Fernando Lugo

Ya sea inspirando a otros o siendo una pieza esencial de la acción. Fernando Lugo es uno de esos seres humanos cuya vida, en efecto, merece nuestra atención por el grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la existencia de Fernando Lugo es conocer más sobre etapa determinada de la historia del ser humano.

Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la trascendencia que tuvo Fernando Lugo en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo en el tiempo en que permaneció en la tierra fue decisivo no sólo para quienes frecuentaron a Fernando Lugo, sino que quizá legó una señal mucho más insondable de lo que podamosimaginar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Fernando Lugo personalmente.Fernando Lugo fue una persona que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Las biografías y las vidas de personas que, como Fernando Lugo, seducen nuestra atención, tienen que servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Fernando Lugo, el motivo por qué Fernando Lugo vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma implacable, la historia.

Vida y Biografía de Fernando Lugo

(Fernando Armindo Lugo Méndez; San Solano, Itapúa, 1951) Eclesiástico y político paraguayo que fue presidente de Paraguay desde 2008 hasta 2012. Obispo relacionado a la llamada Teología de la Liberación, renunció en 2005 a sus cargos eclesiásticos para comenzar su trayectoria política.

En el momento en que contaba solo cinco meses de vida, sus progenitores, Maximina Méndez y Guillermo Lugo (quienes tuvieron en suma siete hijos) se trasladaron con la familia a la localidad de Encarnación. Allí Fernando Lugo se graduó en 1969 como instructor de educación principal. Al año siguiente inició su actividad como enseñante en una escuela pública. Su vocación de servicio, su carácter disciplinado y su persistente preocupación por los mucho más enclenques hicieron que el joven profesor desempeñara la tarea enseñante de una forma esforzado y voluntarioso; a veces se vio obligado a efectuar largas travesías para lograr llegar hasta la escuela donde enseñaba, gracias a la sepa de transportes y de trazado de caminos en la región.

En aquel tiempo nació dentro suyo la vocación sacerdotal. En marzo de 1971 ingresó en el Noviciado de los Misioneros del Verbo Divino y en el mes de septiembre de 1972 profesó sus primeros votos, que refrendó en 1975 con los votos perpetuos. Dos años después acabó su trayectoria universitaria en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, en la ciudad más importante paraguaya, donde se licenció en Ciencias Religiosas.

Una vez ordenado sacerdote (15 de agosto de 1977), Fernando Lugo se trasladó a Ecuador para trabajar como misionero en la provincia de Bolívar, donde estableció contacto con religiosos promotores de la Teología de la Liberación, entre ellos monseñor Leónidas Proaño, emblemático defensor de los derechos de los pobres y de los indígenas en el país andino.

Tras rutas estancias de un año en Paraguay y 4 años en Roma, donde consiguió el título de licenciado en Sociología con especialidad en Doctrina Social de la Iglesia en la Universidad Gregoriana, regresó a Asunción en 1987. El 17 de abril de 1994 fue ordenado obispo y asignado a la diócesis de San Pedro, entre las zonas mucho más pobres del país, desde la que basó sus vínculos con la política, a través del acompañamiento que dio a los campesinos sin tierra.

Tras la asunción del cargo, a la que asistió el entonces presidente del Paraguay Juan Carlos Wasmosy, Fernando Lugo prometió "combatir por una sociedad unida, fraterna y justa", consigna que transformó en persistente reclamo frente a las autoridades de su país. Los movimientos sociales, carentes de líderes atractivos y criminalizados muchas veces desde el oficialismo, hallaron en el dignatario eclesiástico la figura pública ideal para llevar a cabo oír sus reivindicaciones.

A inicios de 2005 Fernando Lugo empezó a decantarse por la vía política. El papa Juan Pablo II aceptó su renuncia como obispo de San Pedro, tras lo que pasó a desempeñarse como obispo retirado de exactamente la misma diócesis. Un año después impulsó la creación de Resistencia Ciudadana, un movimiento de concertación nacional que reunió a los primordiales partidos de la oposición, las cinco centrales sindicales y mucho más de cien organizaciones sociales.

Como líder de este movimiento, el 29 de marzo de 2006 logró reunir a unas 40.000 personas en las calles de Asunción para protestar por las pretenciones reelectoralistas del presidente en funcionalidades, Nicanor Duarte Frutos, del Partido Rojo. En diciembre, mucho más de cien.000 ciudadanos paraguayos suscribieron una solicitud pública que pedía la postulación de Lugo como candidato a la presidencia de la República en las selecciones en general de 2008.

En diciembre de 2006, al comunicar su resolución de ocuparse enteramente a la vida política, presentó su renuncia al ministerio sacerdotal, que no fue admitida por el Vaticano. Sin embargo, el papa Benedicto XVI decidió suspenderlo a divinis en el primer mes del año de 2007.

En septiembre de 2007 quedó constituida la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), coalición dentro por diez partidos y otras tantas organizaciones sociales que en las selecciones del 20 de abril de 2008 presentó a Fernando Lugo como su candidato a la presidencia y a Federico Franco, líder del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), clásico fuerza opositora a los rojos, como opción vicepresidencial.

Lugo consiguió en su favor el 40,83 % de los votos emitidos, en oposición al 30,71 % de la aspirante oficialista Blanca Ovelar. El triunfo del viejo obispo representó un hecho histórico en la vida política del Paraguay, gobernado desde 1947 por el Partido Rojo.

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Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son siempre determinantes, ya que destacan la singularidad, y en el tema de la vida de un ser como Fernando Lugo, que poseyó su relevancia en un momento histórico concreto, es imprescindible intentar brindar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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