La historia del mundo la narran aquellas mujeres y hombres queen el transcurrir de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho queel mundo, de una forma u otra,progrese.
Ya sea inspirando a más personas o siendo parte de la actuación. Francesco Redi es uno de esos sujetos cuya vida, sin duda alguna, merece nuestra consideración debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la existencia de Francesco Redi es comprender más acerca de una época concreta de la historia de la humanidad.
Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la trascendencia que detentó Francesco Redi en la historia. Cómo vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que permaneció en este mundo fue decisivo no sólo para aquellas personas que trataron a Francesco Redi, sino que quizá dejó una señal mucho más vasta de lo que logremossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Francesco Redi personalmente.Francesco Redi ha sido una de esas personas que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Francesco Redi, cautivan nuestra atención, deben valernos en todo momento como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Francesco Redi, el motivo por qué Francesco Redi vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma implacable, la historia.
(Francesco o Francisco Redi; Arezzo, 1626 - Pisa, 1698) Naturalista, médico y poeta italiano. Por la variedad de ramas del comprender que cultivó, aun sin unificarlas, por su agudo talento y más que nada por sus características de sagaz espectador de los hechos naturales, Francesco Redi es una personalidad de capital relevancia en la vía en fase de prueba que Galileo había abierto en su temporada.
Licenciado en medicina y filosofía en Pisa (1647), continuó múltiples años en Roma como profesor de oratoria en la familia Colonna. En 1654 se estableció en Florencia y figuró entre los promotores de la Academia del Cimento (1657). Lector de lengua italiana en el Estudio florentino, tuvo como estudiantes a ciertos escritores insignes como Menzini, Filicaia, Salvini y Marchetti. Fue considerado entonces en Florencia y en Toscana como "el árbitro de la literatura".
Francesco Redi fue franca y escrupulosamente espiritual, felizmente bondadoso y también íntegro, y supo más allá de ello manejarse realmente bien en la mitad de la bien difícil sociedad moderna. Por sus estudios sobre manuscritos que él mismo procuró y coleccionó, se le considera precursor de las ciencias dialectales y lingüísticas modernas. Su popularidad de escritor y de poeta quedó enlazada a la viveza y claridad de sus proyectos, en las que empleó como medio, preferentemente, la manera epistolar.
Excelente ejemplo de esto es El jorobado de Peretola, cuento contado por Redi en una carta apuntada al doctor Lorenzo Bellini, popular instructor de anatomía en Pisa. A través de la narración de un jorobado que pretendía que unas brujas le curaran su defecto y recibió como castigo otra joroba, el creador evita, con un estilo límpido y festivo, a aquéllos que creen de forma ciega en los antídotos fabulosos.
Es asimismo célebre su ditirambo en 980 versos de metros múltiples Baco en Toscana (1685), producido en una "intemperancia" de la Accademia de ella Crusca (12 de septiembre de 1666), de la que Redi fue académico y archicónsul. El ditirambo, poesía vehemente en honor de Baco, había sido transformado por Chiabrera en composición lírica de razonamiento variado; Redi volvió al tema báquico en una viva, saltarina y musical composición donde el ritmo pasa de la tranquilidad y la lentitud a la ensaltación, al fragor y a la embriaguez. El poeta piensa que Baco, con su cortejo y con su querida Ariadna, se detiene en el Poggio Imperiale, cerca de Florencia, y allí teje el elogio del vino por norma general y de los vinos toscanos particularmente, probándolos todos hasta el momento en que, tras haber dado la orden de las danzas orgiásticas, él y los suyos se embriagan. El poema es una expresión auténtica de la genialidad del espíritu de Redi y tuvo varios imitadores, ahora del tema, ahora del metro amoldado a distintos temas.
Como científico, sus vivencias y también indagaciones en ciertos campos de la biología y la medicina forman el punto de arranque de progresos modernos. Fue, en cuanto al resto, entre los primeros árcades, habiendo sido aceptado en la Academia de la reina Cristina de Suecia. En Experimentos cerca de distintas cosas naturales, y singularmente a las traídas de las Indias (1671), obra redactada con apariencia de carta apuntada al erudito Athanasius Kircher, Redi no protege de resaltar la relevancia de sus visualizaciones y ensayos (más allá de que se siente predispuesto a indicar la charlatanería extraña y la soberana credulidad general), sino más bien a dar nociones que se graben de forma fácil por su amenidad, mucho más que a ganarse el aplauso de los que leen. La obra es destacable por la cantidad y también interés de las novedades que da, singularmente sobre supercherías populares o eruditas de la temporada.
Mayor relevancia en la narración de la ciencia tendría su obra Experimentos cerca de la generación de los insectos (1668). Escrita con apariencia de carta a Carlo Doti, Francesco Redi adoptó por vez primera en la historia una situación contraria a la teoría de la generación espontánea, admitida desde tiempos de Aristóteles. La afirmación según la que de la carne en putrefacción nacen larvas de dípteros, basada sobre la comprobación experimental, fue negada por Redi, que emprendió estrictos ensayos, aislando cadáveres y carne expuestos al aire en envolturas de gasa y de papel. Ello le dejó terminar que las larvas nacen de huevos que los insectos ponen en la carne y no de su putrefacción. Pese a ello, en el momento en que se descubrieron un siglo después los primeros microorganismos, se haría una exclusiva llamada a la generación espontánea para probar su pululación en substancias y líquidos putrefactos.
La vía en fase de prueba tomada por Redi se puede ver asimismo en proyectos como Observaciones sobre las serpientes (1664), donde desacreditó a través de vivencias muchas falsas ideas sobre el origen y características de determinados venenos. En un campo similar están las Observaciones sobre los animales vivos que están en los animales vivos (1684), cuyo valor radica fundamentalmente en la precisión de las especificaciones de las especies (hasta el punto de que tenemos la posibilidad de de forma fácil catalogarlas con nuestros recientes sistemas) y en la interpretación del fenómeno parasitario preciso por la existencia de helmintos (lombrices) en los animales o en el hombre. Es exactamente este último aspecto el que hace estimar la obra de Redi como el primer tratado de helmintología general y en consecuencia la primera base de aquella ciencia que el día de hoy tiene por nombre parasitología.
Sus visualizaciones sobre medicina se encuentran contenidas en las Consultas médicas (publicadas póstumamente entre 1726 y 1729), obra de enorme valor práctico y de una moderación que se adelanta a su tiempo. Basados en los métodos experimentales y en el retorno a los sistemas de Hipócrates, estos escritos, liderados a los clientes del servicio y colegas, poseen entrometidas visualizaciones sobre la vida y las prácticas. Se desprende de ellos un irónico desprecio por la terapéutica del siglo XVII y una chistosa broma en relación a algunas damas que con el menor fundamento sienten la necesidad de ser concurridas por el médico. El procedimiento de Redi se inspira frente todo en el buen sentido y en la atenta y aguda observación de la naturaleza; su obra enseña de qué manera tienen que tratarse una extendida serie de anomalías de la salud recurrentes. El interés de estas prosas radica singularmente en las máximas humanas y fáciles en las que Redi fundamenta sus diagnósticos y métodos sanadores.
¿Qué juicio te merece la vida de Francesco Redi? ¿Has hallado todo aquello que esperabas hallar?
Obviamente llegar a comprender a Francesco Redi es algo que está reservado a pocas personas, y que pretender recomponer quién fue y cómo fue la vida de Francesco Redi es una suerte de enigmaque a lo mejor logremos reconstruir si colaboramos todos en conjunto.
Por esta razón, si eres de esas personas que creen en que de forma cooperativa es posible hacer algo mejor, y posees información con respecto a la existencia de Francesco Redi, o en relación con algún característica de su persona u obra que no hayamos contemplado en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.
Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son decididamente esenciales, ya que perfilan la diversidad, y en la ocasión de la vida de un ser como Francesco Redi, que tuvo su trascendencia en un momento concreto de la historia, es imprescindible tratar de brindar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
contacta con nosotros para relatarnos qué conocimientos posees sobre Francesco Redi. Estaremos ilusionados de poder completar esta biografía con más información.