Francisco Toledo

La historia universal está escrita por aquellas personas quea lo largo del tiempo, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho queel mundo, de un modo u otro,prospere.

Ya sea inspirando a más personas o tomando parte de la acción. Francisco Toledo es una de las personas cuya vida, sin duda alguna, merece nuestro interés por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Francisco Toledo es conocer más sobre época determinada de la historia del género humano.

Comprender las luces y las sombras de las personas destacadas como Francisco Toledo, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa fundamental para que seamos capaces de apreciar no sólo la vida de Francisco Toledo, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Francisco Toledo, gentes a quienes de un modo u otro Francisco Toledo influenció, y por supuesto, conocer y descifrar cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió Francisco Toledo.

Las biografías y las vidas de personas que, como Francisco Toledo, seducen nuestro interés, deben ayudarnos siempre como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Francisco Toledo, el motivo por qué Francisco Toledo vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Francisco Toledo

(Juchitán, Oaxaca, 1940) Polifacético artista mexicano, reconocido como el más importante del país, que trabajó con increíble colorismo la acuarela, el óleo, el gouache y el fresco, pero asimismo la litografía, el grabado, el diseño de entapices, la cerámica o la estatua en piedra, madera y cera, intentando encontrar siempre y en todo momento actualizar formas y técnicas. Hombre puesto en compromiso con sus orígenes indígenas, pertence a los máximos promotores de la defensa del patrimonio artístico del estado de Oaxaca.

Desde pequeñísimo Francisco Toledo probó una particular capacidad para el dibujo, y su padre incitó esa temprana inclinación al ceder a sus colores las paredes de la vivienda. Su abuelo Benjamín, zapatero del pueblo de Ixtepec, multiplicó su imaginación con salidas campestres en pos de resina vegetal, perladas de cuentos populares en los que los seres fabulosos se mezclaban con toda clase de animales y individuos legendarios.

A los once años se instaló en la localidad colonial de Oaxaca, para cursar la escuela secundaria. Y después en México, D. F., para tomar clases en el taller de grabado de la Escuela de Diseños y Artesanías, con la experiencia de haber efectuado sus primeros grabados en el taller oaxaqueño de Arturo García Senos. Con solamente diecinueve años, expuso sus proyectos en México y en Fort Worth (Texas).

El enorme contraste y el mestizaje enriquecedor se generaron entre 1960 y 1965, en el momento en que Toledo vivió becado en París para estudiar y trabajar en el taller de grabado de Stanley Hayter. A los tres años de estar en Europa presentó su primera exhibe en una galería parisiense; un año después expuso en Toulouse, pero asimismo en la Tate Gallery de Londres, con catálogo escrito por Henry Miller, y en Nueva York. En Francia fue reconocido en seguida como un artista singular, singularmente festejado, como escribió André Pierre de Mandiargues en 1964, por su «avance de lo mítico» y su «sentido sagrado de la vida».

Regresó a México con una técnica pictórica refinada que no dejaría de enriquecer, tal como con la predominación de ideas plásticas de artistas de diferentes academias de europa, como Alberto Durero, Paul Klee o Marc Chagall. Aunque, de todos modos, su mayor predominación procedió de los códices que recogieron los símbolos prehispánicos: con sus formas coléricamente contemporáneas, el artista va a ser un tlacuilo, un moderno y también ilustre pintor de códices, y un chamán presto a purificar el espíritu para devolver el goce al cuerpo.

A partir de entonces se dedicó a hacer febrilmente, y sus exposiciones se multiplicarían de Nueva York a Tokio, de Oslo a Buenos Aires, y siempre y en todo momento en Oaxaca. No obstante, los críticos estiman que jamás se ha preocupado de fomentar su obra, y mucha de ella pasa de manera directa a manos de coleccionistas que la consiguen de antemano. No en balde, en el mes de octubre de 2004 presentó su primera exposición en diez años, «Pinturas recientes de Francisco Toledo», en la Latin American Masters de Beverly Hills, California.

Una estética especial

Toledo recobra técnicas viejas y también inspecciona con otras novedosas, tanto en la pintura como en la estatua y la cerámica. Diseña entapices que efectúa con los artesanos de Teotitlán del Valle. El color y la riqueza étnica y cultural de Oaxaca catalizan su imaginación y su obra, como la de muchos otros artistas plásticos locales y extranjeros. En 1977 viajó a Nueva York, localidad a la que regresó en 1981 para agrandar sus técnicas en la cerámica. Un año antes, el Museo de Arte Moderno de México había ordenado una enorme exposición retrospectiva de su obra. En 1983 presentó el libro de grabados auténticos El comienzo, y también inició asimismo una extendida carrera como editor. En 1997 presentó en México las exposiciones (y los libros) «Zoología fabulosa», desde contenidos escritos de Jorge Luis Borges, y también «Insectario», mientras que embelesaba en la Bienal de Venecia con las estatuas de la llamada «La fragilidad del alma».

Los críticos destacan que el modo perfecto obsesivo con que el artista trabaja las texturas y los materiales, así como la arena o el papel amate (el papel precolombino, hecho con corteza machacada del árbol llamado amatl o amate), tal como la maestría con la que materializa su creación alcanzan el efecto de que su obra parezca vibrar tal y como si la criatura híbrida de animal y hombre, o el insecto, o la iguana, o alguno de sus seres tropicales pugnaran por cobrar vida real. Esa sensación inquietante que siente el espectador de la obra termina por ponerlo irremediablemente en la visión, en el realismo fabuloso del creador.

Los animales por medio de los que Toledo refleja su apreciación estética de la naturaleza no se asocian con la hermosura: son insectos, víboras, sapos, iguanas, murceguillos. Y son fabulosos, como sus monstruos son juguetones, pues él no sabe de pudor ni pecado y un humor acre y delirante recorre cada pincelada de sus cuadros o cada incisión de su buril, para dejar un indicio de crudo y juicioso estudio popular disfrazado de fábula, de alegoría de la crítica situación del hombre y el planeta recientes.

Espectador, crítico y ecologista, su obra es asimismo una demanda de la deforestación y la destrucción de la naturaleza. En 2003, el artista presentó «Matando la desaparición», grabados de cañones tirando contra esqueletos. El año previo, pasó once meses pintando en un suburbio de Los Ángeles, California.

Maestro de pintores

Tanto su estilo como su forma metafórica de representar el planeta hicieron escuela, más que nada entre los pintores oaxaqueños, y varios son los que pintan como Toledo. Pero su obra y su personalidad son únicas. Entre los cuadros que Luis Cardoza y Aragón llamó «cantos a la fertilidad» y otros amores, tres mujeres le brindaron cinco hijos. Cena tamalitos de chipil (una hoja silvestre que le da gusto a esa masa de harina de maíz) sentado en la acera de la calle. Calificado de huraño y retraído, elige el silencio y se ríe con las ediciones dispares que corren sobre su historia. Se junta mucho más que con pintores, con versistas juchitecos amigos, con otros versistas mexicanos de los que ha anunciado varios libros en Ediciones Toledo. Su obra charla por él. Y asimismo sus actos.

Con los años, Francisco Toledo se consolidó como la enorme personalidad de Oaxaca, capital indígena, provinciana y cosmopolita. El artista creó el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), que tiene el mayor acervo de obra gráfica de autores de todo el mundo y una perfeccionada biblioteca de arte, aparte de divulgar El Alcaraván, una gaceta indispensable en el planeta del grabado.

Fomentó asimismo la creación del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), estrenado en 1992 y situado en la llamada Casa de Cortés, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo y el Museo de los Pintores, tal como la restauración del emblemático monasterio agustino donde marcha en este momento el Centro Cultural Santo Domingo. Con su biblioteca, salvó asimismo las trabajos de encuadernación y precaución de los libros.

Toledo creó en Etla, cerca de Oaxaca, un Taller de Papel de materiales orgánicos que da trabajo a la población y salvó una parte de una factoría de hilados; en la localidad, abrió un cine club gratis, El Pochote, con muros cubiertos con sus bajorrelieves. Potencia el planeta cultural y las opciones artísticas de los invidentes con bibliotecas, exposiciones palpables o academias de arte y fotografía; transporta libros a las prisiones.

Adelante de la organización Pro-Oax, recobra ex- conventos, consigue encauzar y tratar aguas negras, o encabeza en la calle movimientos para proteger las tradiciones y la comida oaxaqueñas, y también igual se enfrenta contumazmente a la apertura de una hamburguesería en la plaza central de su localidad, que organiza «tamalizas» o reparte tortillas de maíz criollo para enseñar el valor culinario local en frente de las compañías internacionales o los alimentos transgénicos. Casi siempre y en todo momento desaliñado y con huaraches en los pies, resecos como su tierra, Francisco Toledo se convirtió, como su obra, en símbolo y expresión de los mucho más profundos mitos de México.

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Sin duda conocer profundamente a Francisco Toledo es algo que se reserva a muy pocas personas, y que intentar reconstruir quién fue y cómo fue la vida de Francisco Toledo es una suerte de enigmaque tal vez podamos reconstruir si colaboramos todos a la vez.

Debido a esto, si eres de aquellos que confían en que de modo colaborativo es posible crear algo mejor, y tienes información sobre la biografía de Francisco Toledo, o con respecto a algún matiz de su figura u creación que no hayamos contemplado en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.

Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son decididamente importantes, ya que perfilan la diversidad, y en el caso de la vida de alguien como Francisco Toledo, que detentó su relevancia en un momento concreto de la historia, es fundamental tratar de brindar una visión de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

Sin titubeos, contacta con nosotros para narrarnos qué conoces sobre Francisco Toledo. Estaremos ilusionados de completar esta biografía con más información.