La historia del mundo está escrita por las mujeres y hombres queen el transcurrir de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho queel género humano, de una forma u otra,avance.
Ya sea inspirando a más seres humanos o tomando parte de la acción. Fra Angélico es una de las personas cuya vida, realmente, merece nuestra consideración por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Fra Angélico es comprender más sobre etapa determinada de la historia de la humanidad.
Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la relevancia que atesoró Fra Angélico en la historia. Cómo vivió y aquello que hizo en el tiempo en que permaneció en la tierra fue decisivo no sólo para las personas que trataron a Fra Angélico, sino que a lo mejor legó una huella mucho más insondable de lo que logremosconcebir en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Fra Angélico de modo personal.Fra Angélico ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
(Guido o Guidolino di Pietro; Vicchio di Mugello, hacia 1395 - Roma, 1455) Pintor italiano. No se le asigna ninguna obra hasta 1420 (relicarios para Santa Maria Novella). Se orientó hacia un arte expresivo, instalado en el espacio y bañado por la dulce luz florentina, que no mitiga en lo más mínimo la solidez de la composición y la solidez de los volúmenes. Todas estas características se muestran con enorme prueba en sus proyectos escenciales: Descendimiento (c. 1440), Lamentación sobre el cuerpo de Cristo (1440-1445), La coronación de la Virgen (antes de 1445), la serie de pinturas efectuadas para las celdas del convento de San Marcos de Florencia y La Anunciación del Museo del Prado. Las virtudes espirituales del pintor armonizan con la lozanía y la elegancia de sus coloridos, con la distinción del dibujo y con esa forma tan suya de ocupar el espacio con el mínimo de medios y de efectos.
La pintura del santo Angélico llama la atención tanto por su calidad técnica como por la profunda devoción religiosa que inspira. Como escribiera Giorgio Vasari, «habiendo sido increíble pintor y miniaturista y óptimo espiritual, merece por las dos causas que de él se realice honradísima memoria». Guido o Guidolino di Pietro fue popular como Fra Giovanni di Fiésole, nombre que adoptó al tomar el hábito de Santo Domingo; no obstante, lo reconocen mucho más popularmente como Fra Angélico o el santurrón Angélico por su religiosidad y la sosiega espiritualidad de sus proyectos, a pesar de que la iglesia jamás le concedió el título.
Prácticamente nada se conoce de su capacitación pictórica, si bien en su estilo se puede ver una transición entre elementos temáticos de tipo trecentista o gótico (fondos dorados, alargamiento de las figuras, gusto por el trazado de líneas curvas en los ropajes) y puntos renovadores mucho más propios del arte del Quattrocento: sentido del volumen, intentos de profundización en visión y, más que nada, iluminación de la atmósfera, elemento este último de vigorosa presencia en la obra del profesor. Es posible que su iniciación artística se realizara de la mano del monje camaldulense Lorenzo Monaco.
En las tablas efectuadas entre 1420 y 1436 para el convento de San Marcos de Florencia (Adoración de los magos, El beso de Judas) se puede ver una progresiva madurez artística, que consigue su mejor nivel en La Anunciación y en ámbas ediciones de La coronación de la Virgen. En el Retablo del Juicio Final, que forma la culminación de esta serie de creaciones, se puede ver un detenido estudio de la visión y un profundo contraste entre la intensidad expresiva de la alegría de los seleccionados y la representación usual y fría de los castigos infernales.
En 1436, Fra Angélico inició la serie de pinturas murales del ahora mencionado convento de San Marcos, donde su arte consigue un mayor sentido del volumen, quizá por predominación de Masaccio. Destacan en estos frescos, por ejemplo, las situaciones de La anunciación, San Pedro mártir, La Virgen con el Niño y ocho santurrones, La coronación de la Virgen y Cristo peregrino. Su evolución estilística se aprecia asimismo en los frescos de la capilla Nicolina del Vaticano.
Fra Angélico, que jamás abandonó su trabajo artístico, fue prior del convento dominico de Fiésole entre 1450 y 1452. El artista murió el 18 de febrero de 1455 en el Vaticano, en el momento en que se disponía a personalizar las paredes de una capilla el día de hoy desaparecida. Aunque no tuvo acólitos directos, su aportación al avance de la pintura renacentista fue notable.
¿Qué opinas de la crónica de la vida de Fra Angélico? ¿Hallaste la información que pensabas que ibas a encontrar?
Sin duda alguna conocer en profundidad a Fra Angélico es algo que está reservado a escasas personas, y que pretender recomponer la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Fra Angélico es una especie de puzzleque probablemente consigamos reconstruir si colaboramos juntos.
A causa de esto, si eres del tipo de personas que confían en que de forma cooperativa se puede hacer algo mejor, y detentas información sobre la existencia de Fra Angélico, o acerca de algún faceta de su persona u creación que no hayamos contemplado en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.
Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son siempre importantes, ya que destacan la singularidad, y en el tema de la vida de alguien como Fra Angélico, que tuvo su relevancia en un momento concreto de la historia, es fundamental intentar ofrecer una visión de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
Sin titubeos, contacta con nosotros para referirnos qué conocimientos tienes tú acerca de Fra Angélico. Estaremos muy contentos de poder completar esta biografía con más información.