Fernando II de Nápoles

La historia universal la cuentan los hombres y mujeres queen el transcurrir de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han ocasionado quela sociedad, de una forma u otra,progrese.

Comprender lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Fernando II de Nápoles, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo sustancial para que seamos capaces de poner en valor no sólo la existencia de Fernando II de Nápoles, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Fernando II de Nápoles, gentes a quienes de de una u otra forma Fernando II de Nápoles influenció, y ciertamente, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Fernando II de Nápoles.

Las biografías y las vidas de personas que, como Fernando II de Nápoles, atraen nuestro interés, deben valernos siempre como referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Fernando II de Nápoles, el motivo por el cual Fernando II de Nápoles vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos ayudará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de Fernando II de Nápoles

(Fernando II de Sicilia o de Nápoles, asimismo llamado Ferrandino, Ferrantino o Ferrante II de Nápoles; Nápoles, 1467 - id., 1496) Rey de Sicilia peninsular (1495-1496). Su padre abdicó en el momento en que Carlos VIII de Francia invadía el reino, y Fernando tuvo que escapar a Sicilia. La Liga de Venecia (1495) forzó a Carlos VIII a dejar Italia, y Fernando II volvió a sus pertenencias con el ejército español de Gonzalo Fernández de Córdoba.

Hijo primogénito de Alfonso II de Nápoles (1494-1495) y de Hipólita María Sforza, Fernando II de Nápoles contrajo matrimonio con Juana, hija de Fernando I de Nápoles y de su segunda mujer, Juana, y por consiguiente hermanastra de su padre, Alfonso II. Recibió la Corona por abdicación de su padre, instante en que se generaron sublevaciones nobiliarias y en que el rey francés Carlos VIII el Afable deseó realizar servir sus derechos al trono napolitano por la vía militar.

Los franceses ocuparon el reino sin contrariedad en el primer mes del año de 1495 pese a la resistencia de las tropas de Fernando, que fueron derrotadas por Luis de Armañac en San Germano. Fernando II de Nápoles escapó a la isla de Ischia y después a Sicilia, y entregó a los españoles las plazas calabresas del ajustado de Mesina. La acción francesa no fue admitida por los Reyes Católicos, quienes procuraron sostener sus derechos y los de su familiar; con este propósito incrementaron la actividad diplomática y lograron conformar una Liga Santa donde se integraron Génova, Venecia, el emperador Maximiliano I de Habsburgo, el duque de Milán Ludovico Sforza y el papa Alejandro VI.

La meta escencial de esta coalición era el de batallar a los turcos, si bien su primera acción armada consistió en ocasionar la retirada de Carlos VIII y la restauración en el trono de Fernando II de Nápoles, propósito que fue legitimado y secundado por el papado desde el mes de septiembre. Paralelamente Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, había logrado desembarcar en Calabria en el mes de junio de 1495. Todos estos apoyos dejaron a Fernando II recobrar la localidad de Nápoles a inicios de julio, al tiempo que los venecianos operaban en Apulia.

A lo largo del año siguiente Fernández de Córdoba logró recobrar prácticamente todo el reino, y tras la victoria de Atella forzó a las tropas francesas a capitular en todos y cada uno de los frentes, salvo en Gaeta y Tarento. Estos éxitos militares, unidos a la desaparición de Fernando II y a la designación de su tío Federico o Fadrique I (1496-1503) como heredero al trono, hicieron precisa la negociación. No obstante, la tensión que existe en estos territorios duró hasta el año 1500, y únicamente redujo en parte por la tregua de 1498 y por la paz firmada en Granada entre los monarcas español y francés (puesto que no se reconocía la legitimidad del sustituto), quienes acordaron el control grupo del reino.

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