La historia del mundo la cuentan aquellos hombres y mujeres queen el paso de los años, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han hecho queel género humano, de un modo u otro,avance.
Ya sea inspirando a otras personas o formando parte de la acción. Gonzalo Torrente Ballester es uno de esos seres humanos cuya vida, en verdad, merece nuestra atención por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Gonzalo Torrente Ballester es conocer más sobre periodo preciso de la historia del ser humano.
(El Ferrol, 1910 - Salamanca, 1999) Narrador, dramaturgo y crítico español, cuya obra evolucionó del realismo popular al realismo fabuloso. Tras sus primeras vivencias como instructor en las universidades de Santiago de Compostela y de Albany, Estados Unidos, inició su trayectoria como crítico teatral en el períodico madrileño Arriba y en transmisoras de radio. Como dramaturgo se dio a saber con las piezas El viaje del joven Tobías (1938) y El retorno de Ulises (1946).
En 1943 publicó su primera novela, Javier Mariño, donde sin embargo la intervención de la censura, que halló en ella sobreabundancia de "imágenes lúbricas" y le forzó a recortarla, dio muestras de una prosa robusta y de una fina ironía que, como él mismo reconoció, debía bastante a Miguel de Cervantes. La vertiente humorística y también imaginativa (tan fundamental en la futura producción de Torrente Ballester) se revela ahora en su segunda novela, El golpe de Estado de Guadalupe Limón (1946), que finge ser una crónica histórica, con sus fuentes y documentos, sobre un extravagante golpe de Estado que protagonizan 2 mujeres en un país latinoamericano, relato que no no tiene afinidades con Tirano Banderas de Ramón del Valle-Inclán.
La obra narrativa de Torrente Ballester avanzó de manera intermitente. Tras la publicación de Ifigenia (1949), su tarea se pausa por unos años, a lo largo de los que el crítico se impone y redacta libros de valor dispar, útiles más que nada como exposición de las ideas de su generación: Panorama de la literatura de españa moderna (1956) y Teatro español contemporáneo (1957).
El creador volvió brillantemente a la novela con la trilogía de corte verdadera Los gozos y las sombras, documentada reconstrucción de carácter histórico-popular sobre la vida gallega a lo largo de la República, que se compone de El señor llega (1957), Donde da la vuelta al aire (1960) y La Pascua triste (1962). En la próxima novela, Don Juan, de 1963, aborda el viejo mito literario, que interpreta sugestivamente como desafío a la divinidad. Con Offside (1969) proporciona una irónica visión de la vida artístico-cultural y financiera, pero (de la misma la previo) no consiguió éxito.
El reconocimiento público de Torrente Ballester llegó de forma tardía con La saga/fuga de J. B. (1972), indudablemente su novela más esencial. Se trata de una fábula de enorme vigor imaginativo que cuenta mil años de la crónica de un pueblo gallego mediante un personaje principal proteico (J. B. son las iniciales de un humilde gramático que encarna anteriormente otros J. B.).
La temática escencial que desarrolló su obra fue la de la pelea por el poder entre las clases sociales, que apareció de modo robusto y verdadera, aun con trágico objetivismo, en sus primeras proyectos, o las miserias y restricciones de quienes ostentan el poder, que recreó con ironía, humor y fuerte imaginación en las proyectos de madurez.
La posterior predominación de la literatura sudamericana acentuó su inclinación hacia lo fabuloso, como se aprecia en Fragmentos del Apocalipsis (1977), La isla de los jacintos cortados (1980), Crónica del rey pasmado (1989) y su póstuma Doménica (1999), en las que lo fantástico aparece con toda naturalidad para conocer la emoción y carnalidad de los individuos como fuerza de cambio de un planeta opresivo. El vínculo entre el símbolo y la imaginación actúa armónicamente en su narrativa, como sustento mítico de la historia el primero y como llave para descifrarla la segunda. La acción resulta de este modo consecuencia de una fabulación cimentada en el humor y la catástrofe.
Su tarea ensayística incluyó El Quijote como juego (1975), Acerca del novelista y su arte (1979) y, entre otros muchos libros, Mito y personaje de Don Juan (1992). Su prestigio literario le significó entrar en 1975 en la Real Academia Española y recibir varios premios, entre aquéllos que aparecen el Príncipe de Asturias de las Letras (1982), ex--aequo con Miguel Delibes, y el Miguel de Cervantes (1985).
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