Guillén de Castro

Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la importancia que atesoró Guillén de Castro en la historia. La forma en que vivió y lo que hizo en el tiempo en que estuvo en este mundo fue decisivo no sólo para las personas que trataron a Guillén de Castro, sino que quizá produjo una señal mucho más profunda de lo que logremosconcebir en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Guillén de Castro personalmente.Guillén de Castro ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Comprender las luces y las sombras de las personas destacadas como Guillén de Castro, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo fundamental para que podamos apreciar no sólo la vida de Guillén de Castro, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Guillén de Castro, aquellas personas a quienes de un modo u otro Guillén de Castro influenció, y por supuesto, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Guillén de Castro.

Las biografías y las vidas de personas que, como Guillén de Castro, atraen nuestra atención, deben ayudarnos en todo momento como referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Guillén de Castro, porqué Guillén de Castro vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos ayudará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma implacable, la historia.

Vida y Biografía de Guillén de Castro

(Guillén de Castro y Bellvís; Valencia, 1569 - Madrid, 1631) Dramaturgo español. De familia ilustre, en 1606 marchó a Italia como gobernador de Scigliano, y regresó hacia 1609 a Valencia, para instalarse poco después en Madrid, bajo el mando del primogénito del duque de Osuna. Compuso extensa variedad de proyectos teatrales, siempre y en todo momento bajo la estela de Lope de Vega, a quien conoció y admiró. Su drama mucho más célebre es Las mocedades del Cid, que después adaptaría Corneille. Entre el resto de su producción resaltan asimismo dramas históricos como El mucho más impropio verdugo y Las hazañas del Cid, proyectos de cubierta y espada, como Los mal en matrimonio de Valencia, y piezas mitológicas, como Progne y Filomena y Los amores de Dido y Eneas. De entre sus comedias se puede destacar El especial caballero.

Los pocos datos biográficos que se tienen sobre su niñez y juventud contrastan con una información mucho más abundante desde la década de 1590, en el momento en que, aparte de manifestarse en distintas fiestas públicas, ingresó en la célebre Academia de los Nocturnos, de la que va a ser uno de sus mejores valedores desde su primera lectura poética en 1592. Sirvió como capitán de caballería de la costa y, en 1595, contrajo matrimonio con la Marquesa Girón de Rebolledo, con quien va a tener una hija, fallecida en edad temprana, y de la que enviudaría poco tiempo después, antes de finalizado el siglo.

En 1601 ahora era procurador general del duque de Gandía, Carlos de Borja, si bien esta actividad no le impidió formar parte en varias justas poéticas, como la encargada de San Raimundo de Peñafort en 1602. Cinco años después viajó a Italia, donde fue nombrado gobernador de Scigliano al servicio del virrey de Nápoles, el conde de Benavente. En 1608 fueron publicados 2 de sus dramas (El caballero bobo y El amor incesante) en una antología de autores valencianos.

De regreso a Valencia en 1609, siguió la redacción de su obra de teatro y creó (hacia 1616) una exclusiva academia con el nombre de Los montañeses del Parnaso, de la que va a ser presidente. A principios de 1619 se instaló en Madrid, bajo la protección del duque de Osuna, temporada donde se consolidarán tanto su popularidad de dramaturgo y poeta como sus apuros económicos, que solo van a conocer una seguridad temporal tras su boda con Ángela Salgado, dama de la duquesa de Osuna, conmemorada en 1626. Falleció sumido en la pobreza, según testimonian ciertos documentos.

La trayectoria literaria de Guillen de Castro ha de ser analizada, primeramente, en el contexto del teatro valenciano, en tanto que esta localidad fue entre los centros teatrales mucho más fértiles de aquel instante histórico, como lógica consecuencia de su poderío popular y comercial. Además, y seguidamente, la obra de Castro ejemplariza de modo particular el punto de unión entre la herencia renacentista y el nuevo estilo impulsado por Lope de Vega. Parece indudable que la amistad entre los dos autores, asentada después de las 2 estancias de Lope en Valencia, no se limitó a sencillos encomios mutuos (Lope compuso el soneto “Dido y Eneas” en su honor y le dedicó Las almenas de Toro; Guillen de Castro dedicó a Marcela, hija de Lope, la Primera una parte de sus comedias).

No obstante, la producción de Castro no se fundamentó de forma exclusiva en el caudal lopesco, sino va a ser ahora en pleno avance en el momento en que adopte ciertas de sus especificaciones y logros mucho más populares, siendo quizás esta la razón que provocó la admiración en varios autores, como Miguel de Cervantes (quien le elogió en el prólogo a sus Comedias y en el Viaje del Parnaso) y Baltasar Gracián (en el Arte del talento).

La producción teatral de Guillen de Castro aún no pudo ser fijada cronológicamente completamente (si bien las impresiones de ámbas unas partes de sus comedias, en 1618 y 1625, han facilitado puntos textuales). La crítica asimismo está dividida en su clasificación, ya que al lado de los que eligen una evolución temporal en tres etapas (la localista, la de primeras influencias lopescas y la de consolidación), hay otros que eligen por el análisis temático, y clasifican sus proyectos en piezas costumbristas (como Los malcasados de Valencia), políticas (El amor incesante), cervantinas (Don Quijote de la Mácula), históricas (Las mocedades del Cid), legendarias (El conde Alarcos), tradicionales (Dido y Eneas) o mitológicas (Progne y Filomena), hasta lograr de esta manera treinta títulos.

En líneas en general el teatro de Guillén de Castro se identifica por su técnica sobria y una hábil versificación, al servicio siempre y en todo momento de unos temas encabezados por el dramatismo psicológico y la dificultad emotiva. Las primordiales peculiaridades de esta producción, aparte de la pluralidad temática y la continuidad de determinadas ocasiones (el rey tirano, el matrimonio adverso, la particularidad del “jocoso” y del “hermoso” o la fuerza del honor y la amistad), transforman a Guillen de Castro en entre las figuras mucho más importantes del Siglo de Oro, si bien la difusión y perfección de alguna obra (de manera especial de Las mocedades del Cid, inspiradora de Le Cid de Pierre Corneille) haya eclipsado el resto de su teatro.

Las 2 proyectos que Guillén de Castro dedicó a la figura del Cid, Las mocedades del Cid y Las hazañas del Cid (1618), están inspiradas de manera directa en el romancero. En grupo resultan un poco estridentes y confusas, pero la primera, en especial, se considera entre las piezas mucho más robustas del teatro épico español. En Las mocedades del Cid, en tres actos y en verso, Rodrigo Díaz de Vivar, amado por la princesa doña Urraca y por doña Jimena, todavía chica, es armado caballero por el rey, pero la fortuna le deja usar prontísimo su espada. El conde Lozano ofende dificultosamente al padre de Rodrigo, Diego Laínez, y el joven Rodrigo, si bien quiere a Jimena, hija del conde, le reta y aniquila.

Jimena, obedeciendo al amor filial, pedirá justicia al rey contra el "adulado enemigo". El rey no se escoge y Rodrigo, para recortar por lo sano, se arroja con quinientos vasallos al campo en pos de compañías guerreras. La fortuna y el valor le asisten: 4 reyes moriscos vencidos se declaran vasallos suyos y toda España comienza a saludarle con el epíteto de Cid. El rey, para poner a prueba a Jimena, le comunica la desaparición de Rodrigo; la chavala se desmaya; entonces, a puntito de traicionarse, asegura su mano a quien le lleve la cabeza del Cid. Un vencedor se muestra, pero es vencido y fallecido por Rodrigo, que se transforma por fin en marido de la mujer cuyo padre se vio obligado a matar.

En el segundo drama, Las hazañas del Cid, el héroe tiene un papel secundario. El núcleo dramático está constituido por las luchas entre el rey don Sancho II de Castilla y sus hermanos, don Alfonso VI de León y doña Urraca, cubierto cada uno por la lealtad paradójica de sus propios vasallos. Don Sancho, tras haber arrebatado el reino a don García y a don Alfonso, desea eliminar a su hermana Urraca la localidad de Zamora. La localidad es protegida por el leal Arias Gonzalo y por sus cinco intrépidos hijos. Se une con los defensores el traidor Vellido Dolfos, que aniquila a traición a don Sancho, con enorme indignación de sus compañeros.

Un vasallo del rey fallecido, Diego Ordóñez de Lara, se muestra entonces bajo las murallas de Zamora donde se ha refugiado el asesino y pronuncia el popular desafío-anatema que Castro elabora palabra por palabra según entre los mucho más insignes romances. Y Zamora debe, según la tradición, contestar mandando cinco vencedores contra el ultrajador. Arias Gonzalo, si bien haya reprobado el hecho de Vellido Dolfos, manda a sus cinco hijos; Diego Ordóñez de Lara aniquila al primero y al segundo, pero al herir de muerte al tercero viola las reglas técnicas de la pelea y es proclamado vencido por el fallecido. El Cid es el juez de campo de la riña, que queda resuelta con la llegada de don Alfonso, a quien todos reconocen como rey, después que el Cid le ha obligado a prometer que nada debía ver en lo más mínimo con la desaparición de su hermano. También aquí el creador prosigue fielmente el Romancero (y también intercala en la obra romances enteros), pero la acción es inorgánica, el drama no se traduce en específicas oposiciones de sentimiento, y falta la atmósfera de fatalidad que en la obra antecedente envuelve a los dos personajes principales.

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Obviamente llegar a comprender a Guillén de Castro es algo que se reserva a un grupo limitado de personas, y que intentar reconstruir quién fue y cómo fue la vida de Guillén de Castro es una suerte de enigmaque posiblemente consigamos reconstruir si contribuimos juntos.

Por eso, si eres del tipo de personas que creen en que de forma colaborativa existen posibilidades de crear algo mejor, y detentas información con respecto a la vida de Guillén de Castro, o con respecto a algún detalle de su persona u obra que no se observe en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.

Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son siempre fundamentales, ya que perfilan la diversidad, y en la ocasión de la vida de alguien como Guillén de Castro, que detentó su relevancia en una época concreta, es esencia tratar de brindar una visión de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

Sin titubeos, contacta con nosotros para narrarnos qué conoces sobre Guillén de Castro. Estaremos muy contentos de completar esta biografía con más información.