Gonzalo Queipo de Llano

Ya sea inspirando a otros seres humanos o siendo parte de la actuación. Gonzalo Queipo de Llano es uno de esos sujetos cuya vida, sin duda alguna, merece nuestra consideración debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Gonzalo Queipo de Llano es conocer más sobre un periodo concreto de la historia del género humano.

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Vida y Biografía de Gonzalo Queipo de Llano

(Gonzalo Queipo de Llano y Sierra; 1876 - 1951) Militar español. Fue cadete de la Academia de Caballería, y llegó a batallar en Cuba. En 1923 alcanzó el puesto de general, merced a los méritos de guerra logrados en Marruecos. Simpatizante en un comienzo de la dictadura de Primo de Rivera, poco tiempo después arremetió contra ella y el general, con lo que en el tercer mes del año de 1928 fue pasado a la reserva y postergado en su ascenso a general de división.

A finales de 1930 protagonizó una fracasada tentativa republicana, adjuntado con Ramón Franco Bahamonde y un pequeño conjunto de oficiales y paisanos, al asaltar el aeródromo de Cuatro Vientos (Madrid), donde se realizó con la estación de radio y propagó la falsa novedad de que se había instaurado la República en toda España. Tras su clamoroso fracaso se exilió a Francia, donde entabló amistad con Indalecio Prieto y Marcelino Domingo, entre otros muchos asilados españoles.

Al advenir la Segunda República regresó a España para hacerse cargo de la Capitanía General de Madrid, transformándose en escaso tiempo en entre los militares escenciales del nuevo régimen, apoyando con aplomo las reformas implantadas por Manuel Azaña, ministro de la Guerra. Ascendido a general de división, desempeñó el cargo de jefe del Cuarto Militar del Presidente de la República, hasta marzo de 1933 en que fue relevado del mismo a solicitud del jefe del Estado tras comprender este una sucesión de comentarios perjudiciales al Gobierno completados por el general. A partir de este instante quedó apartado a background, si bien aún fue nombrado inspector general de Carabineros.

En abril de 1936 se entrevistó en Pamplona con el general Emilio Mola y, en una segunda entrevista se comprometió absolutamente en el alzamiento militar contra la República al admitir rebelar la VII División Orgánica con cabecera en Valladolid, después reemplazada por la plaza de Sevilla, siendo apartado por el general Andrés Saliquet en la primera.

El 18 de julio de 1936, desde su destino en Huelva, se enteró de manera oficial de la sublevación en la guarnición de África. Enseguida se dirigió a Sevilla, y tras parar al general José Fernández Villa-Abrille, jefe de la II División Orgánica, que se negaba a secundar la rebelión, proclamó el estado de guerra y ordenó parar al gobernador civil de la provincia y demás autoridades locales.

De este modo, ya que, logró el control de la ciudad más importante andaluza y transformó a Andalucía en entre las bases logísticas de la España franquista, donde actuó como un genuino "virrey de Andalucía" (como le llamaban en una y otra región), autonombrándose jefe del Ejército del Sur y realizando ni caso a lo predeterminado primero por la Junta de Defensa Nacional y después por el general Franco. Ese mismo día 18, a las diez de la noche, inició sus reconocidas hablas emitidas por Radio Sevilla.

A mediados de 1937 fue nombrado asesor nacional de Falange Española de las JONS. Terminada la contienda, la distancia que existe entre Queipo de Llano y el general Franco (al que llamaba Paca la Culona) se realizó insalvable y los accidentes entre uno y otro fueron incontables. Finalmente fue destituido de la Capitanía General de Andalucía y recluído a Burgos. Posteriormente fue propuesto como embajador de España en Buenos Aires, pero no contó con la aprobación del Gobierno de Argentina. Poco tiempo después fue enviado a Italia adelante de una misión militar.

En 1942 regresó a España, estableció su vivienda en Sevilla y, desde ese momento, continuó distanciado de cualquier cargo militar en situación de libre obligatorio. A mediados de 1944 el general Franco le impuso la Cruz Laureada de San Fernando en un solemne acto festejado en la plaza de España de Sevilla. A finales de 1950 el jefe del Estado le concedió el título de marqués de Queipo de Llano.

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