La historia de las civilizaciones está contada por las personas quea lo largo del tiempo, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho queel género humano, de un modo u otro,progrese.
Ya sea inspirando a otros o siendo parte de la actuación. Fra Filippo Lippi es una de esas personas cuya vida, realmente, merece nuestra consideración debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la biografía de Fra Filippo Lippi es conocer más sobre etapa determinada de la historia del ser humano.
(Florencia, c. 1406 - Spoleto, 1469) Pintor italiano. Huérfano de padre y madre, a los ocho años fue puesto bajo la custodia de los frailes del Carmen en su localidad natal, orden donde profesó en 1421. Influido por Masaccio, del que fue el acólito mucho más directo, dio a los temas habituales una exclusiva intensidad, especialmente por su concepción del espacio y por su búsqueda de los efectos de color (Coronación de la Virgen, 1441-1447). Su Adoración del Niño tiene un lirismo que influiría de manera destacable en sus contemporáneos. Fraile carmelita, vivió amancebado con la monja Lucrezia Buti, su modelo, de la que tuvo un hijo, Filippino. Su vida escandalosa le acarreó varios inconvenientes, pero no le impidió hacer su obra, de la que resaltan los frescos del ábside de la catedral de Prato (1452-1464) y los del coro de la catedral de Spoleto, que comenzó en 1466 con su amigo y acólito Fra Diamante. Filippo Lippi ocupa un señalado rincón entre los pintores del quattrocento italiano, sobresaliendo por la singularidad del paisaje y la distinción inquieta en el dibujo, que influyó decisivamente en Botticelli.
Cinco años mucho más joven que Masaccio y probablemente su alumno, Filippo Lippi fue un monje carmelita que en un inicio prosiguió con absoluta lealtad las fórmulas del profesor para después, en el periodo central de su historia artística, arrimarse al estilo coloreado de Fra Angelico, si bien intentando encontrar siempre y en todo momento en su pintura resoluciones auténticos. De aquella primera época masacciesca son, por ejemplo proyectos, los frescos de la iglesia del Carmine de Florencia completados cerca de 1432 y la Virgen de la Humildad (1430-1432, castillo de los Sforza, Milán).
Sin embargo, su primera obra fechada en 1437 es la Madonna Tarquinia (Museo del palacio Barberini, Roma), donde conjuga la predominación de Masaccio con la de Donatello y los artistas flamencos. En el retablo Barbadori (1437-1438, Museo del Louvre, París), instantaneamente posterior, Lippi aborda nuevamente el esquema compositivo de la sagrada conversazione, superando la fragmentación en tablas separadas que caracterizaba hasta el momento a los trípticos con el propósito de conseguir una composición unificada: las viejas figuras laterales arrodilladas se tienen dentro en un todo de manera piramidal.
Este trámite provoca que sus pinturas tiendan a enseñar un espacio discontinuo, exageradamente lleno de elementos, formas y fundamentos secundarios. Sin embargo, Lippi adivina a contener esta consistencia y convertirla con una enorme capacidad a través de la extensa variedad cromática de su paleta y con la sutileza de sus diluidos, como es patente en la célebre Coronación de la Virgen (Galería de los Uffizi, Florencia), obra que efectuó entre los años 1441 y 1447.
Fruto de la dulcificación de su inicial plasticismo, adecuada a la búsqueda de una mayor distinción de líneas y a la necesidad de reforzar en las frágiles transparencias cromáticas, son 2 anunciaciones (Galería Nacional de Roma y Alte Pinakothek, Munich), una Virgen con el Niño (Museo Mediceo, Florencia), la Adoración de los Magos (National Gallery of Art, Washington) y la Visión de San Bernardo (National Gallery, Londres), todas y cada una ellas fechadas entre 1441 y 1447.
La predominación de Fra Angelico se acentúa desde 1452 hasta 1464 en la mucho más vasta compañía de la pintura de Lippi: la realización de los frescos para el coro de la catedral de Prato, donde va a ser auxiliado por su acólito y colaborador, Fra Diamante de Terranova. Allí pinta la Vida de San Esteban y San Juan desplegando una aptitud narrativa viva y eficiente, al tiempo teñida de una vibrante poesía, que por su increíble equilibrio compositivo marca la cima de su madurez artística.
De entre estas situaciones, ambientadas tanto en fabulosos panoramas rupestres como en ornamentados niveles arquitectónicos que prosiguen definitivas perspectivas, quizás la mucho más conocida sea la del Festín de Herodes, que adelanta el arte de Botticelli. Del año 1452 es asimismo el tondo Virgen con el Niño y las situaciones de la vida de la Virgen María (Palacio Pitti, Florencia), entre las proyectos mucho más hermosas sobre este tema que el pintor efectuará durante su historia, tratado esta vez con sutiles gamas cromáticas fundamentadas en amarillentos, verdes y dorados.
Poco amigo de la vida claustral, Lippi era en 1456 capellán del convento de Santa Margarita, en Prato, en el momento en que se escapó con entre las monjas, Lucrezia Buti, unión de la que nacería el asimismo pintor Filippino Lippi. Felizmente absuelto por el papa Pío II, ha podido casarse con la madre de su hijo y seguir su trayectoria, lo que nos deja disfrutar de sus últimos trabajos: tres magníficas tablas con La Virgen adorando al Niño (2 en la Galería de los Uffizi, Florencia, y otra en la Gemäldegalerie, Berlín), efectuadas entre 1458 y 1463, y por último la excepcional Virgen y el Niño con 2 ángeles (Galería de los Uffizi, Florencia), de 1465, que cierra el período de sus frágiles vírgenes con niño en las que supo siempre y en todo momento derretir la responsabilidad ética del arte de Masaccio con la inspiración religiosa de Fra Angelico, ofertando una visión caracteristica de estos individuos sagrados llena de cordial afectividad, íntima inocencia y perfección verdadera.
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