Federico Urales

Ya sea inspirando a otros o tomando parte de la acción. Federico Urales es una de las personas cuya vida, indudablemente, merece nuestro interés por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la biografía de Federico Urales es comprender más sobre un periodo concreto de la historia de la humanidad.

Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la importancia que detentó Federico Urales en la historia. La forma en que vivió y lo que hizo mientras permaneció en el mundo fue decisivo no sólo para quienes trataron a Federico Urales, sino que tal vez legó una señal mucho más insondable de lo que podamosimaginar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Federico Urales en persona.Federico Urales fue uno de esos seres humanos que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Conocer lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Federico Urales, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es una cosa básica para que seamos capaces de poner en valor no sólo la vida de Federico Urales, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Federico Urales, aquellas personas a quienes de de una u otra forma Federico Urales influenció, y desde luego, entender y comprender cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió Federico Urales.

Las biografías y las vidas de personas que, como Federico Urales, atraen nuestro interés, tienen que valernos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Federico Urales, porqué Federico Urales vivió de la forma en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma implacable, la historia.

Vida y Biografía de Federico Urales

(Juan o Joan Montseny i Carret; Reus, 1864 - Salon, Dordogne, Francia, 1942) Anarquista español. Sindicalista y profesor, casó con Soledad Gustavo (Teresa Mañé). En 1896, acusado en el desarrollo de Montjuïc, fue desterrado. En 1897 regresó a Madrid y creó las gacetas La Revista Blanca y Tierra y Libertad, al unísono que procuró reorganizar la federación regional. En 1905 se trasladó a Barcelona, donde escribió novelas populares (compilaciones La Novela Libre y La Novela Ideal), reanudó la publicación de La Revista Blanca y creó el semanario El Luchador.

Hijo de un ceramista, tras comenzar sus contactos con el movimiento obrero ingresó en el Centro de Amigos de Reus (1887), conjunto anarquista desde el que llegó a desempeñar los cargos de secretario de la sección de toneleros de la Federación Obrera Comarcal primero y de la Federación Catalana después, y de secretario general de la Federación de Toneleros de España (1888). Maestro desde 1891, se casó por lo civil ese año con Teresa Mané, famosa como Soledad Gustavo, y dirigió desde 1892 una escuela laica en su localidad natal.

Ahora en 1891, 1892 y 1893 fue detenido por sus ocupaciones como publicista anarquista. A raíz del desarrollo de Montjuïc (1896), en el que se le incluyó, fue desterrado de España. Vivió en Londres y París, y en el primer mes del verano de 1897 regresó ilegalmente a España, fijó su vivienda en Madrid y, adoptando desde entonces el nombre de Federico Urales, organizó desde allí una campaña de publicidad para hallar la revisión del desarrollo de Montjuïc.

Más allá de que entró a trabajar como redactor en el períodico El Progreso, comandado por Alejandro Lerroux, próximamente creó sus gacetas: La Revista Blanca (1898) y Tierra y Libertad (1902, tomando el nombre de la gaceta que había editado y dirigido en Barcelona entre 1888 y 1889). No solo consiguió con ellas un importante éxito periodístico entre un público extenso, sino, mediante su publicación, entró en contacto con intelectuales de renombre como Leopoldo Alas Clarín, Gurmensido de Azcárate, Jacinto Benavente, Jaume Brossa, Pere Corominas, Manuel Cossío, José Nakens, Francisco Giner de los Ríos o Miguel de Unamuno, que con frecuencia cooperaron en las gacetas, consiguiendo así una aproximación de los intelectuales al anarquismo y, en menor medida, al planeta obrero.

Fue acusado, no obstante, de elevado personalismo y sensacionalismo por la parte de algunos teóricos ácratas actualmente, como Ricardo Mella o Josep Prat, con lo que por último se vio obligado a ceder la publicación de Tierra y Libertad (1904) y a dejar de difundir La Revista Blanca (1905). A pesar de que, desde su regreso a España, había intentado la reconstrucción de la Federación Obrera, para lo que había logrado la convocatoria de múltiples congresos (1900 y 1901) y había realizado viajes de publicidad (1904), desde 1905 se distanció del aparato propagandístico anarquista gracias a la acusación antes expuesta.

Alternó entonces su rincón de vivienda entre Barcelona y Madrid, cooperó en múltiples publicaciones de la prensa burguesa correspondientes al empresario Moya, singularmente en El Liberal, y resaltó en 1906 en la defensa del pedagogo Ferrer i Guàrdia, acusado de haber incitado a Mateo Morral a cometer un atentado contra Alfonso XIII (1886-1931). Ferrer i Guàrdia le encargó que escribiera múltiples libros para su Escuela Moderna y para la editorial homónima.

Las críticas cruzadas entre los líderes de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) tras su fundación en 1910 y Federico Urales (poco simpatizante con las derivaciones sindicales del anarquismo y defensor de un anarquismo mucho más ortodoxo, mucho más puramente doctrinario, idealista o filosófico) arreciaron en el momento en que Urales se mostró aliadófilo a lo largo de la Primera Guerra Mundial y en el momento en que, a lo largo de la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), fijando su vivienda en Barcelona, logró poner nuevamente en marcha la publicación de La Revista Blanca (desde junio de 1923 hasta agosto de 1936), donde se mostró singularmente crítico con el sindicalismo de la CNT y apoyó, desde 1930 (si bien no llegó a ser parte de ella), a la Federación Anarquista Ibérica (FAI) en frente de los firmantes del Manifiesto de los Treinta.

Simultáneamente a la novedosa etapa de La Revista Blanca, Federico Urales creó las compilaciones “La Novela Ideal” (1925-1937) y “La Novela Libre” (1929-1937), para las que escribió elevado número de novelas cortas de carácter habitual que consiguieron un extenso éxito. Así mismo, en el mes de enero de 1931 creó el semanario El Luchador, de carácter teorético y también ideológico, anunciado con la intención de que sirviese como órgano de combate del conjunto de La Revista Blanca, en defensa de su anarquismo individualista y en oposición a un programa innovador preciso, y en cierta manera a favor del municipalismo ruralista.

Enfermo desde 1935, influyó a fin de que la CNT apoyara al Frente Popular en el mes de febrero de 1936 y a fin de que su hija, Federica Montseny, admitiera ser parte del gobierno de Francisco Largo Caballero. No tuvo una participación señalada a lo largo de la Guerra Civil (1936-1939), pero, tras exilarse en Francia en 1939, el gobierno colaboracionista de Vichy le forzó a residir en Salon. Entre sus proyectos resaltan, en el género novelístico, y además de sus varias novelas cortas, las novelas Sembrando flores (1906), redactada para la Escuela Moderna, que alcanzó enorme éxito y también inauguró la etapa de Federico Urales como escritor de literatura obrerista de tipo anarquista: Los hijos del amor (1922); Los enormes criminales (1923); Los mártires; El hijo de absolutamente nadie; Renacer; Mi don Juan y El último Quijote.

Entre sus proyectos de ensayo hay que refererir Sociología anarquista (1890); La ley de la vida (1893); La evolución de la filosofía en España (1900-1902), lanzada por entregas en La Revista Blanca y reeditada por nuestro creador en 2 volúmenes en 1934; La religión y la cuestión popular (1902); La anarquía en el Ateneo de Madrid (1903); El sindicalismo español y su orientación (1923); Consideraciones morales sobre el desempeño de una sociedad sin gobierno (1926); La anarquía disponible para todos (1928); El ideal y la revolución (1932); Los ayuntamientos libres (1932); y la autobiografía Mi vida (1932, en tres volúmenes), aparte de El hombre y la disparidad humana y Por qué no somos marxistas. Por qué somos libertarios.

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Indudablemente llegar a comprender a Federico Urales es algo que se reserva a un grupo limitado de personas, y que pretender recomponer quién fue y cómo fue la vida de Federico Urales es una suerte de puzzleque probablemente alcancemos a rehacer si colaboramos conjuntamente.

A causa de esto, si eres de aquellos que confían en que de forma cooperativa se puede elaborar algo mejor, y conservas información con respecto a la biografía de Federico Urales, o en relación con algún faceta de su persona u obra que no se contemple en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.

Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son en todos los casos imprescindibles, ya que perfilan la diversidad, y en el tema de la vida de una persona como Federico Urales, que poseyó su relevancia en un momento histórico concreto, es fundamental tratar de mostrar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

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