La historia de las civilizaciones la escriben los hombres y mujeres quea lo largo de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han hecho quela civilización, de una forma u otra,prospere.
Comprender las luces y las sombras de las personas significativas como Guillermo Rodríguez Lara, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo sustancial para que podamos valorar no sólo la vida de Guillermo Rodríguez Lara, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Guillermo Rodríguez Lara, aquellas personas a quienes de de una u otra forma Guillermo Rodríguez Lara influyó, y desde luego, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Guillermo Rodríguez Lara.
Las biografías y las vidas de personas que, como Guillermo Rodríguez Lara, seducen nuestro interés, deben valernos en todo momento como referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Guillermo Rodríguez Lara, el motivo por qué Guillermo Rodríguez Lara vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma inevitable, la historia.
Vida y Biografía de Guillermo Rodríguez Lara
(Pujilí, 1924) Militar y gobernante ecuatoriano. Nombrado Jefe de la Junta Militar en el golpe de Estado del 15 de febrero de 1972, protagonizó la mucho más extendida dictadura de la narración de su país (1972-1976). Realizó sus estudios de bachillerato en el instituto Militar Eloy Alfaro de Quito, y después prosiguió estudios de ingeniería. Fue enseñante en el Colegio Eloy Alfaro y instructor de la Escuela de las Américas de Panamá (1964). En 1966 se incorporó al Estado Mayor de la Academia de Guerra y fue condecorado por el presidente Clemente Yerovi.
Tras el intento de cuajo militar de marzo de 1971, Rodríguez Lara fue nombrado Comandante General del Ejército por José María Velasco Ibarra, quien a la sazón cumplía su quinto orden presidencial. Finalmente, en el momento en que las Fuerzas Armadas derrocaron a Velasco Ibarra en el mes de febrero de 1972, Rodríguez Lara fue designado presidente del Consejo Militar de Gobierno; fue entonces en el momento en que adoptó el título de presidente de la República y desplazó a los pertenecientes de ese organismo para transformarse en dictador.
Los fundamentos que llevaron a los militares ecuatorianos a hacerse cargo del poder en esos instantes fueron esencialmente 2: la bonanza petrolera que se aproximaba y el deseo de no aceptar un desarrollo electoral que probablemente habría dado el triunfo al discutido y populista candidato Assad Bucaram. Los militares no deseaban que la riqueza petrolera fuera manejada ni por un candidato populista ni por la clásico oligarquía nacional. La Junta Militar trató de proseguir el ideal nacionalista de Velasco Ibarra y su pelea antioligárquica. El pueblo la acogió con simpatía, eufórico como se encontraba frente a la visión de la bonanza petrolera.
Rodríguez Lara reanudó la Constitución de 1945, de determinada inclinación izquierdista, por el hecho de que era la que mejor se acomodaba a los propósitos revolucionarios y nacionalistas del golpe. Formó un gabinete mixto, en el que, no obstante, las primordiales carteras quedaban a cargo de militares. Los partidos sostenían la promesa de un próximamente retorno al orden constitucional, pero sus ilusiones se vieron desvanecidas en el momento en que Rodríguez Lara anunció su plan quinquenal. Entonces comenzó a ejercer el poder asesorado por un Consejo de Gobierno, que viene dentro por militares de las tres ramas de la Fuerzas Armadas, que mucho más adelante fue suplantado por una Comisión Legislativa.
Ha propuesto un plan de gobierno nacionalista y innovador, que viene dentro por 2 documentos: Principios filosóficos y plan de acción del Gobierno y Plan integral de transformación y avance. Además, dictaminó el estado de ubicación y lo sostuvo cerca de 4 años, con suspensión de todas y cada una de las garantías constitucionales; confinó en la Amazonía a múltiples líderes contrarios; fiscalizó a personeros del último régimen velasquista; intervino la Corte Suprema de Justicia y también instituyó los "tribunales particulares" para hacer más ágil la administración de justicia primordialmente en los delitos de subversión, pero próximamente debió suprimirlos por el hecho de que se brindaron excesos.
Hacia 1974 el régimen empezó a ofrecer señales de desgaste, de manera que en el mes de agosto del año siguiente sucedió el alzamiento del general Raúl González Alvear y otros militares y políticos reunidos en el Frente Civil; González Alvear se apoderó del palacio de Gobierno y se proclamó jefe de Estado, pero Rodríguez Lara ha podido llegar a Riobamba, lugar desde donde emprendió la marcha hacia Quito con la brigada de blindados "Galápagos". González Alvear, viéndose sin el acompañamiento de la fuerza aérea ni de la Marina, debió rendirse, y se asiló entonces en la embajada de Chile.
El cuartelazo acabó de debilitar al gobierno de Rodríguez Lara, de manera que 4 meses después los comandantes del Ejército, la Marina y la Aviación le relevaron del mando. Su salida no fue beligerante: mucho más bien pactó con los altos jefes un período que le dejó efectuar el matrimonio de su hija en palacio días antes de dar el mando, y ordenar él mismo su retirada entre honores militares; tras ello aceptó la presidencia el vicealmirante Alfredo Poveda Burbano (1976-1979), quien favorecería una transición pacífica a la democracia.
La obra primordial del gobierno de los militares fue la nacionalización del petróleo. Por primera oportunidad en la historia del Ecuador el poder económico se encontraba, en decisión correcta, a cargo del Estado; además, el poder político se extendió a novedosas familias de clase media. El petróleo empezó a brotar en la zona amazónica, y su producción llegó prontísimo a los 200.000 barriles diarios; Ecuador entró a ser parte de la OPEP (Organización de Países Productores de Petróleo) y logró frenar en determinada medida las prerrogativas de las compañías petroleras Gulf y Texaco. El petróleo se transformó en el eje económico de la economía estatal y dejó la acometida de esenciales proyectos de infraestructura nacional, así como la hidroeléctrica de Paute, la refinería petrolera de Esmeraldas, el terminal petrolero de Balao y la activa obra de vivienda habitual.
En general fueron años de despegue en el avance del Ecuador, que duró toda la década de los setenta. El enorme despilfarro se causó en el ámbito agrario, con una importación de fertilizantes que supuso una pérdida neta para el Estado de 386 millones de sucres. En general, Rodríguez Lara se comportó como un gestor sagaz y sensato. Guiado por un enorme los pies en el suelo y un instinto populista, era popular cariñosamente con el apelativo de "Bomba". Tras dejar el poder, se retiró a su hacienda de Tigua Centro, a unos 40 km de Pujilí, donde se dedicó a la agricultura y a la cría de ganado.
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Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son siempre determinantes, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de un ser como Guillermo Rodríguez Lara, que tuvo su trascendencia en un momento histórico concreto, es vital tratar de brindar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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