosa (1868) no ha podido consolidar.
En sus proyectos Estudios económicos y sociales (1876), Ensayo sobre la historia del derecho de la propiedad (1879-83) y Resumen de una discusión sobre el inconveniente popular (1883), abordó con estimable hondura y seguridad la cuestión popular desde ángulos complementarios, siempre y en todo momento abogando por la independencia (de la naturaleza que fuera) como único garante para solucionar las tensiones sociales inherentes al avance de la Revolución Industrial. También defendió la conciliación de la propiedad privada con la aspiración del confort popular colectivo. A medida que Gurmesindo de Azcárate tomó parte mucho más directa en los temas políticos y públicos, su producción literaria fue perdiendo singularidad y deber.
¿Qué juicio te merece la biografía de Gumersindo de Azcárate? ¿Has hallado la información que suponías que ibas a encontrar?
Indudablemente llegar a comprender a Gumersindo de Azcárate es algo que está reservado a pocas personas, y que pretender reconstruir quién fue y cómo fue la vida de Gumersindo de Azcárate es una especie de puzzleque probablemente podamos reconstruir si contribuimos todos en conjunto.
Por eso, si eres del tipo de personas que creen en que de modo colaborativo se puede hacer algo mejor, y tienes información sobre la vida de Gumersindo de Azcárate, o en relación con algún elemento de su persona u obra que no se observe en esta biografía, te solicitamos que nos lo hagas llegar.
Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente esenciales, ya que destacan la singularidad, y en el tema de la vida de un ser como Gumersindo de Azcárate, que tuvo su importancia en una época concreta, es imprescindible tratar de ofrecer un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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