La historia de las civilizaciones está contada por las personas quea lo largo de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han ocasionado quela humanidad, de un modo u otro,prospere.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la relevancia que tuvo Fernando Ortiz y Fernández en la historia. La forma en que vivió y aquello que hizo mientras permaneció en el mundo fue decisivo no sólo para quienes frecuentaron a Fernando Ortiz y Fernández, sino que a lo mejor legó una señal mucho más insondable de lo que podamosimaginar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Fernando Ortiz y Fernández en persona.Fernando Ortiz y Fernández ha sido una de esas personas que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Fernando Ortiz y Fernández, seducen nuestra curiosidad, deben servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por comprender la biografía de Fernando Ortiz y Fernández, porqué Fernando Ortiz y Fernández vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos ayudará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inexorable, la historia.
(La Habana, 1881 - 1969) Ensayista cubano. Con solo un par de años de edad fue enviado a Menorca, con sus ascendentes maternos. Allí recibió la capacitación principal y secundaria que, ahora de retorno a Cuba, completó en la Universidad de La Habana (1895-1898). En el lapso del enfrentamiento independentista, regresó a España finalmente sus estudios superiores en Barcelona, donde consiguió una licenciatura en derecho que, poco después, ahora en la Universidad de Madrid, amplió con el nivel de doctor (1901).
Con poco mucho más de veinte años de edad, regresó nuevamente a su país natal y en 1902 aceptó un cargo diplomático que le condujo nuevamente a Europa, en esta ocasión para ejercer como cónsul cubano en La Coruña, Génova y Marsella. Tras un corto periodo como Secretario de la Embajada de Cuba en París, abandonó la carrera diplomática y consiguió el puesto de instructor en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, institución donde habría de ejercer la docencia a lo largo de prácticamente un decenio (hasta 1917).
De ideario democrático, ingresó en el Partido Liberal en 1915. Pero el progresivo retroceso de los líderes del partido hacia postulados que venían a agradar las demandas políticas de ciertas potencias extranjeras puso próximamente a Ortiz en la situación mucho más izquierdista del Partido Liberal y, consecuentemente, en el centro de los asaltos del conservadurismo que se había instalado en sus filas. En 1931, frente al creciente número de políticos del Partido Liberal que mostraba su acompañamiento al dictador Gerardo Machado, rompió finalmente con sus viejos compañeros de militancia y se exilió a Estados Unidos, en donde se consagró a sus indagaciones y a dar a conocer sus demandas contra la grave situación en que se encontraba Cuba bajo la tiranía del gobierno de Machado.
Tras un par de años de exilio, regresó a Cuba para proseguir su despliegue incesante y una infatigable tarea popular y cultural. Con el triunfo en 1959 de la Revolución dirigida por el Che Guevara y Fidel Castro, Fernando Ortiz fue nombrado integrante de la Comisión Nacional de la Academia de Ciencias, lugar desde donde desempeñó una esencial tarea de mecenazgo y promoción cultural.
Fernando Ortiz Fernández fue entre los enormes sabios cubanos, al que se considera entre los universales sudamericanos, como al mexicano Alfonso Reyes. Su obra comprende múltiples campos: la antropología, el folclore, la etnografía, la psicología popular, la música, la historia y el ensayo literario y político. Algunos críticos lo sitúan en la llamada "cultura republicana", continuadora de las tendencias y movimientos del siglo XIX.
Sus indagaciones sobre la civilización afrocubana y la tradición insular son las mucho más esenciales efectuada en ese campo, y sus ensayos sobre la existencia de África en Cuba son tradicionales del género: Los negros hechiceros (1906), Los negros esclavos (1916), Los bailes y el teatro de los negros en el folclore de Cuba (1951) y Estudios etnosociológicos (1991). Otras proyectos resaltadas son Hampa afrocubana (1906 y 1916), Glosario de afronegrismos (1924), Contrapunto cubano del tabaco y el azúcar (1940), Los instrumentos de la música afrocubana (1952-1955) y también Historia de una riña cubana contra los diablos (1959).
¿Qué opinas de la vida de Fernando Ortiz y Fernández? ¿Has podido leer todo aquello que pensabas que ibas a encontrar?
Obviamente conocer en profundidad a Fernando Ortiz y Fernández es algo que está reservado a un grupo limitado de personas, y que tratar de reconstruir quién y cómo fue la vida de Fernando Ortiz y Fernández es una suerte de enigmaque tal vez podamos rehacer si cooperamos todos juntos.
Por eso, si eres de aquellos que confían en que de forma colaborativa existen posibilidades de hacer algo mejor, y posees información con respecto a la existencia de Fernando Ortiz y Fernández, o sobre algún característica de su figura u obra que no se observe en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.
Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente determinantes, ya que perfilan la diversidad, y en el tema de la vida de alguien como Fernando Ortiz y Fernández, que detentó su importancia en una época concreta, es vital intentar ofrecer un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
Sin dudarlo, contacta con nosotros para relatarnos qué conocimientos posees con respecto a Fernando Ortiz y Fernández. Estaremos ilusionados de completar esta biografía con más información.