Eugenio Díaz

La historia de la civilización la narran aquellos hombres y mujeres quea lo largo del tiempo, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han hecho queel género humano, de un modo u otro,avance.

Ya sea inspirando a más seres humanos o siendo una pieza esencial de la acción. Eugenio Díaz es uno de esos sujetos cuya vida, indudablemente, merece nuestro interés por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Eugenio Díaz es comprender más acerca de un periodo concreto de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la relevancia que detentó Eugenio Díaz en la historia. La forma en que vivió y lo que hizo en el tiempo en que permaneció en este mundo fue decisivo no sólo para las personas que trataron a Eugenio Díaz, sino que posiblemente legó una señal mucho más honda de lo que logremosimaginar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Eugenio Díaz de forma personal.Eugenio Díaz ha sido una persona que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Comprender las luces y las sombras de las personas relevantes como Eugenio Díaz, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo esencial para que seamos capaces de apreciar no sólo la existencia de Eugenio Díaz, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Eugenio Díaz, personas a quienes de de una u otra forma Eugenio Díaz influyó, y por supuesto, comprender y entender cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Eugenio Díaz.

Vida y Biografía de Eugenio Díaz

(José Eugenio Díaz Castro; Soacha, 1804 - Bogotá, 1865) Escritor colombiano que inició el costumbrismo en su país con la novela Manuela. Hombre de campo, de capacitación prácticamente autodidacta, José Eugenio Díaz Castro no participó en ninguna guerra ni perteneció a partido alguno; no obstante, recreó con mirada sociológica varios de los hechos y hechos de la turbulenta etapa histórica que debió vivir.

Efectuó sus estudios primarios en el Colegio de San Bartolomé. Debido a una afección que sufría en el pecho y a un incidente al caer de un caballo, debió abandonarlos y seguir sus lecturas de forma autodidacta. Para subsistir, se dedicó a las trabajos del campo, en ocasiones como dueño y en otras como maestresala en tierras calientes y frías de Colombia. En 1848 dirigió un negocio de prensas de tabaco en Ambalema.

José Eugenio Díaz Castro publicó varios productos costumbristas en los jornales: El bien popular, El Mosaico, El Bogotano, Biblioteca de Señoritas y La América. Conservador y fervoroso fiel de los dogmas de la Iglesia Católica, fue adjuntado con José María Vergara y Vergara y José Manuel Marroquín entre los creadores de la tertulia El Mosaico. Escribió sus proyectos en el momento en que vivía solo en una finca y dirigía un negocio de prensas de tabaco en Ambalema, al pie de la cordillera de Subia Occidental, entre húmedas y oscuras selvas en la mitad de los peones.

Muchas de sus proyectos las redactó en una vieja mesa de nogal, usando todos y cada uno de los elementos que llegaban a sus manos, como las repletas de las cartas que el creador recibía de sus familiares o en trozos de papel. En 1861 enfermó y debió recluirse, suspendiendo sus trabajos. Pasó sus últimos cinco años en la cama aquejado de una patología crónica y también insanable.

El costumbrismo de Eugenio Díaz

Díaz escribió su primera novela, Una ronda de don Ventura Ahumada (1858), mientras que se desempeñaba como maestresala de la hacienda Junca. Allí asimismo causó su obra cima, Manuela, donde detalla la vida campesina y recrea los enfrentamientos partidistas de la segunda mitad del siglo XIX en la Sabana de Bogotá. Iniciadora del costumbrismo en Colombia, la obra fue puesta a cuenta de los integrantes del periódico El Mosaico, del que fuera uno de sus creadores, en 1858, y publicada medianamente allí por entregas.

Entre 1858 y 1861 dio a la imprenta incontables cuadros y productos de prácticas en los primordiales periódicos capitalinos, que fueron compendiados en los 2 tomos de Novelas y cuadros de prácticas; de esa temporada data su tercera novela, Bruna la carbonera, donde exalta la figura del naturalista que revela un planeta campesino, irreconocible para el hombre culto.

Entre 1861 y 1865, desde su lecho de enfermo, escribió las novelas El rejo de linkear (1873), donde recrea los hechos de la revolución contra la dictadura del general José María Melo, en 1854, y Los aguinaldos en Chapinero (1873), cuadro de prácticas compuesto por diecinueve episodios en los que cuenta los "veraneos" de los bogotanos en Chapinero; dejó sin terminar Pioquinta o el valle de Tenza (1865), que cuenta la historia del guerrillero conservador Román Carranza, quien en 1861 vengó a su hermano asesinando a 62 de los 63 hombres que componían la partida que le dio muerte.

Manuela

De no existir María (1867), de Jorge Isaacs, Manuela podría definirse como la mejor novela colombiana del siglo XIX. Escrita hacia 1858, la obra refleja en su construcción y estilo ámbas formas primordiales del espíritu de la temporada: un realismo sano, si bien ingenuo, a la vera de una trama fundamentada en reminiscencias de la vida política moderna. De aquí proceden ámbas especificaciones mucho más acusadas de la obra: su descriptivismo, en ocasiones rudo y desaliñado, y la preponderancia del inconveniente popular: la explotación de la clase humilde y desvalida por individuos aproximadamente poderosos económica o políticamente.

La heroína, Manuela, asediada con increíble perseverancia y perversidad por Tadeo, padece todas y cada una de las persecuciones de este antes que entregarse en sus brazos, para fallecer en los de su auténtico apasionado, el labrador Dámaso. Sin reales letras y números, con una acción lenta que se pierde en multitud de capítulos y datos, con su estilo matizado de popularismo y expresiones directas, Manuela es un excelente ejemplo de lo que la inclinación socializante del pasado siglo logró en el campo literario siendo trasplantada a tierra de america. Se publicó por vez primera, fragmentariamente, en el diario El Mosaico, en el mes de diciembre de 1858; completa, por Foción Mantilla, en 1866, y en París, por Garnier Hermanos, en 1889, en 2 tomos.

Manuela es una representación de todo el país, en la medida en que detalla una nación donde persiste la economía de tipo colonial. Aún sobreviven la hacienda con sus trapiches y peones, si bien con ciertas salvedades; la economía de la población de Ambalema se funciona por la compañía manufacturera y la comercialización del tabaco.

Para Eugenio Díaz una obra literaria no podía ser el producto de la imaginación y la ficción pura, sino, al revés, había de ser una representación leal de la verdad. El desapego de lo real, propio de los románticos, era para Díaz una falla ética. Por ello el creador hace en su novela un cuadro de las diferentes luchas políticas y también ideológicas entre los gólgotas o radicales, los draconianos o liberales viejos y los conservadores.

En contraste a muchas novelas costumbristas (en que la reflexión política tiende a ser inexistente), Eugenio Díaz muestra esas luchas partidistas para mostrar sus convicciones. Conservador progresista y condescendiente, elige la ironía a la invectiva y (quizás por vez primera en las letras colombianas) exhibe abiertamente su simpatía por las clases menos favorecidas y crítica los vicios de la organización política del país. Mezcla de realismo, de comentario popular y político y de relato histórico, la obra en grupo resulta importante como archivo histórico y como testimonio de la vida del país en aquellas primeras décadas de independencia.

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Está claro que llegar a comprender a Eugenio Díaz es algo que se reserva a muy pocas personas, y que tratar de reconstruir quién fue y cómo fue la vida de Eugenio Díaz es una especie de puzzleque con toda probabilidad lleguemos a reconstruir si cooperamos conjuntamente.

Por esta razón, si eres de las personas que creen en que de forma colaborativa se puede crear algo mejor, y conservas información acerca de la existencia de Eugenio Díaz, o con respecto a algún aspecto de su figura u obra que no se observe en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.

Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son decididamente determinantes, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de un ser como Eugenio Díaz, que poseyó su significación en una época concreta, es vital procurar mostrar una visión de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

No lo dudes y contacta con nosotros para referirnos qué sabes tú sobre Eugenio Díaz. Estaremos complacidos de ultimar esta biografía con más información.