Gaspar Núñez de Arce

La historia de la civilización la escriben las personas quea lo largo de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han hecho quela humanidad, de un modo u otro,avance.

Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la trascendencia que tuvo Gaspar Núñez de Arce en la historia. El modo en que vivió y lo que hizo en el tiempo en que permaneció en el mundo fue determinante no sólo para las personas que conocieron a Gaspar Núñez de Arce, sino que quizá dejó una señal mucho más vasta de lo que podamosimaginar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Gaspar Núñez de Arce personalmente.Gaspar Núñez de Arce fue uno de esos seres humanos que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Apreciar las luces y las sombras de las personas significativas como Gaspar Núñez de Arce, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo sustancial para que podamos poner en valor no sólo la existencia de Gaspar Núñez de Arce, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Gaspar Núñez de Arce, personas a quienes de de una u otra forma Gaspar Núñez de Arce influyó, y sin duda, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Gaspar Núñez de Arce.

Vida y Biografía de Gaspar Núñez de Arce

(Valladolid, 1834 - Madrid, 1903) Poeta español. Estudió en Toledo y Madrid, intervino en la política de su tiempo y, de la misma el novelista Pedro Antonio de Alarcón, fue cronista de la campaña de África (1859-60). Miembro del partido liberal de Sagasta, desempeñó cargos políticos, entre otros muchos el de gobernador de Barcelona (1868) y el de ministro de Ultramar.

Como escritor fue creador dramático y poeta lírico. En colaboración con Antonio Hurtado compuso dramas mediocres así como El laurel de Zubia, Herir en la sombra y La jota aragonesa. Otros le forman parte completamente: Deudas de la honra, Quien debe, paga y Justicia providencial. De todos ellos solo El haz de leña (1872) es digno de salvarse del olvido. El tema de esta obra es la prisión y muerte del príncipe Carlos, hijo de Felipe II. En la interpretación del episodio, Núñez de Arce se separó de Friedrich Schiller, Vittorio Alfieri y Manuel José Quintana y se atuvo a una versión mucho más leal, parece ser, a la realidad histórica, con lo que suprimió la presunta pasión cariñosa del príncipe por la reina.

Con todo, sus mejores ensayos trágicos empalidecen frente sus poesías líricas, en las que sobran las especificaciones, los temas religiosos, morales y políticos y los temas histórico-literarios. En 1875 publicó un tomo de poesías que se titula Gritos del combate en el que recogió su producción de 1868 a 1874; el infortunio de la política extremista, los excesos del libertinaje tan propios de las revoluciones españolas, el ansia de orden, de paz, de independencia y el cansancio y el escepticismo del alma forman las ideas escenciales desarrolladas en estas creaciones, cuya mucho más destacable característica es el precaución de la manera, la fluidez expresiva y la elocuencia en ocasiones pomposa y vaca, todo ello con caídas en el prosaísmo y la cosa obvia.

La duda se titula entre las poesías del volumen, y este fue entre los tópicos de nuestro creador. Raimundo Lulio es un poema simbólico en tercetos dantescos, cuyo tema son las pasiones y arrepentimiento del santurrón mallorquín Ramon Llull. La selva obscura (1879) es una imitación de la Divina Comedia. La última lamentación de lord Byron (1879), canto puesto en boca del poeta inglés, en bien cortadas octavas, está repleto de tópicos literarios, mitológicos, filosóficos y políticos. El vértigo es una historia de historia legendaria ética-gráfica, redactada en décimas impecables; en La visión de fray Martín, el poeta muestra a Lutero conmovido por la duda; la Elegía a Alejandro Herculano está encargada de los portugueses y a sus pasadas glorias, con ocasión de la desaparición del historiador y poeta luso; en Maruja (1886) se exalta el cariño conyugal y los sentimientos caritativos; La pesca (1884) viene a ser un cuento de prácticas marinas.

Núñez de Arce es un valor de temporada; como poeta es dispar, pero no se le puede denegar un destacable virtuosismo formal. Su obra, juzgada en grupo, proporciona mucho más calidad que la de su contemporáneo Ramón de Campoamor, con el que tiene, sin embargo, muchas similitudes, más que nada en su apariencia de expositor en verso de sitios recurrentes filosoficomorales.

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Por esta razón, si eres de esas personas que creen en que cooperando existen posibilidades de crear algo mejor, y conservas información acerca de la biografía de Gaspar Núñez de Arce, o sobre algún aspecto de su persona u creación que no hayamos contemplado en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.

Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son siempre determinantes, ya que destacan la singularidad, y en el caso de la vida de alguien como Gaspar Núñez de Arce, que tuvo su relevancia en una época concreta, es imprescindible tratar de mostrar una visión de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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