Fernando Savater

Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la relevancia que tuvo Fernando Savater en la historia. Cómo vivió y lo que hizo durante el tiempo que estuvo en la tierra fue decisivo no sólo para quienes frecuentaron a Fernando Savater, sino que tal vez dejó una señal mucho más honda de lo que podamosconcebir en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Fernando Savater personalmente.Fernando Savater fue un ser humano que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Vida y Biografía de Fernando Savater

(San Sebastián, 1947) Filósofo y escritor español dedicado más que nada a la reflexión sobre la ética. Profesor de Filosofía en distintas universidades, y después de Ética en la Universidad del País Vasco, su gran tarea de divulgación y de crítica cultural lo convirtió en un líder indispensable para una generación en España. Sus comentarios críticos, sus deseos y claves de lectura son determinantes para la configuración del gusto estético y de los hábitos de lectura de su multitud de seguidores. En su obra se dió, además de esto, el extraño fenómeno de que libros cuyo tema central es la ética se hayan transformado prácticamente en best-sellers, como ha pasado con su Ética para Amador (1995) o El contenido de la alegría (1996).

En su capacitación fue importante más que nada la predominación de los pensadores de la Escuela de Frankfurt, de Cioran y del pensamiento libertario de Agustín García Calvo. Codirigió, con Javier Pradera, la gaceta de pensamiento Claves, y fue entre los animadores culturales mucho más relevantes de la transición de españa.

Irreverente en sus afirmaciones, dió a entender en una abundante obra redactada sus críticas sobre temas como los nacionalismos, la naturaleza del poder o las opciones renovadoras de la democracia. Escritor precoz, polivalente y también infatigable, Savater participó prácticamente en todas y cada una de las polémicas culturales, estéticas y políticas de los últimos tiempos, con varias intervenciones y productos reunidos en una extendida serie de libros, entre aquéllos que podemos destacar Apología del sofista (1973), Escritos politeístas (1975), La filosofía como anhelo de la revolución (1976) y La piedad apasionada (1977). El ensayo fué siempre y en todo momento su género literario favorito y, en este sentido, Nihilismo y acción (1970) y La filosofía tachada (1972) representan las primeras muestras de su pensamiento vigoroso, irónico y vitalista.

Savater es un escritor multiforme, contradictorio, torrencial; con todo, siempre y en todo momento mantiene la lealtad a cuando menos 2 permanentes: el estilo marcado y un espíritu alegre, pleno, decidido. Entre sus estudios mucho más particularmente filosóficos se cuentan sus distintas indagaciones sobre los elementos y los mecanismos de la ética. La labor del héroe (1982, Premio Nacional de Literatura) y también Invitación a la ética (1982) son 2 proyectos complementarias en las que Savater expone y muestra las cuestiones escenciales de su pensamiento ético, la exigencia revolucionaria de la no-instrumentalización del hombre y la afirmación de la aptitud de decisión del sujeto humano, pese a la existencia de instancias como la fatalidad y el azar.

En ellas reelabora la tradición del pensamiento ético, y asegura la oportunidad de la justificación racional del deber de seleccionar ciertas acciones y no otras. Esta decisión tiene rincón en un chato inmanente a la experiencia humana, que prescinde de Dios como fuente de concepto y de solución de escisiones y paradojas. Savater protege la oportunidad de una "ética trágica" que, fundamentada en la aptitud del deseo humano y de la expresión de la "fuerza" orientada al cumplimiento del "bien", no resuelva los pares de opuestos destino/independencia, sujeto de la acción/objeto del juicio que se encuentran en el pensamiento ético, sino los conserve en la composición de una tensión ética de forma permanente, que se encuentra en la inmanencia de los medios.

Una misma orientación muestra la obra Ética para Amador, artículo que no es un tratado de ética, ni un manual divulgativo, sino más bien una carta abierta al hijo joven del creador. Esta fórmula enseña el lenguaje directo y desenfadado del artículo, su renuncia a la discusión de teorías o a las referencias bibliográficas (si bien cada capítulo se cierra con unas citas que invitan a alargar la reflexión sobre el tema aparecido en tal capítulo). Y, no obstante, más allá de no ser un manual, fué un libro muy usado por los instructores de la asignatura de ética a lo largo de todo el periodo en que esta formó una parte de los proyectos de estudio.

La razón que lo enseña es que forma una importante convidación a la reflexión ética, redactada en un lenguaje entretenido y concebida para ser leída sin mayores requisitos que "algo de atención y de paciencia". Pero como no es una introducción al empleo, no se apoya en la presentación neutral de teorías extrañas ni tampoco en la presentación explícita de nuestra, lo que no quiere decir que esta no permanezca sino está latente. En primer rincón comienza por argumentar "de qué va la ética", exponiendo la necesidad del razonamiento ética, necesidad esta que deriva del hecho de que los hombres, en contraste a los animales, somos libres, debemos inventar y seleccionar, por lo menos en parte, nuestra forma de vida. Libertad es elegir y eso es algo que cada uno de ellos debe llevar a cabo. No hay recetas y el único consejo viable es "haz cuanto quieras".

Naturalmente, este no semeja un consejo ética y, no obstante, se transforma en el eje de la ética que ofrece Fernando Savater, una ética fundamentada en el hallazgo de lo que cada uno de ellos desea, "darse la buena vida". Pero de nuevo la cuestión es entender exactamente en qué radica "una aceptable vida humana". Hacer lo que uno desee no significa lo mismo que llevar a cabo "la primera cosa que te venga en gana", ahí está la cuestión: no es moco de pavo conocer qué uno verdaderamente desea. La visión teorética donde se anota Fernando Savater es la de la ética como amor propio, como la ha creado en contenidos escritos de los años noventa.

Pero eso no significa olvidar el deber hacia los otros. Vivir humanamente (el creador no se fatiga de recordarlo) es vivir entre humanos y tratarlos humanamente. Tratar humanamente al otro es ponerse en su sitio. Lo que no significa solo admitir sus derechos y tratarle con justicia, sino más bien asimismo con una justicia simpática o con una compasión justa. Savater reitera que que la buena vida de cada uno de ellos debe inventársela cada uno de ellos a su medida, no hay recetas mágicas. A eso tiene relación el creador en el momento en que afirma que vivir bien no es una ciencia precisa, sino más bien un arte en el que todo joven es un principiante y que ningún adulto llega a controlar, con lo que el libro puede ser una contribuye a unos y a otros para proponer o replantearse la cuestión más esencial a juicio de su creador. No se habla, ya que, de dilucidar sobre la presencia o no de vida tras la desaparición, ni de comprender cuál es el sentido de la vida, sino más bien sencillamente de entender qué realizar.

Aparte de señalado intelectual y pensador, Savater se encuentra dentro de los investigadores políticos mucho más populares de la España moderna. Sus interpretaciones de las ocasiones políticas, que forman una crónica aguda y continua de la vida de españa de los últimos tiempos, se han recogido en múltiples libros, entre aquéllos que resaltan Impertinencias y retos (1981) y Contra las patrias (1984). Para la anarquía (1977) y Panfleto contra el Todo (1978) se convirtieron en 2 tradicionales del pensamiento político español contemporáneo, que se ubican en la línea de la tradición libertaria.

Savater considera a la filosofía como una actividad de crítica persistente, de expresión inalienable de la subjetividad e inclusive como provocación; tal ideal encuentra su justa dimensión en la elaboración de un estilo osado y expresivo que, de manera frecuente, usa el matiz, la ironía y la paradoja como construcciones de razonamiento. Por otra sección, su estilo ha buscado una solución mucho más explícitamente literaria por medio de un desarrollo gradual de acercamiento a la narrativa en el que se tienen la posibilidad de advertir múltiples etapas. En 1976 publicó el ensayo La niñez recuperada, en cuyas páginas se defienden la necesidad de la ficción novelada y la pasión de contar por contraposición a la sofisticación de la narrativa comprometida en la experimentación lingüística y estructural. Savater reanuda y ofrece con entusiasmo la narración fabulosa, la narración de los contenidos éticos y heroicos a través del análisis de individuos y autores como Julio Verne, Arthur Conan Doyle, Richmal Crompton, Jack London, H. P. Lovecraft y, singularmente, R. L. Stevenson.

Una época posterior de su profundización durante los trayectos narrativos se corresponde con Criaturas del aire (1979), donde una sucesión de individuos de la literatura (Tarzán, la Bella Durmiente, el personaje principal de Drácula, de Bram Stoker) o de la historia (Juliano el Apóstata, Bakunin o exactamente el mismo Savater) monologan sobre sus vidas, sobre el destino, la crueldad, el cariño o la desaparición, y afirman, desmienten y relatan ocasiones de su vida.

El salto definitivo hacia la novela propiamente esa lo da con Caronte espera (1981), narración policiaca que mezcla una trama personal con una conspiración política, y que forma una meditación sobre las formas del mal, el delito y la venganza. El períodico de Job (1983) forma una introspección mucho más íntima y profunda, y El dialecto de la vida (1985) trata de la amistad entre un escritor maduro y un joven fotógrafo en el transcurso de un triple viaje (geográfico, intelectual y amoroso), siguiendo las pistas escocesas de R. L. Stevenson. Entre sus proyectos teatrales cabe refererir Juliano en Eleusis (1981) y Vente a Sinapia (1983), una meditación sobre la utopía, y Guerrero en el hogar (1992).

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Está claro que descubrir en lo más recóndito a Fernando Savater es algo que está reservado a escasas personas, y que tratar de recomponer quién fue y cómo fue la vida de Fernando Savater es una suerte de enigmaque con bastante probabilidad lleguemos a reconstruir si contribuimos conjuntamente.

Por ese motivo, si eres del tipo de personas que confían en que colaborando existen posibilidades de crear algo mejor, y tienes información acerca de la biografía de Fernando Savater, o sobre algún pormenor de su persona u creación que no se observe en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.

Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son siempre determinantes, ya que marcan la diferencia, y en la ocasión de la vida de una persona como Fernando Savater, que poseyó su trascendencia en un momento histórico concreto, es indispensable tratar de ofrecer un panorama de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

Sin titubeos, contacta con nosotros para narrarnos qué sabes tú acerca de Fernando Savater. Estaremos muy contentos de perfeccionar esta biografía con más información.