Ya sea inspirando a otros o siendo parte de la actuación. Francisco Rodrigues Lobo es una de esas personas cuya vida, realmente, merece nuestro interés por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Francisco Rodrigues Lobo es comprender más acerca de etapa determinada de la historia del ser humano.
Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la relevancia que tuvo Francisco Rodrigues Lobo en la historia. El modo en que vivió y aquello que hizo durante el tiempo que estuvo en el mundo fue determinante no sólo para quienes frecuentaron a Francisco Rodrigues Lobo, sino que a lo mejor produjo una señal mucho más profunda de lo que podamosconcebir en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Francisco Rodrigues Lobo de modo personal.Francisco Rodrigues Lobo fue una de esas personas que, por alguna razón, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Apreciar lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Francisco Rodrigues Lobo, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es una cosa fundamental para que podamos poner en valor no sólo la existencia de Francisco Rodrigues Lobo, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Francisco Rodrigues Lobo, personas a quienes de un modo u otro Francisco Rodrigues Lobo influyó, y desde luego, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Francisco Rodrigues Lobo.
Vida y Biografía de Francisco Rodrigues Lobo
(Leiria, c. 1580 - Lisboa, 1622) Escritor portugués. De origen judío, estudió en Coimbra, donde recibió las órdenes inferiores. Su obra poética, muy señalada en el culteranismo portugués, incluye el Romancero (1596), las Églogas (1605), el poema heroico El condestable de Portugal don Nuno Álvares Pereira (1610) y una secuencia de cincuenta y seis romances en español, de predominación gongorina, bajo el título de Jornadas... que don Felipe III hixo en Portugal (1633). Especial relevancia tiene su obra en prosa Corte en la aldea y noches de invierno (1619).
Reconocido como el iniciador del periodo barroco en Portugal, el poeta portugués Francisco Rodrigues Lobo alternó en su producción su lengua materna con la castellana y recibió la predominación de Luis de Camões y del español Luis de Góngora, máximo gerente del culteranismo español. Perteneciente a una familia judía transformada antes al cristianismo, recibió las órdenes inferiores en 1602 y se graduó entonces en derecho en la Universidad de Coimbra.
Su condición de católico nuevo le valió el hostigamiento de la Inquisición; más allá de ello, vivió una vida a nivel económico desahogada, y salvo ciertas breves estancias en Villa Viçosa, al lado de sus protectores los duques de Braganza, pasó prácticamente toda su historia en la nativa localidad de Leiria, entregado a los estudios históricos y a la poesía. Dedicó ciertas de sus proyectos a Teodosio II y a su hermano Duarte, los primordiales representantes de la vivienda de Braganza. Hacia 1598 Francisco Rodrigues Lobo fue personaje principal, adjuntado con una dama de la familia del marqués de Vila Real, de un obscuro episodio amoroso. En noviembre de 1621 murió ahogado en el Tajo, por el que descendía con el conde de Assentar en una embarcación.
Se inició en las letras con Romancero (1596), con el que inauguró en Portugal este género de origen habitual español, en verso narrativo, entonces aristocratizado por Lope de Vega y Góngora. La predominación italiana se atisba en proyectos siguientes, como Corte en la aldea y noches de invierno (1619), una compilación de diálogos sobre la vida en la corte que traza el retrato ideal del gentilhombre portugués y que es un punto de referencia para la capacitación de una escritura que expresa la resistencia contra la absorción castellana.
Del resto de su producción resaltan Primavera (1601), narración pastoril en verso y prosa según con el estilo de Sannazaro, los consecutivos contenidos escritos del mismo género O Pastor peregrino (1608) y O Desenganado (1614), y las Églogas (1605), de inspiración asimismo pastoril, pero con evidentes pretenciones morales.
Las Églogas van antecedidas de un "Alegato sobre la vida y prácticas de los pastores", en el que el poeta muestra sus ideas estéticas sobre el género literario adoptado y exalta la vida pastoril considerándola como la que mejor revela los bienes del alma humana: para Rodrigues Lobo, la égloga es la expresión literaria del recuerdo y de la melancolia de la edad de oro, en el momento en que triunfaba la vida pastoril en su mucho más cándida pureza. A esta mítica edad forma parte todo lo bueno que hay, que es soñado y que es esperado o como retorno del pasado o como promesa del futuro; por ello la égloga, como fruto de la contemplación solitaria, es el más destacable disfraz para el escritor que desee batallar los vicios de los hombres.
A este alegato, esencial para la narración de las ideas estéticas en Portugal, prosiguen las diez églogas, cuyas pretenciones moralizadoras se dan a conocer en las múltiples cartas que las anteceden. La primera trata del desprecio de las hermosas artes; la segunda va contra el odio y la envidia; la tercera contra los engaños y la codicia; la cuarta es por un amigo que escapa de la peste retirándose al campo; la quinta trata de la desaparición y de la pérdida de los amigos; la sexta va contra la maledicencia; la séptima y octava charlan de las mudanzas de la fortuna; la novena versa sobre la incomodidad y los viajes del poeta y sobre su permanencia en la corte de los duques de Braganza en Villa Viçosa; la última, sobre la vida cariñosa de los vaqueros.
Las cartas antepuestas a las églogas II-X, salvo la VIII, están en verso; los metros utilizados son de prioridad la redondilla y el endecasílabo italiano, pero no faltan tercetos y octosílabos. Estas creaciones son visibles por la tiernicidad y la musicalidad del verso, y asimismo por su afectuoso y personal acento de melancolía, más allá de que la espontánea vena del poeta está enturbiada por lo evidente de sus pretenciones educativas.
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