George Bernard Shaw

La historia de la civilización la cuentan aquellas mujeres y hombres quea lo largo del tiempo, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han ocasionado quela civilización, de un modo u otro,avance.

Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la importancia que atesoró George Bernard Shaw en la historia. La manera en que vivió y las cosas que hizo mientras estuvo en este mundo fue determinante no sólo para las personas que trataron a George Bernard Shaw, sino que a lo mejor legó una huella mucho más insondable de lo que podamossospechar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a George Bernard Shaw personalmente.George Bernard Shaw ha sido una de esas personas que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Vida y Biografía de George Bernard Shaw

(Dublín, 1856 - Ayot Saint Lawrence, Reino Unido, 1950) Dramaturgo y periodista irlandés. Perteneciente a una familia de la burguesía protestante irlandesa, George Bernard Shaw comenzó a trabajar a los dieciséis años, con lo que acabó su capacitación de manera autodidacta. Cuando sus progenitores se apartaron fue a vivir a Londres con sus hermanas y su madre, que era maestra de música (1876). En los años siguientes trabajó como periodista y crítico teatral y de música para distintos periódicos, al paso que publicaba novelas por entregas, más allá de que sin éxito; sus capital eran muy parcos, con lo que vivió en una relativa dificultad.

Tras tomar contacto con la obra de Marx, se realizó socialista (1884) y pasó a ser parte de la Sociedad Fabiana, contraria al empleo de métodos revolucionarios para la transformación de la sociedad. El marxismo se transformó desde entonces en el primordial referente de la refulgente y ácida crítica popular, lo mismo de sus productos que de sus proyectos literarias. En 1898 contrajo matrimonio con la irlandesa Charlotte Payne-Towshend, que procedía de una familia pudiente.

Sus trabajos como crítico teatral en el Saturday Review le brindaron cierto renombre, merced a sus críticas a los métodos y las ideas del teatro victoriano, y a su defensa del teatro de Ibsen; su aptitud como crítico musical se puso del mismo modo de relieve mediante sus elogiosos análisis de Wagner.

Por esta temporada orientó su producción literaria hacia el teatro, género en el que hallaría la mejor fórmula para desarrollar sus pretenciones críticas y educativas, y asimismo el que le reportaría sus mayores éxitos. Su primera obra para la escena, Casas de viudos (1892), reflejaba precisamente el influjo de Ibsen; en ella resulta visible la intención didáctica que guiaría toda la obra de George Bernard Shaw (cuyas piezas forman siempre y en todo momento, en determinado sentido, «dramas de ideas») y su finalidad crítica en frente de las hipocresías y las injusticias sociales.

Lo mismo pasa con La profesión de la señora Warren (1894), donde el planeta de la prostitución le ofrece la ocasión para su crítica al capitalismo; pese al tema y la intención de las dos proyectos, el régimen no adopta en ningún instante un tono trágico, sino la trama y las ideas se aderezan con un humor ácido y también incisivo, que va a ser propio de su larga obra trágica, y merced al como logró captar sus piezas a un extenso público, en su mayor parte que viene de exactamente las mismas clases medias que formaban el objeto de sus críticas.

En 1905 expuso en Hombre y superhombre su teoría de la raza humana como estadio mucho más adelantado de la evolución de la «fuerza escencial» hacia formas mucho más espirituales. Divulgador de las ideas de pensadores como Nietzsche o Henri Bergson, su teatro tenía mucho más éxito en el conjunto de naciones que en su país, donde no logró el reconocimiento público hasta la representación de La isla de John Bull (1904).

Con frecuencia se cree que la mejor comedia de Shaw es Pigmalión, cuya intención didáctica era en un inicio popularizar la fonética, pero que se transforma en una aguda crítica del sistema de clases inglés a través del ensayo del personaje principal, Henry Higgins, quien quiere llevar a cabo pasar a una florista por una dama, para lo que le enseña dicción y, naturalmente, «buenas formas».

La agudeza de los diálogos y el realismo que domina la mayoría de las proyectos de Shaw le brindaron una enorme popularidad, con lo que en el final de su historia se había transformado, paradójicamente, en una institución del incorformismo y de la extravagancia. Tras la vertiente humorística de sus proyectos, no obstante, brota siempre y en todo momento una conciencia crítica y fatalista, que sirvió por su parte a lo largo de largo tiempo como conciencia de sus contemporáneos.

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