La historia del mundo la escriben las personas queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado quela civilización, de una forma u otra,progrese.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la relevancia que detentó Gerardo Diego en la historia. La forma en que vivió y las cosas que hizo mientras permaneció en este mundo fue decisivo no sólo para las personas que frecuentaron a Gerardo Diego, sino que a caso produjo una señal mucho más honda de lo que podamosimaginar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Gerardo Diego de modo personal.Gerardo Diego ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Gerardo Diego, seducen nuestra atención, tienen que valernos siempre como punto de referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Gerardo Diego, el motivo por qué Gerardo Diego vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma implacable, la historia.
(Santander, 1896 - Madrid, 1987) Poeta español considerado entre las figuras mucho más representativas de la Generación del 27, a la que reunió por vez primera en una célebre antología y que encabezó el redescubrimiento de Góngora.
Instructor de literatura y de música, inició su andadura poética con El romancero de la novia (1920), que indicaba alguna predominación de Juan Ramón Jiménez y su aprecio por las formas habituales. Después de una corto estancia en París, donde logró amistad con Vicente Huidobro y conoció la pintura cubista, descubrió su permeabilidad a las corrientes vanguardistas, como el creacionismo, en versos de enorme musicalidad.
Frutos inmediatos de esta experiencia fueron Imagen (1922) y Manual de espuma (1924), libro este último en el que fusiona al modo cubista 2 o tres temas en exactamente el mismo poema, el que por su parte actúa como agente constructor de las imágenes. Desde entonces alternó las dos vertientes hasta el punto de llevar a cabo de esta alternancia entre las peculiaridades de su creación lírica.
De aquí que no logre analizarse su obra por etapas cronológicas sino más bien a través del reconocimiento de esas 2 vías paralelas representadas, según su enunciación, por la "poesía relativa", sostenida por la verdad observable, y la "poesía absoluta", sostenida en exactamente la misma palabra poética y muy secundariamente en la verdad visible.
En este sentido, la primera se apoyó en las formas habituales, y la segunda, en las vanguardistas. Críticos como Manuel Cossío, Eugenio de Nora o Dámaso Alonso consideraron por su parte que la conjugación de las dos tendencias lo movió a revitalizar formas estróficas habituales con contenidos vanguardistas y a enseñar una enorme variedad de conmuevas como fundamento de un estricto sistema poético. A ello contribuyó además el dominio del lenguaje, una deducible app de los elementos especialistas y expresivos, y un consciente desapego por el tono trascendentalista.
Los libros que marcan el comienzo de este desarrollo constructor son Fábula de Equis y Zeda y Poemas adrede (1932), en los que la décima, la sextina real y otras formas métricas recurrentes a la poesía barroca proporcionan una alguna seguridad a los contenidos vanguardistas, al tiempo que un léxico claro y exacto surgido de la verdad visible y una sintaxis musical le sirvieron para aguantar la pluralidad importante de las imágenes. El precio de esta preceptiva fue la pérdida de intensidad emotiva, cosa que compensó con la fuerza fundamental de su palabra poética.
De su vasta obra se puede destacar Versos humanos (1925), Ángeles de Compostela (1940), Alondra enserio (1941), La luna en el desierto (1949), Biografía incompleta (1953), Poesía cariñosa (1965), Vuelta del peregrino (1967), La fundación del estimar (1970) y Versos divinos (1971). En 1947 ingresó en la Real Academia De españa. Entre otros galardones, recibió el Premio Nacional de Literatura (1925), compartido con Rafael Alberti, y en 1980 el Cervantes, que compartió con Jorge Luis Borges.
¿Qué juicio te merece la vida de Gerardo Diego? ¿Has encontrado todo aquello que pensabas que ibas a hallar?
Obviamente llegar a comprender a Gerardo Diego es algo que está reservado a pocas personas, y que tratar de reconstruir la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Gerardo Diego es una suerte de puzzleque a lo mejor podamos reconstruir si colaboramos juntos.
Por esta razón, si eres de aquellos que creen en que cooperando se puede elaborar algo mejor, y detentas información con respecto a la vida de Gerardo Diego, o acerca de algún aspecto de su figura u creación que no se contemple en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.
Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son en todos los casos determinantes, ya que perfilan la diversidad, y en el tema de la vida de una persona como Gerardo Diego, que poseyó su trascendencia en un momento histórico concreto, es indispensable procurar ofrecer un panorama de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
contacta con nosotros para relatarnos qué conocimientos posees en relación con Gerardo Diego. Estaremos encantados de poder completar esta biografía con más información.