Gonzalo Sánchez de Lozada

La historia universal la cuentan aquellas personas queen el transcurrir de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han ocasionado quela sociedad, de un modo u otro,prospere.

Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la trascendencia que tuvo Gonzalo Sánchez de Lozada en la historia. Cómo vivió y aquello que hizo en el tiempo en que estuvo en la tierra fue decisivo no sólo para aquellas personas que trataron a Gonzalo Sánchez de Lozada, sino que quizá produjo una señal mucho más vasta de lo que podamosfigurar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Gonzalo Sánchez de Lozada personalmente.Gonzalo Sánchez de Lozada ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Vida y Biografía de Gonzalo Sánchez de Lozada

(La Paz, 1930) Político boliviano que fue presidente de la República entre 1993 y 1997. Resultó de nuevo escogido jefe del Estado después de las selecciones de 2002, si bien abandonó el cargo en el mes de octubre de 2003 tras múltiples semanas de revueltas populares.

El exilio político de su padre forzó a la familia a residir en los Estados Unidos, donde Sánchez de Lozada pasó sus años de niñez y juventud y se graduó en Filosofía y Letras por la Universidad de Chicago. En esta etapa adquirió un marcado acento anglosajón que sus oponentes políticos usarían después para cuestionar su identificación con el pueblo boliviano. Regresó a Bolivia en 1953 y creó la productora de reportajes y películas comerciales Telecine, antes de regentar sus intereses empresariales hacia el ámbito del petróleo y la minería con la creación en 1957 de la compañía Edel del Sur (COMSUR), de la que fue gerente hasta 1962.

Tras la caída del régimen de Hugo Banzer Suárez (1971-1978) ingresó en política y fue escogido diputado por el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) en el departamento de Cochabamba, en las selecciones en general de 1979 y 1980. También logró un acta de senador por exactamente el mismo departamento en las comicios de 1985, fue nombrado presidente de la Cámara Alta y fue el responsable de tomar juramento al nuevo presidente de la República, Víctor Paz Estenssoro.

Un año después, fue nombrado ministro de Planificación y Coordinación, cargo desde el que impulsó un plan de liberalización económica recogido en el decreto de Nueva Política Económica. Impuso un severo bulto de medidas para frenar la inflación, que a fines de 1985 había alcanzado una tasa amontonada del 23.00% y, a los un par de años de arrancar su plan, el país registró el primer índice de desarrollo de la economía y una lenta restauración del sistema.

Fue el vencedor de las selecciones de presidentes del 7 de mayo de 1989 con el 23,07%, pero su mayoría relativa fue deficiente para poder la investidura y el Acuerdo Patriótico, suscrito entre el MIR y ADN, concedió la jefatura de la República a Jaime Paz Zamora. Durante esta legislatura, Sánchez de Lozada ocupó el puesto de líder de la oposición, merced a su condición de jefe en ejercicio del MNR desde el instante en que en el mes de agosto de 1989 Víctor Paz Estenssoro trasladara su vivienda a los Estados Unidos.

Popular entre sus fieles con el sobrenombre de Goni, en el último mes del año de 1990 propuso la convocatoria de una Asamblea Constituyente para mudar el sistema político del país, con el propósito de dejar el presidencialismo a favor de un nuevo servicio parlamentario. Ese mismo mes acordó, adjuntado con los líderes del resto partidos de oposición, detallar las pautas para la reforma electoral, hacer más ágil la descentralización administrativa y seguir el juicio abierto contra ocho jueces de la Corte Suprema, acusados de daños económicos al Estado por invalidar una ley de impuestos. A este acuerdo se adhirieron los partidos mandatarios del Acuerdo Patriótico en el mes de febrero de 1991, pero a inicios de abril el MNR abandonó el pacto, tras múltiples días de duras críticas y acusaciones contra el Gobierno.

El 9 de julio de 1992 fue entre los firmantes, adjuntado con el presidente Paz Zamora y el resto de los partidos de la oposición, de un convenio para actualizar el Estado y reforzar en la democracia. Los diez puntos del acuerdo contemplaban la reforma constitucional, la del poder judicial, la de la ley electoral y la del sistema educativo, tal como la promulgación de una ley sobre la industrialización de el papel de coca, entre otras caracteristicas de interés nacional.

Después de impulsar una esencial desarrollo de democratización en su partido entre los años 1990 y 1992, el 26 de octubre de este último año renunció a la jefatura del MNR y a la candidatura presidencial a consecuencia de un escándalo político en la localidad de Sucre, donde se escogió líder provisional de la capacitación a Ciro Humboldt. Nueve días después, el 5 de noviembre, frente a la reiterada solicitud de los componentes, reasumió la jefatura y en la convención del MNR, conmemorada el 24 de noviembre, fue escogido jefe del partido y candidato a la presidencia de la República. En su lista electoral le acompañaba, como candidato a la vicepresidencia, el líder aymara y jefe del Movimiento Revolucionario Túpaj Katari de Liberación (MRTKL), Víctor Hugo Cárdenas.

Su programa para las selecciones de presidentes y en general del 6 de junio de 1993 se basó en la pelea contra el desempleo y la potenciación de la participación habitual para garantizar la efectividad de la política popular. Su iniciativa económica, llamada el Plan de Todos, se apoyaba en la capitalización de las compañías públicas y la participación habitual y también incluía proposiciones de solución a inconvenientes como el paro, los bajos sueldos, la educación y la salud, la corrupción o el abandono del campo y las provincias.

Festejados los comicios, consiguió un 34,3% de los votos, porcentaje deficiente para conseguir la designación directa como presidente. Sin embargo, tras la renuncia del segundo candidato mucho más votado, el general Hugo Bánzer, a concurrir a la decisión que debía hacer el Congreso, el 4 de agosto de 1993, en la apertura de las sesiones de la Cámara, Gonzalo Sánchez de Lozada fue escogido presidente de la República con el respaldo de su capacitación política, del populista Unidad Cívica Solidaridad (UCS) y del izquierdista Movimiento Bolivia Libre (MBL).

Unas semanas tras asumir el cargo, anunció su intención de privatizar medianamente con capital extranjero ciertas compañías estatales con el propósito de mitigar la trágica coyuntura económica del país. Su ley de capitalización para constituir compañías mixtas fue fuertemente criticada por los sindicatos. Pidió asistencia económica a Estados Unidos y Japón para arrancar un plan de substitución de los cultivos de hoja de coca por otros modelos y demandó acompañamiento a la Unión Europea en la pelea contra el narcotráfico.

Durante su orden entró en vigor la novedosa Constitución de 1994, con esenciales ediciones sobre el artículo de 1967; en el chato exterior firmó el acuerdo de adhesión de Bolivia al Mercosur, suscribió pactos comerciales con Paraguay, Brasil, Argentina y Perú y también impulsó una aproximación con Chile, país con el que Bolivia sostenía suspendidas las relaciones diplomáticas.

El 6 de agosto de 1997 cedió el testigo presidencial a Hugo Bánzer, vencedor de los comicios festejados en el mes de junio del mismo año. Tras la desaparición del general, antes de acabar su orden, y los meses de presidencia interina de Jorge Quiroga, Sánchez de Lozada regresó a la primera línea de la arena política como candidato del MNR a las de presidentes del 30 de junio de 2002. Todos los pronósticos aventuraban el triunfo del capitán retirado Manfred Reyes Villa, ex- alcalde de Cochabamba y líder de la Nueva Fuerza Republicana (NFR) pero, tras la celebración de los comicios y una vez revelados los desenlaces preliminares, el MNR demandó la victoria con una virtud mínima de votos.

El 6 de julio, la Corte Nacional Electoral publicó por último el balance oficial del escrutinio y confirmó el triunfo de Lozada con el 22,4% de los sufragios. Por detrás, y a escasa distancia, el Movimiento al Socialismo (MAS) del líder indígena Evo Morales Ayma se transformaba en la segunda fuerza mucho más votada mientras que el preferido de las investigaciones, el NFR de Reyes Villa, quedaba apartado al tercer sitio.

Como ninguno de los solicitantes logró la mayor parte bastante, la decisión presidencial entre los 2 aspirantes mucho más votados quedó aplazada a la votación del Congreso. Después de ciertas semanas de indecisión política, Sánchez de Lozada se aseguró la decisión parlamentaria merced al acuerdo alcanzado entre su partido, el MNR, y el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR) del ex- presidente Jaime Paz Zamora. Ambas formaciones políticas suscribieron el llamado Plan Bolivia de Responsabilidad Nacional, un programa de gobierno quinquenal con la pelea contra la pobreza y la generación de empleo como objetivos primarios, y el 4 de agosto de 2002, Sánchez de Lozada fue ungido nuevo presidente de Bolivia.

Solamente cumplidos seis meses de orden, el presidente boliviano ahora debió combatir su primera crisis política en el momento en que el aviso de la entrada en vigor de un impuesto sobre los sueldos provocó una avalancha de violentas manifestaciones en las calles del país. La policía boliviana, declarada en rebeldía, se sumó a las reivindicaciones ciudadanas y la intervención del Ejército derivó en combates armados que se cobraron treinta víctimas en múltiples jornadas sucesivas de altercados, saqueos y actos salvajes.

Presionado por la gravedad de los accidentes, Sánchez de Lozada optó por sacar las medidas económicas que desataron la crisis, anunció un reajuste de su Gobierno y se comprometió a achicar el gasto público, frente al escepticismo de sus contrincantes políticos que demandaron su renuncia. El 18 de febrero de 2003, dimitió en pleno el Consejo de Ministros para ofrecer independencia al gobernante en la decisión de nuevos ayudantes.

Apremiado por la crisis económica y popular del país, en el mes de agosto el presidente selló un convenio con la Nueva Fuerza Republicana de Manfred Reyes Villa, uno de sus mayores contrincantes políticos, y también incorporó a tres integrantes del partido opositor en su Gabinete.

La herida abierta en varios ámbitos de la sociedad boliviana, desde el instante en que en la guerra de 1879 Chile arrebatara al país del altiplano su ingreso al mar, se situó nuevamente en primera línea de esta época política en el otoño de 2003. La resolución del Ejecutivo de exportar gas, primordial recurso del país, a Estados Unidos, por medio de un puerto chileno, actuó como catalizador de un nuevo estallido del descontento popular.

La opresión de las asonadas callejeras se cobró la vida de sobra de setenta personas y precipitó, en unas semanas, la caída de Sánchez de Lozada. Abandonado por sus asociados de Gobierno y sin el acompañamiento de sus socios exteriores, el presidente escapó de La Paz y procuró cobijo en Miami. El vicepresidente Carlos Mesa aceptó la sucesión y anunció la capacitación de un nuevo Ejecutivo sin dependencia, donde no participarían los conjuntos políticos que integraron el Gabinete saliente.

Semanas tras la renuncia del gobernante, la Fiscalía General de Bolivia anunció una resolución para comenzar el enjuiciamiento político y penal del ex- presidente con la meta de depurar su compromiso en la revuelta popular que se saldó con setenta fallecidos. En 2007, la Corte Suprema ordenó su búsqueda y atrapa y también inició los trámites para la petición de extradición del ex- gobernante desde Estados Unidos, país en el que radica.

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