(Dijon, Francia, 1788 - Saint Louis, Estados Unidos, 1856) Teórico socialista francés. Étienne Cabet ejercitó como instructor y como letrado y, ahora desde muy joven, se interesó por los hechos políticos del país. Fue carbonario y participó activamente en la revolución de 1830. Aceptó, más tarde, la coronación de Luis Felipe de Orleans, lo que le dejó ser nombrado procurador general de la isla de Córcega. A pesar de sus críticas políticas, de marcado carácter progresista y de manera frecuente muy críticas con el sistema vigente, fue escogido diputado en 1831.
Mucho más adelante, en 1834, creó Le Populaire, periódico cuyas páginas usó para anunciar su ideario político. Ello le acarreó múltiples inconvenientes con la justicia gala, que a la postre lo condenó. Para eludir la condena, Cabet procuró cobijo en el Reino Unido, donde tuvo ocasión de entender de primera mano las proposición de Robert Owen. Estas provocaron en él una profunda impresión y también influyeron en sus proyectos siguientes. Además de Owen, otra enorme predominación en la obra de Cabet fue la de Tomás Moro, de quien recogió la preocupación por los mucho más desfavorecidos.
En 1840 publicó Viaje a Icaria, novela que le reportó una digna popularidad y donde trazó las líneas en general de lo que habría de ser una sociedad ideal. En sus proyectos se mostró partidario de establecer un régimen económico apoyado en la colectivización de las fuerzas de producción. Asimismo, deseó establecer esa sociedad ideal en Francia, pero al no lograrlo se trasladó, al lado de múltiples cientos de sus fieles, a Estados Unidos.
En 1848 se instalaron en Texas, donde les llegó la novedad de que una red social mormona había descuidado la población de Nauvoo, en Illinois, y a ella se trasladaron con intención de fundar Icaria. Sin embargo, las divisiones internas entre los primeros creadores y las novedosas generaciones motivaron que Cabet, al lado de 180 seguidores, la abandonase y se dirigiera a Saint Louis, donde en 1856 creó una exclusiva Icaria. Pararelamente, asimismo en Iowa y en California se crearon novedosas comunidades socialistas, las que, adjuntado con la de Nauvoo, se sostuvieron a lo largo de cerca de cincuenta años. No obstante, fueron perdiendo paulativamente el espíritu original y Cabet, muy desengañado, se suicidó.
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