La historia de la civilización la cuentan las mujeres y hombres quea lo largo de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han hecho queel género humano, de un modo u otro,progrese.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la importancia que detentó Gloria Macapagal en la historia. Cómo vivió y aquello que hizo durante el tiempo que estuvo en este mundo fue determinante no sólo para quienes conocieron a Gloria Macapagal, sino que a lo mejor legó una huella mucho más honda de lo que podamosimaginar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Gloria Macapagal de forma personal.Gloria Macapagal fue uno de esos seres humanos que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Conocer lo bueno y lo malo de las personas significativas como Gloria Macapagal, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo básica para que podamos apreciar no sólo la vida de Gloria Macapagal, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Gloria Macapagal, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Gloria Macapagal influyó, y indudablemente, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Gloria Macapagal.
(Manila, 1947) Política filipina que fue presidenta de la república de Filipinas desde 2001 hasta 2010. Gloria Macapagal Arroyo nació en Manila el 5 de abril de 1947, hija del entonces líder del Partido Liberal, Diosdado Macapagal, que fue vicepresidente (1957-1961) y presidente de la república (1961-1965) y al que sus incondicionales siempre y en todo momento consideraron como un caso de muestra de estadista íntegro y también incorruptible.
Gloria Macapagal pasó su adolescencia en el palacio presidencial de Malacañang. Estudió el bachillerato en el Convento de la Asunción, un instituto de monjas donde se forma la élite filipina, y fue estudiante de la Universidad de Georgetown, en Washington -donde compartió curso con Bill Clinton desde 1968-, hasta el momento en que interrumpió sus estudios para regresar a Manila y casarse en 1969. Licenciada en económicas por el Colegio Asunción, cursó un máster de la Universidad Ateneo de Manila y se doctoró por la Universidad de Filipinas, donde fue maestra. También ejercitó el periodismo.
Tras la revuelta habitual incruenta que derribó a Ferdinand Marcos y entregó el poder a Corazón Aquino en 1986, esta última nombró a Gloria Macapagal subsecretaria de Comercio y también Industria. En el que supuso su primer desafío político, trató de revitalizar el partido Unión Nacional para la Liberación, desarrollado por su padre: fue escogida miembro del senado en 1992 y reelegida en 1995 con cerca de 16 millones de votos, la mayor votación nunca lograda en la historia electoral filipina. En su desempeño como miembro del senado fomentó 55 leyes sobre cuestiones socioeconómicas -entre ellas, la que dejó a Filipinas entrar en la Organización Mundial del Comercio (OMC)- que le granjearon una notoriedad nacional.
Una opositora en el gobierno
Gloria Macapagal fue escogida vicepresidenta de la república en las selecciones del 11 de mayo de 1998, en una candidatura diferente de la que encabezó el presidente Joseph Estrada. Obtuvo 13 millones de votos, un par de millones de votos mucho más que el presidente; fue una marca electoral que confirmó su excepcional popularidad. Según la Constitución filipina, el presidente y el vicepresidente se escogen en listas y escrutinios diferentes. Pese a ser su opositora en las selecciones, Estrada no solo la nombró asesora (ministra) de Bienestar Social y Desarrollo, sino le confió la dirección y la presentación de un programa de televisión del gobierno de enorme audiencia destinado a los campesinos (Dighay Bayan).
Macapagal dimitió muy oportunamente del gabinete de Estrada el 12 de octubre de 2000, en el momento en que se empezaron las movilizaciones populares que a la postre provocaron la caída del presidente, y que fueron algo tal como una reedición, si bien sin tanques en las calles, de las presiones castrenses y la hábil manipulación callejera que encumbró a Aquino.
Inspirada por el ejemplo de su padre y mientras que abundaban las acusaciones contra el presidente Estrada, Macapagal, siguiendo los pasos de Aquino, logró juntar a la oposición y encauzó la explosión habitual de descontento desencadenada en el momento en que el Senado filipino, por 11 votos a diez, se negó a investigar las cuentas corrientes que, según la acusación, hubiesen demostrado que el jefe del Estado había transformado la presidencia en una suerte de sindicato del delito que controlaba el juego furtivo y aprovechaba información privilegiada para conseguir ganancias ilegales en bolsa. La fortuna amasada ilegalmente, según sus opositores, superaba los 11.400 millones de pesetas.
La resolución del Senado, que equivalía a una absolución virtual del presidente, encendió los ánimos. El 19 de enero de 2001, la mesurada revuelta habitual, secundada por los sindicatos, los movimientos políticos y las organizaciones religiosas, con la connivencia de las Fuerzas Armadas, forzó el cese de Estrada, quien, sin embargo, se negó a firmar su renuncia y expresó sus inquietudes sobre la legalidad del trámite.
El mismo día, en la mitad de una tremenda confusión en el Congreso, el Tribunal Supremo, unánimemente, declaró vacante la jefatura del Estado, lo que abrió el sendero para la proclamación de Gloria Macapagal como presidenta. Estrada fue desposeído de su inmunidad, pero de todos modos fueron los militares, liderados en la sombra por el ex- presidente Fidel Ramos, los que precipitaron su caída, con el motivo de eludir la crueldad, para sobrepasar la crisis constitucional.
El 20 de enero, frente a la mirada expectante de quinientos mil de personas, Gloria Macapagal prestó juramento como decimocuarto jefe de Estado de la República de Filipinas frente al presidente del Tribunal Supremo, Hilario Davide, con los ex- presidentes Corazón Aquino y Fidel Ramos como presentes, en la tribuna instalada en la avenida de Epifanio de los Santos de Manila, al lado del monumento que memora la revolución de 1986. La presencia solícita en el estrado de Jaime Sin, el poderoso y veterano cardenal de la Iglesia católica, completaba los apoyos de la novedosa presidenta, catapultada al poder por la «sublevación constitucional» que había depuesto al presidente Joseph Estrada. Era la segunda mujer que llegaba a la cúspide del poder en Filipinas.
La debilidad de la novedosa presidenta
En su alegato de toma de posesión, la novedosa presidenta prometió una genuina cruzada contra la pobreza y la indignidad, para aliviar y cautivar al electorado de Estrada, tal como el restablecimiento de la buena imagen en todo el mundo del país, siguiendo los pasos de su padre y con Aquino como modelo. Su lema era claro: «Voy a hacer lo que hay que llevar a cabo y Dios se encargará del resto». Abogó por espantar finalmente a la presidencia de la república de las tentaciones inveteradas de la corrupción y el nepotismo, imponiendo un riguroso sentido ética en todos y cada uno de los corredores del poder, pero prometió a los integrantes de la oligarquía que no desencadenaría una caza de brujas. Más de 80 millones de filipinos esperaban el milagro.
Su situación política, no obstante, era bastante frágil, no solo por la incierta legalidad de su llegada al poder, considerada como un golpe para derrocar al gobierno encubierto, sino más bien asimismo por las demandas de los militares, las profundas lesiones de un país dividido, las ocupaciones de la guerrilla musulmana y las secuelas en una clase política venal del desarrollo criminal iniciado contra Estrada, cuya popularidad en los campos mucho más humildes había continuado íntegra. Los militares vetaron la entrada de cualquier izquierdista (reformista) en la novedosa administración.
Pequeña de estatura (1,50 metros), fervorosa católica, Gloria Macapagal considera la Biblia como su libro de cabecera y medita regularmente en las memorias de su padre, ofuscada por culminar su legado de honradez y efectividad. Está casada con José Miguel T. Arroyo, mucho más popular por Mike, nieto del que fuera senador José María Arroyo, cacique de Iloilo City. Abogado y empresario de lejana ascendencia asturiana, el marido de la presidenta tiene entre las mayores fortunas del país y fue relacionado por sus contrincantes con Imelda Marcos, la viuda del presidente depuesto. El matrimonio, que charla español con fluidez, tiene tres hijos: Juan Miguel (Mikey), productor cinematográfico, que intenta ser vicegobernador de Pampanga; Evangelina (Luli), que es directiva de una fundación encargada de la educación tecnológica, y Apunte.
¿Qué juicio te merece la existencia de Gloria Macapagal? ¿Has encontrado toda aquella información que esperabas encontrar?
Obviamente conocer en profundidad a Gloria Macapagal es algo que está reservado a un grupo limitado de personas, y que intentar reconstruir la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Gloria Macapagal es una especie de puzzleque con bastante probabilidad podamos reconstruir si contribuimos conjuntamente.
A causa de esto, si eres del tipo de personas que confían en que cooperando existen posibilidades de crear algo mejor, y tienes información con respecto a la vida de Gloria Macapagal, o en relación con algún elemento de su personalidad u obra que no hayamos contemplado en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.
Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son en todos los casos determinantes, ya que marcan la diferencia, y en el tema de la vida de un ser como Gloria Macapagal, que poseyó su significación en un momento concreto de la historia, es vital procurar ofrecer un panorama de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
Sin titubeos, contacta con nosotros para narrarnos qué sabes tú sobre Gloria Macapagal. Estaremos muy contentos de ultimar esta biografía con más información.