Ya sea inspirando a otras personas o siendo una pieza esencial de la acción. Francisco Largo Caballero es una de esas personas cuya vida, indudablemente, merece nuestra atención por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Francisco Largo Caballero es conocer más sobre etapa determinada de la historia del ser humano.
Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la importancia que atesoró Francisco Largo Caballero en la historia. La forma en que vivió y las cosas que hizo mientras estuvo en este mundo fue decisivo no sólo para quienes conocieron a Francisco Largo Caballero, sino que quizá dejó una señal mucho más insondable de lo que podamossospechar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Francisco Largo Caballero en persona.Francisco Largo Caballero ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Francisco Largo Caballero, atraen nuestra atención, tienen que ayudarnos en todo momento como referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Francisco Largo Caballero, el motivo por el cual Francisco Largo Caballero vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma inevitable, la historia.
(Madrid, 1869 - París, 1946) Político y dirigente socialista español. En 1890 se inscribió a la UGT y en 1894 al PSOE. En 1905 fue escogido concejal en Madrid. Miembro de la Comisión Ejecutiva de la UGT, fue detenido en 1909 acusado de elaborar la huelga contra la guerra de Marruecos. Durante la huelga revolucionaria de 1917 estuvo en el comité de huelga, con lo que fue culpado a prisión, pero quedó libre siendo escogido diputado (1918). Ese mismo año se transformó en secretario general de la UGT. En 1920 se opuso a la adhesión del partido a la III Internacional. Vicepresidente del PSOE en 1928, tras proclamarse la República fue ministro de Trabajo, cargo que volvió a ocupar en el Gobierno de Manuel Azaña (1931-1933). Con la victoria de la derecha en las selecciones, dejó las posiciones moderadas y propugnó un frente unido de los trabajadores. Detenido a causa del movimiento de octubre de 1934, en 1936 fue escogido diputado por el Frente Popular. Durante la guerra civil fue presidente del Consejo de Ministros (1936-1937). Detenido en Francia por los nazis, murió al poco tiempo de su liberación.
A los nueve años se inició en el trabajo de estucador, campo laboral en el que desarrollaría su actividad como sindicalista. En 1890 ingresó en la Unión General de Trabajadores (UGT), establecida en 1888, y en otoño de aquel mismo año participó en la organización de una huelga de escayolistas para reivindicar la jornada de trabajo de ocho horas, lo que supuso el principio de su trayectoria ascendiente en la UGT. En 1894 ingresó en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), empezando de este modo su trayectoria política. Desde 1904 fue entre los seis vocales pertenecientes de la Junta Directiva del Instituto de Reformas Sociales que designaban los trabajadores; por año siguiente ocupó su primer cargo político al irse escogido concejal del Ayuntamiento de Madrid por el PSOE, cargo que prosiguió ocupando después de los comicios municipales de 1909 y 1913.
En calidad de vicepresidente del Comité Nacional de la UGT, fue entre los 4 firmantes del manifiesto grupo del PSOE y la UGT del 12 de agosto de 1917 para convocar una huelga general revolucionaria, que comenzó al día después y desencadenó la tercera etapa de la crisis de 1917; a consecuencia de ello, fue detenido el 29 de septiembre de ese año con los otros tres pertenecientes del comité de huelga y firmantes del manifiesto: Daniel Anguiano, como vicesecretario de la UGT, y Julián Besteiro y Andrés Saborit, como vicepresidente y vicesecretario, respectivamente, del PSOE. Los 4 fueron juzgados, condenados a cadena perpetua y trasladados al penal de Cartagena (Murcia).
En las selecciones legislativas de 1918 fue escogido diputado a Cortes (de la misma sus compañeros de presidio), con lo que fue liberado en el mes de mayo de 1918; en el XIII Congreso de la UGT, festejado en el mes de julio de aquel mismo año, salió escogido secretario general, cargo que habría de ocupar a lo largo de veinta años. Como secretario general de UGT, asistió en 1919 al congreso de la II Internacional en Berna y al I Congreso de la Federación Sindical Internacional (FSI), que sucedió en Ámsterdam. A su regreso, y contra los criterios de otros líderes socialistas, Largo Caballero se opuso a la integración del PSOE en la III Internacional, razón por la que no formó una parte de la ejecutiva del PSOE salida del congreso increíble de 1920, en el que eran mayoritarios los incondicionales de la adhesión a exactamente la misma.
Durante la dictadura del general Miguel Primo de Rivera (1923-1929), Largo Caballero apoyó (en frente de la posición contraria de otros líderes socialistas como Indalecio Prieto o Fernando de los Ríos) la aceptación de cargos públicos por la parte de los componentes del partido y del sindicato, hasta el punto de que él mismo formó parte, desde 1924, del Consejo de Estado. La intención de Primo de Rivera de perpetuar un régimen que había nacido con vocación de provisionalidad llevó a Largo Caballero a alejarse de la posición del dictador y, al final, apoyó la proposición protegida por Indalecio Prieto de integrar al PSOE en el pacto de San Sebastián (1930), cuyo propósito último era deponer al rey Alfonso XIII y elaborar el advenimiento de la república.
Tras las selecciones municipales de 1931, y frente a la victoria de los republicanos en las primordiales capitales de provincia y la proclamación de la Segunda República, Alfonso XIII abandonó España. Los firmantes del pacto de San Sebastián formaron un gobierno provisional, encabezado por Niceto Alcalá Zamora, en el que Francisco Largo Caballero se encargó de la cartera de Trabajo. Tras la aprobación de la Constitución de 1931, se sostuvo adelante del mismo ministerio en el primer gabinete encabezado por Manuel Azaña (1931-1933). En 1932 fue escogido presidente del PSOE, cargo en el que continuaría hasta su dimisión en 1935.
La victoria conservadora en las selecciones de 1933 logró que los líderes del PSOE tuviesen que dejar el gobierno y pasar a la oposición. Largo Caballero, que había ido evolucionando hacia situaciones poco a poco más extremas, intervino de manera definitiva en los preparativos de la Revolución de Octubre de 1934, acelerada por la entrada de ministros correspondientes a la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) en el gobierno de Alejandro Lerroux (1934-1935). Sofocada la revuelta, fue juzgado y culpado por su implicación en los hechos revolucionarios, pero quedó próximamente en independencia.
Tras el estallido de la Guerra Civil (1936-1939), y mientras que las tropas nacionales avanzaban sobre Madrid, Francisco Largo Caballero fue designado para comandar un gobierno de coalición (1936-1937), conformado por ministros de las distintas fuerzas políticas que conformaban el Frente Popular y en el que ocupó asimismo la cartera de Guerra; no obstante, por su incapacidad para solucionar la crisis barcelonesa de inicios de mayo de 1937 (combates callejeros entre la Generalitat de Catalunya y los marxistas con los ácratas y los componentes del Partido Obrero de Unificación Marxista, POUM), se vio obligado a renunciar de la presidencia del gobierno y, carente aun del acompañamiento de los tres ministros socialistas, a dejar sus cargos en el PSOE y en la UGT.
En enero de 1939 abandonó España con destino a Francia. Sin embargo, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la invasión alemana de Francia (1940), fue detenido por el gobierno colaboracionista de Vichy, entregado a los alemanes y también internado en 1943 en el campo de concentración de Sachsenhausen, cerca de Oranienburg (Alemania), de donde fue liberado en 1945, antes de su fallecimiento.
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