Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la importancia que detentó Federico Marés en la historia. Cómo vivió y lo que hizo en el tiempo en que estuvo en este mundo fue decisivo no sólo para las personas que frecuentaron a Federico Marés, sino que posiblemente dejó una huella mucho más vasta de lo que podamossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Federico Marés en persona.Federico Marés fue un ser humano que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Conocer las luces y las sombras de las personas significativas como Federico Marés, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa esencial para que podamos poner en valor no sólo la vida de Federico Marés, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Federico Marés, gentes a quienes de de una u otra forma Federico Marés influenció, y por supuesto, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Federico Marés.
(Federico Marés Deulovol; Portbou, 1894 - Barcelona, 1991) Escultor español. Su padre abandonó su trabajo como agente de aduanas en Portbou y decidió establecerse en Barcelona donde empezó un negocio como librero que le llevó más tarde a la ruina económica. En 1903 se instaló con su familia en la calle de los Ángeles, y Federico inició sus estudios en el instituto de los Padres Escolapios de San Antonio Abad. Al año siguiente cursó estudios en la escuela de la Llotga con el escultor Manuel Fuxá como profesor.
Alumno refulgente, ganó en 1910 su primer certamen de estatua, a los que prosiguieron 2 becas en 1912 y 1913. Con la primera de ellas viajó a París pensionado por el Ayuntamiento de Barcelona, viaje en el que entabló relación con el escultor Auguste Rodin. Con la segunda beca, repitió viaje a París, que extendió con estancias en Bruselas, Roma, Florencia y Padua. En 1914 ocupó plaza de instructor socorrer de estatua en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, al unísono que entró como ayudante en el taller de Eusebio Arnau.
En 1917 su trabajo se vio retribuido con múltiples galardones: ganó un certamen nacional para la ejecución de un monumento público, y consiguió medallas en la Exposición Nacional de Bellas Artes, y en las universales de San Francisco y San Diego (USA). Este mismo año viajó por toda España para estudiar y comprar piezas de estatua con las que amplió la compilación que comenzó a los 17 años con la adquisición de una tabla del siglo XIV que representaba a Ramón Llull.
Al año siguiente estableció su taller en la calle Mallorca y se multiplicaron los pedidos: efectuó su primer conjunto escultórico monumental (que se dedica al canónigo Rodó), estatuas para la iglesia de Sant Martí del Clot y el emprendimiento para la Fuente de la sardana. Esta última se concluyó en 1923, año en el que fue distinguido con el Premio Nacional de Estatua.
Tras una primera exposición individual en 1925 en Barcelona, efectuó en los tres siguientes años novedosas exposiciones en distintas salas tanto en Barcelona como en La capital de españa. De 1928 es una de sus proyectos mucho más populares, la Alegoría de Barcelona, estatua en bronce ubicada en la plaza de Cataluña (Barcelona), conjunto escultórico compuesto por las alegorías de la Industria, el Comercio y la Navegación personificadas en las figuras de Mercurio y de una muchacha que alza un velero a lomos de un robusto caballo. Se trata de una de sus proyectos de carácter público mucho más conocidas.
Sus realizaciones escultóricas se multiplicaron hasta el estallido de la Guerra Civil, entre aquéllas que tenemos la posibilidad de resaltar el pecho de Miguel de Cervantes, el bronce del Sagrado Corazón, una estela conmemorativa encargada de Apeles Mestres y los monumentos a Francisco Layret y a Francisco Soler. Antes de terminar la contienda, y a solicitud del municipio, formó una parte de la comisión encargada de la restauración de los monumentos dañados.
Entre 1943 y 1945 le fue encomendada la restauración de los reales sepulcros del monasterio de Poblet, labor que efectuó siguiendo los criterios de restauración actuales en la época, herederos todavía de la concepción restauradora estrenada por Viollet le Duc el siglo previo. Aunque hoy en día no se considera correcta la actuación realizada sobre el grupo gótico, su trabajo fue retribuido en 1951 con la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio.
Coincidió este encargo efectuado por la Dirección General de Bellas Artes con su ascenso como catedrático de modelaje y composición en la Escuela Superior de Bellas Artes de Sant Jordi, y fue nombrado por año siguiente directivo de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos, y en 1947 directivo de la Escuela Superior de Bellas Artes, cargo que desempeñó hasta 1964.
El 25 de noviembre de 1948 inauguró el museo que transporta su nombre. El museo tiene dentro una intensa compilación escultórica que comprende valiosas proyectos desde el siglo XII hasta el XX, donde están representadas la prácticamente integridad de academias regionales españolas. Se completa con una heterogénea compilación que apunta el carácter ecléctico de la faceta coleccionista del escultor catalán: agujas de sombrero, bomboneras, cajas de cerillas, estampas, cromos, daguerrotipos y mucho más elementos que configuran una perfeccionada visión de la sociedad del siglo XIX y la primera mitad del XX. En relación con su pasión como coleccionista, publicó los libros El impresionante planeta del coleccionismo y de las antigüedades (1977) y Memorias de la vida de un coleccionista (1967).
No fueron las únicas publicaciones que nos dejó Federico Marés; tenemos la posibilidad de refererir por ejemplo Las tumbas reales del Monasterio de Santa María de Poblet (1952), Dos siglos de enseñanza artística en el Principado (1964) o Informes sobre monumentos catalanes (1984). Hasta su fallecimiento, el 16 de agosto de 1991, participó en varias muestras tanto en España como fuera de ella, entre aquéllas que resaltan las de París, Venecia, Berlín, San Francisco o Buenos Aires. Fue escogido integrante de la Academia de Bellas Artes de San Fernando (1965), Presidente de la Real Academia de Sant Jordi (1963), Caballero de las Artes y las Letras de Francia (1970) y Medalla de Oro de la Generalitat de Catalunya (1986), por ejemplo distinciones.
¿Qué piensas de la crónica de la vida de Federico Marés? ¿Has hallado toda aquella información que esperabas hallar?
Está claro que llegar a comprender a Federico Marés es algo que se reserva a un grupo limitado de personas, y que intentar reconstruir la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Federico Marés es una suerte de puzzleque probablemente alcancemos a reconstruir si cooperamos conjuntamente.
Por esta razón, si eres de aquellos que creen en que colaborando es posible elaborar algo mejor, y conservas información acerca de la biografía de Federico Marés, o acerca de algún aspecto de su figura u obra que no se observe en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.
Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son en todos los casos fundamentales, ya que destacan la singularidad, y en el tema de la vida de un ser como Federico Marés, que poseyó su trascendencia en una época concreta, es indispensable procurar brindar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
Sin dudarlo, contacta con nosotros para narrarnos qué conocimientos tienes tú en relación con Federico Marés. Estaremos ilusionados de ultimar esta biografía con más información.