La historia de las civilizaciones la narran aquellas mujeres y hombres quea lo largo de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado quela sociedad, de un modo u otro,avance.
Ya sea inspirando a otros o formando parte de la acción. Franklin Delano Roosevelt es uno de esos seres humanos cuya vida, sin duda alguna, merece nuestra consideración debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Franklin Delano Roosevelt es comprender más sobre época determinada de la historia de la humanidad.
Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la relevancia que atesoró Franklin Delano Roosevelt en la historia. El modo en que vivió y las cosas que hizo en el tiempo en que permaneció en la tierra fue determinante no sólo para quienes frecuentaron a Franklin Delano Roosevelt, sino que posiblemente dejó una señal mucho más vasta de lo que podamosfigurar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Franklin Delano Roosevelt de modo personal.Franklin Delano Roosevelt ha sido un ser humano que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Comprender las luces y las sombras de las personas relevantes como Franklin Delano Roosevelt, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa sustancial para que podamos apreciar no sólo la existencia de Franklin Delano Roosevelt, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Franklin Delano Roosevelt, aquellas personas a quienes de un modo u otro Franklin Delano Roosevelt influenció, y sin duda, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Franklin Delano Roosevelt.
(Nueva York, 1882 - Warm Springs, Georgia, 1945) Trigésimo segundo presidente de los Estados Unidos de América (1933-1945). Era primo lejano del asimismo presidente Theodore Roosevelt, y, como su familiar, había estudiado en Harvard (asimismo en la Universidad de Columbia) y había sido subsecretario de Marina (1913-1920); pero, en contraste a su precursor, Franklin se alineó con el Partido Demócrata. Aunque llegó a ejercer la abogacía, abandonó muy joven la profesión para ocuparse a la política. Fue escogido senador (1911) y gobernador del Estado de Nueva York (1928), resaltando su política de pelea contra la pobreza.
La crisis bursátil de 1929 y la honda depresión económica que provocó le brindaron el espaldarazo definitivo para vencer a Herbert Hoover en las selecciones de presidentes de 1932, las primeras que ganaban los demócratas desde los tiempos de Woodrow Wilson. Rompiendo con el principio impuesto por Washington de que los presidentes renunciaran a ser reelegidos para mucho más de 2 ordenes, Roosevelt volvió a presentarse de forma exitosa en las selecciones de 1936, 1940 y 1944; él mismo ha propuesto antes de fallecer la enmienda constitucional que prohibía una tercera reelección presidencial (en vigor desde 1951), con lo que fue el único presidente estadounidense en gobernar a lo largo de 4 ordenes seguidos (1933-1945), más allá de que la desaparición le impidió llenar el último.
En oposición al reto de la «enorme depresión», Roosevelt impulsó un programa político popular como New Deal (nuevo acuerdo). Aconsejado por un ambiente de intelectuales y profesionales progresistas, este programa aplicó de manera deducible las recetas de política económica que por exactamente los mismos años teorizó John M. Keynes. Promovió la intervención del Estado para sacar a la economía del estancamiento y para mitigar los efectos sociales de la crisis, si bien fuera a costa de acrecentar el déficit público y romper con el tabú de la independencia de mercado. Acabó de esta manera con la edad dorada del ultraliberalismo americano, abriendo la del Estado de confort.
Entre sus medidas iniciales (1933) se puede destacar la reforma agraria, la Ley de Reconstrucción Industrial y la creación de la Autoridad del Valle del Tennessee (que suponía un ambicioso programa de proyectos públicas, arrogándose por vez primera el Estado una función planificadora). Durante una segunda etapa (1935-1936) reguló las relaciones laborales en pos de los trabajadores, garantizó la independencia sindical, creó pensiones de paro, jubilación y también invalidez, y también instituyó la semana laboral de 40 horas y el salario mínimo.
Este intervencionismo público y nuestra popularidad del presidente le hicieron amontonar un enorme poder, que sus contrincantes procuraron frenar; ciertas de sus medidas fueron declaradas anticonstitucionales por el Tribunal Supremo. Roosevelt logró hacer un sistema de seguridad popular y reformar el capitalismo americano en un sentido moderno, que evitó estallidos sociales y dejó al país recobrar la seguridad; pero en el lote rigurosamente económico, no logró relanzar el desarrollo hasta el momento en que la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) puso en marcha el rearme estadounidense.
Ciertamente, tras la superación de la crisis económica, el enorme reto de Roosevelt fue la pelea por la supremacía a escala mundial. Estableció relaciones diplomáticas con la Unión Soviética y también instituyó una política de buena vecindad con los países comúnmente sometidos (renunciando al control de Cuba, Filipinas y Haití). Pero, frente a la agresividad probada por la Alemania nazi desde la llegada de Hitler al poder (1933), Roosevelt logró en oposición al aislacionismo dominante en el Congreso, puso en marcha el rearme (1938) y alineó a Estados Unidos con el bando aliado en defensa de las libertades (Ley de Crédito y Arriendo y Carta Atlántica, las dos de 1941).
Preparó de esta forma la intervención de norteamérica en la guerra, que se causó tras el ataque japonés a Pearl Harbour (1941). Instauró una economía de guerra regulada por el gobierno federal, merced a la que movilizó todos y cada uno de los elementos del país y terminó imponiendo su superioridad demográfica y también industrial sobre Alemania y El país nipón. Vencidas las potencias del Eje, Roosevelt negoció con sus socios Churchill y Stalin la organización de todo el mundo de la posguerra en las Conferencias de Teherán (1943), Dumbarton Oaks (1944) y Yalta (1945).
De conformidad con sus ideas de comprensión pacífico entre las naciones, Roosevelt sacó adelante su emprendimiento de creación de una Organización de las Naciones Unidas (ONU) y se mostró conciliador hacia Stalin; pero no ha podido eludir que este adoptase una situación de fuerza, afianzando la capacidad mundial de la Unión Soviética y dejando claro la bipolarización de la instantánea «guerra fría». Sostenido hasta el desenlace por su mujer Eleanor (que le auxilió como una angosta cooperadora política), Roosevelt murió de una hemorragia cerebral en medio de una negociación, sucediéndole su vicepresidente, Harry S. Truman.
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Es cierto que conocer profundamente a Franklin Delano Roosevelt es algo que se reserva a un grupo limitado de personas, y que pretender recomponer quién fue y cómo fue la vida de Franklin Delano Roosevelt es una especie de rompecabezasque posiblemente consigamos reconstruir si cooperamos conjuntamente.
Por eso, si eres de las personas que confían en que de modo colaborativo se puede crear algo mejor, y detentas información sobre la vida de Franklin Delano Roosevelt, o sobre algún característica de su persona u creación que no hayamos observado en esta biografía, te solicitamos que nos lo hagas llegar.
Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son siempre imprescindibles, ya que marcan la diferencia, y en el tema de la vida de alguien como Franklin Delano Roosevelt, que detentó su relevancia en un momento concreto de la historia, es indispensable tratar de mostrar una visión de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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