La historia del mundo la narran aquellas mujeres y hombres queen el transcurrir de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela humanidad, de una forma u otra,prospere.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la relevancia que tuvo Francisco de Toledo en la historia. La manera en que vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que permaneció en la tierra fue determinante no sólo para aquellas personas que conocieron a Francisco de Toledo, sino que posiblemente legó una señal mucho más vasta de lo que podamosconcebir en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Francisco de Toledo de modo personal.Francisco de Toledo ha sido una persona que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Comprender las luces y las sombras de las personas destacadas como Francisco de Toledo, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa fundamental para que seamos capaces de poner en valor no sólo la existencia de Francisco de Toledo, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Francisco de Toledo, gentes a quienes de de una u otra forma Francisco de Toledo influenció, y desde luego, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Francisco de Toledo.
(Francisco Álvarez de Toledo y Figueroa; Oropesa, España, 1516 - Escalona, id., 1582) Administrador colonial español. Consolidó la conquista de españa de Perú y fue virrey de esta colonia entre 1569 y 1581, periodo en el que efectuó una dura labor de reconocimiento personal de los dominios de su jurisdicción. Durante su orden emprendió la organización administrativa del territorio y procedió a frenar el inmenso poder ejercido por los encomenderos. También implantó en el virreinato un eficiente sistema de finanzas, a través de el lugar de instituciones incaicas como la mita, y se encargó de legislar la actividad laboral de la población indígena mediante rutas ordenanzas como la del Cuzco o la de Chuquisaca. A pesar de su eficiente tarea administrativa en beneficio de la colonia, fue acusado de malversación de recursos y debió reprimir varias sublevaciones indígenas, entre ellas la que le llevó, en 1571, a organizar la ejecución del inca Tupac Amaru, que significó el objetivo del reino de Vilcabamba.
Segundo hijo del conde de Oropesa, Francisco Álvarez de Toledo y Figueroa entró al servicio de Carlos I a los quince años de edad, y tras batallar en las guerras que sostuvo la monarquía hispánica en Europa y el Mediterráneo, el monarca Felipe II (de quien había sido maestresala) le nombró virrey del Perú (1568) en substitución del virrey interino Lope García de Castro; Toledo accedió al cargo por año siguiente.
Su política adelante del virreinato persiguió 2 objetivos escenciales: la consolidación de los derechos y permisos reales en frente de los encomenderos y la extinción determinante de las recurrentes sublevaciones indígenas. Para llevarlos a cabo consideró precisa una modernización de la administración que hiciese viable aumentar el poder real.
Este fue exactamente la meta de las llamadas Ordenanzas del virrey Toledo, que establecieron las bases del sistema colonial que pervivió hasta el siglo XVIII. Fueron redactadas por Juan de Matienzo y Juan Polo de Ondegardo a causa de un viaje de un par de años de duración que efectuó Francisco de Toledo y su cortejo por todo el virreinato, viaje que le dejó saber la demografía del territorio y la organización administrativa incaica.
La política del virrey Francisco de Toledo fue regida por exactamente los mismos objetivos que las Ordenanzas. Centralizó los puntos fundamentales de la administración colonial y reguló la confía y la mita, transformando esta tradición incaica de trabajo para las autoridades en una manera de asegurar mano de obra económica, singularmente de cara al desarrollo de la minería en Potosí y Huancavelica. Impulsó además de esto las reducciones, ordenando a la población indígena en un sistema de pueblos de indios bajo un patrón español, lo que favorecía de esta manera la evangelización y la concentración de los indígenas en áreas rurales específicas.
Durante el virreinato de Toledo se crearon novedosas ciudades, como Córdoba de la Nueva Andalucía, Tarija, Cochamba y Oropesa. También a lo largo de su gobierno se implantó en Lima el Tribunal de la Inquisición (1569), que, adjuntado con el predeterminado en el virreinato de Nueva España, era el único tribunal que comprendía de delitos ideológicos y religiosos en las colonias españolas de América.
Por otro lado, ahora desde el principio de su orden se ocupó de sofocar con solidez distintas revueltas indígenas. La más esencial de todas y cada una ellas acabó en 1572, en el momento en que logró atrapar al caudillo Tupac Amaru I en Vilcabamba; tras eliminar la localidad, Francisco de Toledo ordenó su ejecución en Cuzco. También tuvo que llevar a cabo en oposición al corso inglés en las costas del virreinato. La presencia amenazante de sir Francis Drake le amenazó a fortificar el litoral y a fundar la llamada Armada del Mar del Sur, con origen en el puerto de El Callao.
Toledo impulsó además los entendimientos geográficos y también históricos: ordenó la confección de nuevos mapas y también impulsó la redacción de la Historia Indica (1872) de Sarmiento de Gamboa, una obra que trataba de probar que los incas habían sido por su parte usurpadores y conquistadores para, así, legitimar la conquista de españa. Después de haberlo pedido en varias oportunidades, Toledo fue relevado de su cargo en 1581; ahora en España, no fue bien recibido en la corte, de la que fue apartado. Sus virtudes políticas le valieron el alias de El Solón peruano.
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